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EL CENTENILLO (JAÉN): TARDE DE BERREA POR EL CENTENILLO

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LAS MINAS Y LA BERREA EN UNA JORNADA VESPERTINA POR EL CENTENILLO


Un día de esos tonto, desde hacía tiempo estaba preparada la ruta de las Navas de Tolosa que "in extremis" hubo que anular por la incertidumbre climatológica.

Cuando llevas tiempo preparando algo y se rompen los planes queda como un "bulle bulle", como un vacio envuelto en impulsividad contenida que lleva a buscar soluciones para salir del paso y no permitir a la frustración ganar un ápice de terreno.

Eso nos pasó a muchos ese día, cada uno busco la manera de romper la monotonía pues, aunque amaneció con muy mala pinta, después serenó.

Dicen que hablando se entiende la gente. En estas que coincidimos con ganas de marcha tres de los que nos habíamos quedado apeados de la ruta prevista. Coincidimos en el propósito, aún con día suficiente para andorrear y nos dispusimos a escuchar la berrea por uno de los parajes  de Sierra Morena más apropiado: El Centenillo.







El Centenillo es un lugar muy peculiar por la reciente historia ligada a la explotación minera. A cada paso encontramos algún vestigio que recuerda un pasado próspero.







El enclave donde se levantó este poblado de la nada es de gran belleza. Inmerso en plena Sierra Morena, en un altozano dominante de barrancos y valles monteros, es un inmejoreble balcón a ese muro que lo separa de la meseta y que en este lugar adquiere fuerte atracción e incita al reto: el Puntal.  







Por tanto, intentaremos combinar en esta corta ruta la espléndida naturaleza de la zona en un día que, al remate, quedó redondo para pasear, intentando percibir el desesperado berrear del ciervo cuando siente con las primeras lluvias que su tiempo de apareamiento ha llegado, con la visita a los restos mineros que se nos cruzarán en el camino, ahora entrañable y bella ruina de otro tiempo donde la pobreza y enfermedad de muchos se alternaba con la esperanza de unos pocos de encontrar aquí, en El Centenillo, el Dorado de Sierra Morena.










LA RUTA


Comenzaremos en la plaza del poblado, donde la pose petrea de un minero da la bienvenida y recuerda de que iba esto.







Desde allí, bajaremos a la carretera por donde el trenillominero llevaba su pesada carga de galena y plata a la estación del cable y, desde aquí, partía por el aire hasta el terminal de La Carolina.

Coincidiendo con las últimas casas en dirección a El Guindo veremos un carril que se desprende a la izquierda, lo tomaremos para comenzar un vertiginoso descenso buscando al fondo río Grande o de los Curas como siempre lo he conocido. A nuestra derecha el cerro de la Cuna, al frente el del Manto, por el momento ni vemos ni escuchamos los sonidos del monte, al menos los que buscamos.

Pronto el camino nos aboca al lo que fue el complejo minero de Ministivel, explotación diseminada por el barranco en el que nos encontramos. Uno de los pozos se encuentra junto a nuestro camino, aún se mantiene altiva la chimenea mitad mampostería mitad ladrillo de la casa de maquinas.






















Tras el cerro de la Cuna asoma el complejo minero de los Curas.













En una curva del camino encontramos una senda a la izquierda. No lo dudamos dos veces ¡hay que investigarla!

La intención tiene pronto sus frutos pues se trata del camino de entrada al pozo El Macho. Bonito pozo oculto en la espesa vegetación de monte mediterráneo.







Aquí todos los elementos de una explotación se conservan. Las casas de bombas y maquinas, el pozo, una chimenea desplomada en buena parte y, de la otra, solo la base.





















Encontramos esta joya del pasado





En lugar de regresar por la senda que nos trajo, nos dejamos caer por cauce seco del arroyo que conforma el barranco.




Pronto salimos al carril que traíamos anteriormente y que a su vez nos deja en la pista que discurre paralela al río Grande o de los Curas, al frente la loma del puntal cierra el horizonte.











Pronto divisamos nuestro siguiente destino. Coronado por unos eucaliptos, divisamos el cerrillo del Plomo, vestigio de la presencia y laboreo de los romanos de la zona. 










El cerrillo del plomo es un buen otero desde donde contemplar buena parte de los barrancos que conforman esta cuenca. Soterrado en gran parte por galerias y lleno de catas en busca de vestigios y construcciones, llegó a contar con una fundición de mineral










Pozo Nuevo, desde el cerro del Plomo a tiro de zoom, con su característica chimenea roja visible desde la lejanía. En poco tiempo estaremos en esa magnífica atalaya.






Algún ciervo escuchamos pero ver, ni con primáticos.






Abandonamos el cerro y comenzamos el duro ascenso a El Centenillo por el barranco de las Higueras, por el antíguo camino romano












Pronto nos topamos con las terrazas donde los mineros trataban de aportar algo más que silice a su dieta dieria























Los pabellones de solteros, donde la empresa alojaba a los recien llegados en busca de una oportunidad






Ya camino del pozo Nuevo, por donde trazaba el pequeño ferrocarril que conectaba las diferentes explotaciones mineras con la estación del cable donde se "facturaba" el mineral










En una cota inferior el barranco de las Higueras por donde ascendimos anteriormente





Por fin, Pozo Nuevo






















Continuando el sendero llegamos a la cumbre del cerro del Aguila, justo donde se encuentra la linde entre el término de El Centenillo y la finca Nava el Sach (curioso nombre)










Una bella panorámica de El Centenillo desde el cerro del Aguila




En pleno descenso, rematando la tarde nos sorprende el sol despidiendose, como si nos hubieramos puesto de acuerdo para la recogida



















EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS


Denominación
TARDE DE BERREA POR EL CENTENILLO
Fecha
29.09.2012
Itinerario
El Centenillo - Ministivel - Pozo Macho - Cerrillo del Plomo - Pozo Nuevo - Cerro del Aguila - El Centenillo
Acceso
Carretera de La Carolina a El Centenillo
Inicio
El Centenillo
Fin
El Centenillo
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero/ 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
 10,1 kmts
Dificultad
Facil / Moderado
Tiempo estimado
3 horas    
Cota mínima
 514 mts
Cota máxima
 874 mts
Desnivel acumulado
Subiendo:  416 mts.    Bajando:  416 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, no hay fuentes potables. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar ausente en casi todo el recorrido. 
Mapa

Referencias
Propia experiencia

SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): LAS CORREDERAS POR EL CAGADERO

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LOS TRANCOS, EL CAGADERO Y LAS CORREDERAS




No exageraba el amigo JJ Frías al describir la ruta por las antiguas sendas de la Sierra de las Villas como arrolladora y fantástica. He constatado personalmente que además de ser fruto de la emoción reflejaba fielmente la realidad, la que compartimos ese día.


Cuando nos dirigimos de Villanueva del Arzobispo a El Tranco, en las interminables curvas que nos descienden al cauce del río Gruadalquivir o bien si desde las alturas del Caballo del Torraso miramos al horizonte, no se nos puede pasar desapercibida una mella en la línea del monte, semicircular, que observada con determinada panorámica se asemeja a la forma que antíguamente tenían las letrinas. Su posición dominante en la Cañada de la Madera lugar muy transitado por entonces hizo que cobrara fama con la insólita denominación que hasta hoy nos ha llegado: El cagadero.
Este característico accidente del terreno forma parte de una cuerda montañosa que se alza sobre el olivar ganado duramente al monte en este amplio valle de nuestro gran río llamada Las Correderas. Desde allí la amplia panorámica que tendremos hace del lugar uno de los miradores más accesibles y menos conocido de esta maravillosa Sierra de las Villas









Los pasos, sendas, trancos, vallejos y demás parajes recorridos en esta corta pero intensa ruta son de una belleza considerable y, además, conmueven al pensar en el esfuerzo que les supuso a los serranos de entonces trazarlos y mantenerlos.
Afortunadamente, un serrano de pro, beneficiario de las tradiciones de estas tierras, joven para el conocimiento que atesora, botánico, toponímico, costumbrista,…está cumpliendo una tarea silenciosa que difícilmente se le valorará si no lo conoces personalmente, aunque no hace falta porque no lo hace interesadamente sino porque cumple con su deber y al mismo tiempo le apasiona, difícil conjugación que se da en este hombre, semblante del puro naturalista, amable en el trato, desprendido en explicaciones, conocedor del entorno sin jactancia de su sabiduría popular. Hoy he tenido la oportunidad y la suerte de estrecharle la mano y mostrarle mi admiración, ojala pueda compartir muchos más “raticos” con Manuel. Además tuvo el detalle de mostrarnos una reliquia del pasado, un bote de miera que le regalaron unos pastores, sustancia que se elaboraba en estas sierras para curar afacciones de la piel de todo tipo, especialmente la roña o sarna del ganado (aunque también tenía uso humano, la botica no andaba cerca,...)







Para saber más sobre la toponímia y curiosidades recomiendo leer LA ENTRADA DEL FORO


LA RUTA



Con los albores partimos de la explanada de la Fuensanta camino de la preciosa “caña de la maera”, zona de transito entre la sierra profunda y las poblaciones, lugar muy humanizado a tenor de los numerosos cortijos (buenos cortijos) existentes, centrada por el arroyo del mismo nombre que desagua en el Gran río algo más arriba del popular Puente de la Gorda, por donde nosotros lo cruzamos con los vehículos. De aquí, por pista asfaltada hasta la coqueta ermita de Jesús del Monte comenzamos a elevarnos hacia los farallones que cierran por casi todos los costados esta brecha del terreno. En la ermita se acaba el asfalto y continuamos por tierra pero bueno de transitar. El camino gira varias veces, el más llamativo en los Angostones, donde la cuesta de los arrieros se separa para dirigirse sin dilaciones al corazón de la sierra, luego volveremos por aquí. Ahora más decididamente se empina el camino para alcanzar cotas superiores, siempre entre olivares que ellos le comieron al monte. Algunos ramales se separan, unos hacía el barranco de los Lobos, otros hacía los cortijos del arroyo. Por encima de la Fuente del Tejo y cortijo de Casablanca (que luego visitaremos), a pie de pista, dejamos los vehículos y desmontamos para comenzar nuestra caminata.
El inicio es prometedor. La senda que tomamos calienta rápidamente los músculos de las piernas ya que arranca con una explosiva subida.








Pronto estamos pasando el primer accidente geográfico de la zona, el Tranco de la Zorra, parece que buena parte de la fauna se encuentra reflejada en la toponimia serrana, ¡que riqueza!.






De momento, coronamos y un llanejo nos dice que estamos en el vallejo de la zorra.







Allí contemplamos de lejos Piedra Cubilla y las Correderas, dos macizos significativos de la zona.





También el morrón grande, conocido como Cerro de Santa María con su estratégica caseta de fogoneros, tan cercana desde aquí.







Enseguida volvemos a subir para encontrarnos con una de las angosturas más bellas salvadas con arquitectura serrana, el Tranco de los Albardanos, la imagen es mucho más rica que lo que pueda contar, ¡y está allí! aún en pie, testimonio de lo bien que se hacían las cosas.


















Buen trabajo de limpieza se ve por este tranco, el descenso por esta antigua senda nos lleva al lugar donde corona la cuesta Juliana que viene del Cortijo Terrones.











Nos vamos dirección N intentando seguir el trazado de la antigua senda que se trazó por encima de pequeños peazos de labor. Difícil empresa pues aunque reconocible se encuentra intransitable por lo que avanzamos como podemos por esta Lancha del Cagadero, mala de andar, pedregosa.
















Nos alivia la vista la oquedad semicircular que súbitamente nos atrapa, el Cagadero (de D. Vicente según la historia que se cuenta). Parece que nos encontremos frente a una pantalla panorámica de Cinemascope y Technicolor de aquellas, este es un lugar para mirar,…




















Y eso hacemos mientras los más intrépidos quieren mejorar los horizontes.















Tras el deleite continuamos por la parte más amigable de esta lancha del Cagadero para darnos de bruces en un curioso collado: Puerto del Moro.










Allí una cruz de piedras en pleno puerto parece querer redimir el lugar de su denominación asociado al infiel. Por aquí debieron darse “correrias” (Correderas,…) en la época de la frontera musulmana, lo atestigua la existencia del Castillo de Chincolla, pequeño baluarte árabe que generó no pocas historias de tesoros escondidos por estos lugares.











Pronto captamos la cercanía de nuestro segundo objetivo de la jornada, el vértice geodésico de las Correderas, gran farallón visible claramente desde la carretera que baja de Villanueva al Tranco. Desde el puerto del Moro, tras un suave ascenso y repunteo de los intrépidos por una preciosa roca que nos llama la atención y nos hace retozar del horizonte de esta sierra, llegamos al mismo.


















Surge una de las lecciones de biología del día, el “bicho” para los profanos no deja de ser un bicho, sin embargo, de allí salimos con la convicción de que la evolución de las especies es la maravilla más maravillosa, tras el irrepetible comentario de JJ. Frías. Foto de grupo, merecido tentempié y recogida.


























De izquierda a derecha, en el horizonte, la Piedra del Agujero, la Albarda, el vértice de Almagreros (quemado), comienzo de la loma N del Caballo del Torraso. Debajo de este el hoyo de Carrales, y de ahí hacia la izquierda, la loma de la Albarda, el raso y cortijo del Puntal, y Agua los Perros







El regreso nos lo preparó Manuel por un sendero paralelo al que trajimos pero por una cota inferior y por delante del Cagadero. Allí observamos una pedrera posible vía de ascenso a un posible paso existente en el mismo. Por la sendilla aparecimos en un poyete por el que nos descolgamos por un tranquillo en una vibrante bajada hasta donde teníamos los vehículos.















el Cagadero desde abajo














un alto en el camino







el puerto del Moro, por donde hemos descendido







abajo la pista donde dejamos los vehículos







y los cortijos de Casablanca, con la fuente del Tejo que después visitaremos






la senda de la cuesta de los arrieros claramente dibujada en los "pelaos"






ultimo achuchón





















Por si no habíamos tenido bastante decidimos visitar y refrescarnos en la Fuente del Tejo, junto al cortijo de Casablanca, al pie de un estilizado chopo y en un entorno de frutales y soberbias nogueras.












Más tarde, en el descenso por la pista, nos detuvimos en la Fuente del Vigarral






Juan José tenía un As escondido para rematar la jornada, la visita a la cueva la Úrsula y al cortijo del Raso de la Vieja por las trazas de la antigua senda de los arrieros.




















Por la izquierda, la antígua senda de los arrieros






















EL VIDEO









DATOS TÉCNICOS


Denominación
LAS CORREDERAS POR EL CAGADERO
Fecha
04/07/2012.
Itinerario
Pista de la Cañada de la Madera -Tranco de las Zorras - Tranco de los Albardanos  - Lancha del Cagadero - Cagadero (de D. Vicente) - Puerto del Moro - VG de las Correderas - Puerto del Moro - Barranco del Cagadero - Pista de la Cañada de la Madera. 
Acceso
Desde Villanueva del Arzobismo, por la carretera de Jesús del Monte que parte junto al Santuario de la Fuensanta. Desde la carretera Transversal de la Sierra de las Villas por el collado del Ojuelo
Inicio
Pista de la cañada de la madera
Fin
Pista de la cañada de la madera
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
08,05 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
4 horas 30 minutos  
Cota mínima
1.019 mts
Cota máxima
1.396 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 423 mts.    Bajando: 498 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, al inicio y al final puede recogerse. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Bibliografía
Ruta guiada por Manuel y JJ Frías 

SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): SUBIDA A LA MORRA DE CHORROGIL POR TIERRA DE "JIPIS"

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LA MORRA, LOS "JIPIS" Y LA ESCALERA ROMANA




Un día perfecto. Claro, luminoso, fresco, las lluvias habían limpiado la atmósfera y, además, con 25 horas.

Hace tiempo leí la descripción de una ruta que impulsivamente tuve que trazar en el mapa. Si a lo de “villano” de vocación añades que la fuente de información refiere que la ruta proyectada transcurre “...por la senda más vieja y bonita que me encontré en estas sierras...”, pues vas contando los días que faltan para poder comprobarlo. Solo faltaba un día así, donde los acontecimientos se desencadenaron de tal manera que no quedó margen a la duda.

La Morra es una atalaya que se divisa nítidamente desde toda la zona de Guarondo. También se atisba desde gran parte de la Sierra de Cazorla. Se alza omnipresente sobre el valle humanizado que recorre el Aguascebas de la Fuente del Tejo en busca de su homónimo, el Aguascebas de Chorro Gil del que toma el sobrenombre: la Morra de Chorro Gil. Abajo en el valle, ahora dorado por efecto del otoño sobre los caducifolios que ellos plantaron, la vida tuvo que ser bullanguera. Los cortijos, buenos cortijos y no tapuelas, nos hablan de la existencia de cientos de serranos que aquí encontraron un paraiso de vida. Buenos poyos donde hacer terrazas, buena tierra donde cultivar lo que terciara, abundante agua para empaparlo. Y arriba, en la cumbre, por la Morra, buenas tierras de pasto cuando se iba la nevisca. Cuando el Aguascebas, el embalse, era Guarondo hasta dos molinos dicen que había, una bajo las aguas quedó para siempre, el otro arreglado y convertido en cortijo.







Llegó el tiempo de irse. De aquí no echaron a nadie, sin embargo se fueron buscando las comodidades de la ciudad. Hicieron la carretera para facilitarles las cosas y ellos la aprovecharon para mudarse e ir y venir con sus coches, hicieron hasta un cementerio que nadie llegó a estrenar pues prefirieron morirse en la ciudad.


Y vinieron otros. Donde los serranos dejaron la "silla" vacía vinieron unos extraños a ocuparla. Los "Jipis" les decían. Gente rubia, corpulentos, "muuuuuu" raros,... Llegaron a organizar una Comuna aunque aquello ya pasó pero ellos siguen allí. Los "Jipis" supieron encontrar ese paraíso en estos valles que los serranos dejaban vacíos.






Tanta gente por la zona tenían que buscar por donde moverse. Sendas de piedra seca, caminos, trochas y escaleras debieron construir para salvar los paredones que por aquí se alzan. Una de ellas, la hicieron tan bien, que comenzó a rumorearse que habían sido los romanos los autores de tal factura. Ellos, los artistas se llamaban, o mejor dicho les decían "los Faustinos". Encontraron el hueco por donde colar y fabricaron un monumento de ingeniería serrana, vamos, propia de los romanos.






Y en esa que nos vimos buscando la famosa escalera (y la encontramos) que nos subiera cómodamente a la Morra desde donde contemplar unas de las mejores panorámicas de esta sierra buena. Luego bajar al valle por la otra escalera, más deteriorada pero aún transitable la de la Morra. En el camino un rosario de cortijos muchos de ellos ocupados por los "jipis" de ahora que viven de aquello y lo cuidan con esmero porque aprecian la riqueza que contiene. Y también agua, mucha agua, agua a raudales, había llovido los días previos pero aquello es de agua, las choperas, los chortales, las fuentes denotan que Jabalcaballo alberga en su interior un gran acuífero que rezuma y brota por sus laderas. 




LA RUTA

Comenzamos la caminata en la conocida como Nava del Rico. Como todo aquí algún significado debe tener. Tal vez perteneció a algún señoritingo de las villas. Parte el carril de una recta inconfundible que lleva de la Fresnedilla al collado del Pocico o viceversa, según miremos. Antes de seguir quiero advertir de la cantidad de errores e imprecisiones que en los mapas que conozco y he manejado he encontrado, tanto el Alpina como el IGN.

Nada más iniciar el camino encontramos las ruinas de un cortijo y un poco más adelante otro con un poco más de porte, debe ser el cortijo de la Fuente del Pino porque pocos metros más adelante están los bien conservados tornajos y fuente del pino, esta última tapada para resguardar su buen caño de fresca agua.  Aquí, junto a la fuente se encuentra la confluencia del camino que seguiremos al regreso.


















Desde este cruce, el carril inicia un suave ascenso hasta lograr el collado de la Cruz, lugar desde donde ya visualizamos claramente nuestra cima del día , la Morra. Temprano estaban en el cortijo del collado cargando ovejas, probablemente para mudarse a tierras más amigables en época invernal. Debemos pasar rozando el cortijo desechando el camino que sigue a la izquierda y que nos llevaría al Raso de la escalera y a la Traviesa. Más abajo un cortijillo arreglado, sin lujos pero habitable y, más allá otro cruce  importante, si tomamos  el de la derecha nos llevará al precioso cortijo del Romeral que más tarde avistaremos. Seguiremos el de la izquierda dejando a uno y otro lados del camino bancales donde se asentaron huertos familiares.






















Continuamos descendiendo buscando el cauce del arroyo y de nuevo otro cruce. Este nos delata que hemos entrado en tierras de "jipis". Casi todos los cortijos en derredor se encuentran ocupados por extranjeros. Las Castañetas que dedica su espacio al turismo rural tiene un nombre extraño en estas sierras ya que castaños poquitos habrá, no es tierra de eso. Tres o cuatro intentos llevo y ya he desisitido de verlos brotar. Nos vamos para la derecha y en una bajadilla nos llama la atención el lugar donde deberíamos estar si hacemos caso a la placa que hay fijada en la fachada del cortijo junto al camino. Habrá que mirar en la capital, por si les falta algo,...

En el camino nos cruzamos con una pareja de autoctonas que vienen (a esas horas) ya de coger setas. También encontramos una pareja de cazadores esperando iniciar la jornada, mal presagio, día de tiros.














Por fin llegamos a uno de nuestros puntos de interés. Una gran pradera junto a un caudaloso "royo", de los que meten ruido, unos cortijillos medio parapetados, humeantes nos indica que hemos llegado al "Prao" de los Chopos. Entrañable lugar. Nos adentramos un poco por la pradera hasta llegar a la confluencia de arroyos, el que lo atraviesa es el del Raso de la Escalera y el que viene de los cortados de arriba, el de la Fuente del Tejo que le va a dar el nombre definitivo. Como lleva mucho caudal, origina un espectacular salto que nos deja un rato oteando desde la lejanía.














Cruzamos el Aguascebas de la Fuente del Tejo por un puentecito y pisamos uno de los tramos más espectaculares y bien hechos de de este camino. Ascendemos hasta un colladete donde pintan antiguas eras comunales.











Descubrimos un lugar increíble. A modo de santuario íbero se abre en un extremo de este collado un recordatorio a los "jipis" que se fueron. Símbolos pintados sobre la roca, muñequitos como exvotos, hasta una pequeña lápida nos quiere recordar la gente que se quedó en el camino. Había oído  hablar del "cementerio hippie", así lo llama la gente, el lugar es un mirador sobre un poyete sobre el largo valle. Bonito sitio para que te recuerden. 






























Abandonamos el peculiar "santuario" volviendo a la senda principal, si la siguiéramos acabaríamos en el cortijo de Tarquino o de Eladio como también lo llaman, sin embargo nos iremos por la izquierda, por donde se desprende un imperceptible senderillo que se va haciendo más claro conforme lo recorremos. Suavemente va elevándose dejando el poyo en el que nos encontrábamos y, entre pinos primero y junto a la pétrea ladera por la izquierda, asciende buscando la luz. 
Una maravilla de camino.





















Pronto, el soniquete del torrente nos alerta. Ha llovido mucho y el agua baja brava, escalonadamente. formando preciosas cascadillas, inundando el cauce que llevaba seco mucho tiempo. Nos asalta el temor sobre si podremos cruzar. 














Ya estamos aquí, en lo que veníamos buscando, la escalera de los Faustinos o la Romana como también la llaman. Afortunadamente podemos cruzar el arroyo de los Chortales aunque el agua ha desbordado su cauce y se derrama por donde tenemos que pasar, por la preciosa escalera bien tallada










Dejamos el cauce que ahora va por la derecha y ascendemos el último tramo disfrutando de esta maravilla, de este peritaje serrano de hacer las cosas.  Llama igualmente la atención lo bien conservada que está.














Finalmente, embocamos al portillo y nos sorprende una pradera encharcada que nos saca de dudas sobre donde nos encontramos: Prao Chortales, el de este lado porque allí, por las Lagunillas, hay otro igual. Avanzamos hacia el centro de la pradera y comprobamos que se encuentra en la confluencia de tres vaguadas que por aquí encuentran por donde desalojar lo que recojen, por eso se acumula tanta agua. Podría decirse que este es el nacimiento del arroyo de los Chortales que tras bajar por su barranco desagua en el Aguascebas de la fuente del Tejo, camino de Prao Maguillo. Conforme salimos del portillo, a nuestra derecha hay un cortijo y frutales y nogueras con tonos otoñales. Oímos voces, son niños y un adulto pero no entendemos nada. Los perros delatan nuestra presencia y se asoman, la ropa está tendida fuera. Rodeamos el cortijo por arriba y nos marchamos por la vaguada que viene de la Morra, por una fina rodada de caminante. Miramos hacia atrás y ..., delicioso.






























En el camino un gran laricio al que le hicieron un buen "resiego". Más adelante el senderillo se bifurca, el cráneo de un solípedo marca el cruce, intuimos que el de la derecha es bueno pues se pega a la raspa rocosa que asciende hacia la Morra. Continuamos subiendo suavemente por el bosque. 























Por fin el horizonte se despeja, se despeja tanto que oteamos hasta lo imposible. Nada más llegar a la llanura de la Morra encontramos al frente una preciosa panorámica de Mágina y Jabalcuz con una sutil franja blanquecina sugerente, casi podemos ver ¡¡¡los Caños de la Magdalena!!!!!!!!!!!!!!









Entre un bosquete de pinos asoma Peña Corva





Se está agusto en esa llanura de la Morra, pero tenemos a tiro de piedra la cocota, irresistible, invitándonos subir,... y subimos





Desde allí se ve medio mundo. Lo primero es mirar de donde hemos venido, nuestro remonte desde que asomamos al Prao de los Chortales, hermoso vallejo.






En la cocota tocan dos cosas, reponer fuerzas y MIRAAAAAAARRRRR. 

Desde la mayor distancia visible, hasta lo más cercano todo parece próximo desde aquí.














Del lado de la campiña Torafe siempre presente, dando la cara a su Sierra









Mágina casi al completo





Poyollano





La navilla de la Morra, donde tenemos el portillo para tomar su escalera





Cañada del Avellano





Guarondo, con falta de liquido,...





Prao Maguillo, el de las Villas













Peña Corva y las rotundas Banderillas a su espalda









Navazalto





Estuvimos en lo alto hasta que nos hartamos de mirar. Bajamos de nuevo a la llanura y nos despedimos de la cocota de la Morra. Si lleváramos más tiempo, recorreríamos esta llanura hasta bajar al Aguascebas de Chorrogil, a buscar el paso para lo del Tranco del Acebo, pero hemos mirado más de la cuenta arriba en la cima.





Ahora toca buscar la escalera que salva este Tranco de la Morra. Pronto damos con ella, está muy rota pero aún se nota bien. Baja salvando este paredón rocoso, imposible si lo miramos desde abajo, pero ya hemos aprendido que en cualquier hueco colaban una senda para ir de allí para acá.









Vemos esta oquedad junto a la senda de bajada. Pienso que se trata de la cueva de la Carambilla porque está por encima del cortijo del mismo nombre, pero o se trata de un abrigo menor o yo me la había imaginado más sobresaliente.Hay que separarse unos metros del camino para explorarla, desde la misma veo la traza de la senda con su elaborado refuerzo.


























Salvado este bonito tranco nos abocamos al cortijo, ahora vacío, bien guardado por un representante de la fauna local al que saludamos amigablemente









Podríamos, sin abandonar el poyo en el que estamos, seguir por la derecha hasta el cortijo de Tarquino, junto al filo rocoso de la cuesta del Oso, pero decidimos bajar a prao Maguillo. Por ser cordiales con la fauna, perdemos el rastro del camino que se descuelga hacia el carril que rodea Guarondo y bajamos por donde nos da a entender hasta que por fin la alcanzamos para no abandonarla hasta la confluencia con el carril.





Pasá Maguillo





Cuando el carril gira para irse hacia los praos de Coca, nos damos la vuelta para despedir este agradable rincón y la atalaya que vigila en lo alto, donde hace un ratico hemos estado














Arribamos a un último cruce, si para la izquierda nos fuéramos daríamos a la carretera, un poco por encima de la fuente de Carmen, nos iremos para la derecha, subiendo un último repechón pasando por los praos de Coca hasta llegar a los tornajos de la Fuente del Pino donde cerramos la circular que iniciamos por la mañana.


















EL VÍDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
SUBIDA A LA MORRÁ POR LA TIERRA DE LOS "JIPIS"
Fecha
28/10/2012.
Itinerario
Nava del Rico - Collado de la Cruz - Prado de los Chopos - Escalera Romana o de Faustino - Prado de los Chortales - Nava de la Morrá - La Morrá - Escalera de la Morrá - Cueva Carambilla - Cortijo Carambilla - Pasá Maguillo - Prados de Coca - Nava del Rico
Acceso
Carretera Transversal de la Sierra de las Villas, bien entrando por Mogón, bien por el puente Ortega, cerca del asentamiento de la Fresnedilla (hoy observatorio meteorológico) hay una larga recta de donde parte un carril a mitad de la misma con un cartel indicativo de "Carril Prao de los Chopos - La Escalera).
Inicio
Nava del Rico
Fin
Nava del Rico
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
14,02 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
5 horas
Cota mínima
1.094 mts
Cota máxima
1.524 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 671 mts.    Bajando: 671 mts.
Perfil
Sugerencias
Agua al inicio en la fuente del Pino. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estío. No abandonar basura. No encender fuego. 


Track
Movil
Cobertura Movistar en las cotas, buena cobertura en La Morra. 
Mapas


Bibliografía
Experiencia propia. El Gran libro de la sierra de las Villas; Gomez Muñoz, J

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): CUERDA DEL MOSCO Y POYO ALTO DESDE FUENTE DEL ESPARTO

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DEL VALLE DEL SEGURA A LA CUERDA DEL MOSCO


Hace tiempo, camino a Prao Maguillo llamó mi atención una loma que impedía catar visualmente mi destino en ese momento, el calar de Cobos. Uniforme, más elevada en el centro y aparentemente accesible desde el valle, pero entonces quedó para mejor momento, quedó ensombrecida por el coloso altiplano segureño desde donde casi todo puede tocarse. Como todo tiene su día, esa loma guardada en la mochila, en el compartimiento de pendientes, esperaba su momento.



Fotografía gentileza de Paco Luís



La llamada de Sansón pudo más que el sentido común. Tocaba a rebato. Reencuentro y alboroto iban unidos de la mano.







Y digo lo del sentido común porque en esto que me vi apagando el despertador a las cuatro de la madrugada, hora mas de trasnoche que de madrugar. Y digo lo de que tocaba a rebato porque el personal estaba muy castigado por las recientes, continuadas y benditas lluvias. Mientras los “frescales” se han ido casi de rositas, los de los “findes” hemos sufrido una dura pena. Finalmente, lo del alboroto porque conociendo ya como va uno conociendo al personal, el día y la concurrencia preludiaban sendas divergentes, y no por disidencia propiamente dicha, sino porque la ruta daba para ello.

Madrugón y tres horas de viaje tenían que compensar. Y ¡demonios! que así fue.






El transito del valle del Segura, donde este queda frenado en su ímpetu por el embalse de las Anchuricas al valle de los Anchos, centro e icono humanizado de lo más profundo de esta sierra de Segura, bonito donde los haya, fue una de las grandes recompensas del día. Pero dio para más, mucho más, la subida y paso por otra joya de la prolifera arquitectura serrana, el Tranco o paso de la Viga, el cresteo (unos más que otros) por la cuerda del Mosco (¡que bien situada está!), el encuentro breve pero interesante y prometedor allí en las alturas con dos admirados “foreros” autóctonos, aljabely matterhorn “troupe” incluida, la bajada por una antigua y perdida senda que aprovechaba otro portillo de esta emergente cuerda, las ruinas de los cortijos de las Fresnedillas (otras más) en un paraje encantador, fruto probablemente de esos “tóxicos vegetales” que abundan ahora tanto en nuestra sierras, las interminables panorámicas, una aldea de ensueño con el agua como protagonista, bromas, risas, planes futuros, labraron una jornada para el recuerdo. Salieron tres rutas diferentes de un planteamiento inicial, una de ellas con dos variantes y ninguna defraudó.






Agradecer a los anteriormente mencionados, grandes conocedores de esta profunda Segura, Matterhorn y Aljabel, por la deferencia de salir a nuestro encuentro y las brillantes explicaciones que nos dieron de este PEDAZO de Sierra. Al segundo, sumar otra felicitación por la formidable señalización con hitos de la senda de bajada, de muy fácil pérdida sin esta ayuda.




Fotografía gentileza de Paco Luís





LA RUTA



Temprano madrugó la madrugada
Temprano está rodando por el suelo,...

Esto fue lo que me vino a la cabeza cuando arrancaba el coche.






Después pensé en el topónimo de donde nos dirigíamos, es una de mis debilidades: ¡MOSCO!. ¿Se referirá al díptero molesto que cuando nos “engancha” cansinea hasta conseguir que verbalicemos lo prohibido? ¿o será uno de esos topónimos serranos indescifrable?




Vimos los albores llegando a Hornos donde hicimos escala para abastecernos de ricas tortas recién horneadas. La Garganta la subimos con el día asomado. Encumbramos y tomamos camino de río Madera que nos llevaría en busca de su mayor, el Segura allí por Huelga Utrera. Estábamos cerca, la Toba, las Casicas y primera a la izquierda hasta Fuente del Esparto. La mañana caía a plomo sobre nuestra cumbre. Echamos a andar con frío que pronto cesaría con el primer esfuerzo.








El valle donde el barranco de Borbúa abre al cañón del Segura es un mosaico de cortijadas, tan orgullosas de sí mismas que en muy poca distancia cada una guarda su sello. A Fuente del Esparto, la mayor en dimensiones, hay que sumar frente a nosotros a Los Pericolos. Barranco arriba Los Galdones y aún quedan Los Paulinos. Así, esta primera parte del camino se hace amena.
























En este privilegiado lugar, al amparo de los Dientes de la Vieja que se descuelgan del calar de Cobos hacia las Anchuricas abandonaremos la pista que traíamos para comenzar a ascender de verdad por una senda ahora bien cuidada y desbrozada.



Dientes de la vieja



Caseta de fogoneros del Puntal de la Misa




Sansón bajo la dentadura...





Conforme ganamos altura da la impresión de que la senda morirá en alguno de esos paredones que caen frente a nosotros, pero ahí está, una impresionante horma de piedra seca se eleva para acunar el camino que nos llevará por el paso de la viga salvando un portentoso tranco.










Otro ingenio serrano que zigzaguea para dejarnos muy cómodamente en la meseta antesala de Poyo Gavilán.



subiendo el tranco de la Viga





Conforme asomamos pausadamente se escapa un ¡guauuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!!!!

De los que te dejan con la boca abierta hasta que el "mosco" te hace recapacitar. Primero su Majestad el Yelmo por su cara de levante, la más corpulenta, y al bajar la mirada el valle de los Anchos, un edén que ellos supieron elegir bien para vivir, seguro que inviernos duros conocieron pero también primaveras indescriptibles como la que ya tuvimos oportunidad de admirar en su momento (ver enlace).



El Yelmo



valle de los Anchos




Prao Maguillo



Los Anchos


El momento daba para exclamar ¡Dr. Livingstone! ¿supongo? los foreros Matterhorn y Aljabel nos esperaban en este suntuoso púlpito serrano donde tuvimos la fortuna de conocerlos y saludarlos personalmente. No eran las cataratas Victoria, pero no importaba, el lugar no desmerecía.






Tras conversar, decidimos alcanzar la cima de esta misteriosa cuerda del Mosco, Poyo Alto se mostraba accesible y con las indicaciones de quienes conocen bien la zona allá nos fuimos.








Poyo Alto. Cuerda del Mosco


Los de cabeza buscaron rápidamente la cuerda, los de la cola llaneamos por la ladera para ascender posteriormente directos al cerro. La trocha al picacho tuvo su cosa, sobre todo una buena rampa final. Pero de verdad que mereció la pena. Inmediatamente Pepe Cabrera nos construyó la panorámica de 360 º. Los calares segureños nos invitaban cortésmente a una visita. Cobos con su Puntal de la Misa, el del Pino, el de Gila con su piedra Dionisia, el de la Pililla con su Majalón y su puntal de grato recuerdo, el de la Hoya de Herreros con esos impresionantes cortados que bajan desde las Buitreras a la Toba. Más lejanos pero perfectamente distinguibles aunque el día no daba para mucho, el Espino, Navalperal, la Sima con su cerrico Mentiras en lo alto y difuminado por la bruma ese delatador de Siles, Cambrón.




Calar de Cobos: puntal de la Misa y dientes de vieja






Yelmo


Al fondo La Sagra. En primer término el Calar del Pino



Calar de la Pililla: Majaldón y puntal de la Pililla






Valle de los Anchos


Poyo Alto



Embalse de Anchuricas. La Toba. Arriba el Puntal de las Buitreras






Calar del Pino


Después de henchirnos los sentidos decidimos tomar los derroteros de los que nos precedían aunque en lugar de realizar la cuerda entera hasta el calar del pino buscaríamos una senda perdida que nuestros anfitriones nos indicaron para bajar a las Fresnedillas. Y vaya que dimos con ella, cresteando desde Poyo Alto tuvimos que “enmatojarnos" un poco en bajada para darnos de bruces con el camino serrano, probablemente comunicaba la cortijada de Arroyo Blanquillo con nuestro destino próximo, las Fresnedillas.










Siguiendo fácilmente los hitos colocados recientemente por Aljabel realizamos un descenso inimaginable. Cierto que la senda está en algunos lugares perdida por la vegetación y sucia de piedra pero no es difícil seguirla. A medio camino decidimos parar a comer junto a unas piedras que nos invitaban al descanso y que seguro que sirvieron para el mismo fin a muchos que pasaron por aquí, ello a tenor del hermoso resiego existente junto a ellas.











Las ruinas de los cortijos de las Fresnedillas nos saludaron la tarde.






Allí, en la puerta de uno de ellos un vestigio de su vida, un cabecero de cama que seguro tiene recuerdos de idas y venidas al mundo, dolor, amor, ...






Guardan estos cortijos un bosquete subyugante, los clarisombras de la tarde fascinan, mirando a uno y otro lados presientes que una cohorte de gnomos saldrá súbitamente al encuentro para increpar a los recolectores de setas.






En esto que nos topamos con el espectáculo del día, a decir del amigo JJ Frías de un corro de Brujas de Lepista paneolus. Si ya decía yo que notaba una presencia inquietante... Precioso espectáculo.













Una última mirada atrás nos da la perspectiva de la bajada.









Atravesando los antiguos huertos ganamos la pista que cómodamente nos acerca a nuestro destino final, de nuevo Fuente del Esparto.

















EL VIDEO










DATOS TÉCNICOS


Denominación
CUERDA DEL MOSCO Y POYO ALTO DESDE FUENTE DEL ESPARTO
Fecha
24.11.2012
Itinerario
Fuente del Esparto - Los Paulinos - Paso de la Viga - Portillo del Gavilan - Poyo Alto - Cortijos de la Fresnedillas - Fuente del Esparto
Acceso
Desde Hornos de Segura, ascendemos la Garganta de Hornos por la C-321 dirección a Santiago - Pontones. Llegados a la Cumbre tomamos el segundo desvio a la izquierda dirección Río Madera. Justo al pasar esta aldea serrana hay un cruce, tomaremos la carretera de la derecha en dirección a La Toba, localidad a la que debemos llegar y sobrepasar además de las Casicas del Río Segura para a un kilómetro de la última encontrar el indicador de Fuente del Esparto que se encuentra a 1 kmt aproximadamente del cruce en el que nos desviamos.
Inicio
Fuente del Esparto
Fin
Fuente del Esparto
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero/Trocha 
Estación
Primavera/Otoño
Distancia
 14 kmts
Dificultad
Dificil. Hay tramos en los que hay que tener intuición y experiencia para encontrar tanto la subida a Poyo Alto como la senda de bajada a la Fresnedilla.
Tiempo estimado
6 horas  30 minutos  
Cota mínima
 909 mts
Cota máxima
 1756 mts
Desnivel acumulado
Subiendo:  895 mts.    Bajando: 895 mts.
Perfil
Sugerencias
Agua para regalar en Fuente del Esparto. Tramos en ruta intuitivos, desistir senderistas sin experiencia. Procurar ir acompañados. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Foro
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. Escasa con Vodafone
Mapa
Mapa

Referencias
Ruta con destino a Poyo Alto diseñada por Sansón y Pepe Cabrera que habían investigado la zona. El regreso se improvisó gracias a las precisas indicaciones de Matterhorn y Aljabel con los que coincidimos en la cumbre. 

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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



RUTAS EN LA COLUMNA DE LA IZQUIERDA


En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




Photobucket





TIEMPO DE OTOÑO




Fotografía cortesía de ASAJA



MÚSICA DE OTOÑO







OTOÑO EN EL PARQUE DE CAZORLA
SEGURA Y LAS VILLAS







LA BERREA










CONSEJOS PARA DISFRUTAR

DEL SENDERISMO EN OTOÑO







SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): LA MORRA DE LOS CEREZOS. PROBABLEMENTE EL BALCÓN MÁS BONITO DE LA SIERRA DE LAS VILLAS

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LA MORRA DE LOS CEREZOS, BALCÓN DE LA SIERRA VILLANA. LA ESCALERA DEL RASO Y EL DICHOSO MAPA


Ya va uno reconociendo algo esta sierra de las Villas, pero siempre hay un rincón inédito que te asombra. Hace unos días la Huelga del arroyo del Tejo nos dejó pasmados. Pero el pasmo no es estático, es un estado dinámico y evolutivo y hoy de nuevo nos ha golpeado esa sensación que te deja unos momentos sin articular palabra o te lleva a dar un grito eufórico de entusiasmo, de conquista al fin.






Y eso que no estaba previsto ni por asomo, pero al llegar a la pista que va del arroyo de Gil Cobo a Jabalcaballo (y viceversa), tras coronar la escalera del Raso y asomarnos al puntal de las Peanas hubo un momento de chispa, el subconsciente expelió lo oculto a la par y,... 

- ¡Oye! ¿Y si...
- ¡Pues ya que estamos aquí...

Sin mencionar el objeto de tan sesuda conversación sabíamos que hablábamos de lo mismo.






La Morra de los Cerezos nos dejó el otro día pensativos avistándola desde la otra Morra, la de Chorrogil. Su enigmática caseta nos atraía en silencio. Ninguno de los tres habíamos pisado sus alrededores.







Aunque visible desde buena parte de esta sierra, este picacho queda encapotado por la encantadora Peña Corva  y el Pardal en la planicie mágica de Jabalcaballo y por el coloso de la zona  ¿Blanquillo?  ¡Nooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!, PEDRO MIGUEL.






Esa es otra, en la que no entraré ahora aquí. 
Ya tengo claras más cosas:
1º El famoso Blanquillo, se llama en realidad Pedro Miguel. 2º El Pedro Miguel del mapa Alpina es La Morra de los Cerezos. Acabó por despistarme Enrique Martín Fernández que en su magnífica obra “Sierras de Cazorla (en letra más grande,...) Segura y las Villas. Guía del excursionista”, mantiene el gazapo del Alpina. Pero ahora si lo tengo claro.







Esperábamos conseguir una cumbre más, la foto en otra caseta de tantas como salpican nuestras cumbres, pero ninguno esperábamos lo que nos deparaba la cara oculta de esta Morra. Como se suele decir, ¡no es contarlo! ¡hay que verlo! Tanto me ha gustado que desde ahora creo que esta Morra de los Cerezos se llevará por mi parte el sobrenombre de ¡el balcón más bonito de la sierra villana! (con permiso del Torraso, mi montaña favorita). 

¡Ah! y otra cosa, empiezo a creer en los "cantos de sirena" del amigo JJ Frias.


LA RUTA



Al remate, el resto de cosas que teníamos para “trastear”, como radiaría Sansón, quedaron en claroscuro. La emoción de la improvisación en la subida a la Morra de los Cerezos y el espectáculo desde allí disfrutado no deben ensombrecer una estupenda jornada. Teníamos en previsión encontrar la Escalera del Raso, subirla y desde el  Poyo de la Juliana bajarnos a la Huelga del arroyo del tejo que el otro día se nos descubrió. Alcanzar los Chortales y llegar a la Morra (de Chorrogil, La Morra a secas aquí en las Villas), visitar las ruinas del cortijo de Justa "la fumaora" y los tornajos cercanos, buscar la Sima, que el otro día no la encontramos, y bajarnos por la Escalera de la Morra, pero en lugar de asomar a la pasá Maguillo, girar a la derecha por el poyo (el cual desconozco nombre) que asoma al cortijo de Tarquino o de Eladio, bajo la Escalera Romana. Y todo eso saliendo y llegando a la Nava del Rico, donde dejamos el coche.






Pues, salvo lo de la Huelga del arroyo del Tejo, completamos lo previsto y  ¡encontramos la Sima!







Dimos con cueva Carambilla gracias a las amables indicaciones de uno de estos nuevos serranos, esos rubios y corpulentos que se instalaron por aquí y lo tienen como un palmito ¿Daniel? creo que dijo llamarse.







Nos explicó las dimensiones de la Sima (esta la encontramos solitos), ya que además, parece ser espeleólogo, y nos deleitó con un vuelo en parapente (por supuesto, él solito, por si alguien había dudado) desde la Nava de la Morra al Valle de la pasa Maguillo.






¡Que día!

Bueno, paso a paso.







Partimos de una helada Nava del Rico por la pista donde pusieron un cartel de la ruta Prao de los Chopos – la Escalera.






Aliviando para entrar en calor, rozamos las ruinas del cortijo de la fuente del pino, los tornajos y la cuidada fuente que ya visitamos en nuestras anteriores inspecciones por la zona. A esta altura encontramos un primer cruce, la derecha nos llevará a los praos de Coca y pasá maguillo, aunque seguimos por la izquierda en una pronunciada curva comenzando a ascender al collado de la cruz al que pronto llegamos ya con el termostato en óptima regulación.  Aquí recibimos la primera brisa visual agradable de la mañana con la aparición de la inconfundible Morra. Debajo, el poyo que intentaremos revelar de regreso y la grieta que permite el paso a los Chortales a través de la genial escalera Romana (Faustinos).






Más abajo, a la altura del cortijo de la Cruz, un segundo cruce nos hace hoy decantarnos por la izquierda (otra vez), la derecha nos llevaría al Prao de los Chopos y a la ruta del otro día. Llaneamos y descendemos ligeramente hasta cruzar el cauce de un arroyo de poca envergadura y subimos por este cómodo camino que, siguiéndolo hasta el final desemboca en la carretera de nuevo, a la altura del cortijo de la Traviesa. En el trayecto divisamos la compacta lancha de la Escalera.











Pasamos por la Carrasca, donde un cortijo bien bonito nos saluda.







Un repecho y ya el collado del Raso nos enseña lo que venimos buscando. Abajo, el gran cortijo del Raso de la Escalera, el nuevo, porque el viejo lo roza la senda más allá y es pura ruina. Enfrente, el paredón rocoso, la lancha que esconde bonitos y amplios poyos de cultivo y en el centro de todo, el canalón que labra el arroyo por donde metieron la senda para subir y bajar a los poyos y más sitios.








Después de mirar y remirar, intuimos un posible trazado y nos lanzamos a la cañada, primero a rendir visita al buen cortijo, ahora vacío como los cortijos ovejeros de por aquí, trashumantes, cerrados en invierno pero bullangueros el resto de estaciones.








El cortijo y los huertos se encuentran vallados, por lo que rodeamos la alambrada buscando cruzar el arroyo que nace aquí y que toma el nombre de este lugar, el Raso de la Escalera. Todo vuelve a tomar sentido, ya que por aquí se adquiere la denominación inequívoca del lugar: cortijos (nuevo y viejo), arroyo, escalera, lancha, collado. Los serranos sabían poner los nombres, sencillos y rotundos, inconfundibles.







Cruzamos el arroyo y buscamos una sendilla que seguimos sin saber si es la buena, a mí me da que esta no es la buena, que empieza más arriba de la cañada y circula unos metros más arriba de nosotros.







La sendilla que llevamos, pegada a la valla, nos deja en la fuente, una hermosa fuente de la que ellos probablemente se abastecen. Los alrededores están llenos de bujeas, cerrado, aunque se intuyen senderillos de animales por los que buscamos la parte despejada que vemos más arriba. La otra opción es regresar y buscar el arranque de la senda buena, pero nos enredamos y finalmente damos con ella algo más arriba. Sube por la izquierda del canalón según se mira.







El resto es "coser y cantar", pues la hicieron tan bien que aún cumple su misión. En una curva vemos en la pared de enfrente una cueva que nos llama la atención.







Continuamos el cómodo ascenso hasta cruzar el arroyo que cae de los poyos de arriba y centra esta canal. Ya el cortijo que visitamos y nos sirvió de arranque queda distante, entre sol y sombra.







Al cruzar el arroyo y pasar a la otra vertiente, decidimos visitar la cueva que vimos y nos vamos para el paredón. No merece mucho la pena, pero es bueno conocerla, pues puede servir de refugio en un momento de apuro.








Volvemos sobre nuestros pasos porque la senda la dejamos más abajo, cuando cruza el arroyo hace un giro brusco a la izquierda buscando ya la salida, es donde traza algunas curvas para ganar altura y desembocar en el poyo de la Juliana, en realidad este lugar delimita este del poyo de los Robles que es el que se va como para Gil Cobo. Decidimos hacer una parada y mirar un rato, recomendable ejercicio en lugares privilegiados como este. Mis amigos no pueden resistirlo y se van a mirar al puntal de las Peanas que se alza altivo cual púlpito eclesiástico.








A la vuelta de la atalaya recogemos y continuamos la senda que en diez minutos nos deja en la pista que hicieron para entrar y salir de Jabalcaballo. Más altura y la panorámica se abre ¡bonita! Y aquí surgió, sin quererlo, la chispa.







Y la chispa era que sabíamos lo cerca que andábamos de la cota más elevada de este lado de la sierra, la escalera que habíamos tomado nos elevó casi sin desgaste físico y la atracción a lo aún desconocido  pudo mas que la planificación que llevábamos. Ascendimos por la pista doscientos metros en dirección a Gil Cobo y la abandonamos allí donde se aprecia un colladete en la ladera. Desde este, pudimos advertir que nos encontrábamos en un denso lapiaz que nada tiene que envidiar a otros que he recorrido por la sierra del Pozo.







También trazamos la ruta a seguir para lograr el ascenso más cómodo. Sin perder la curva de nivel nos introdujimos en la conocida como la Torca, dominada por la Morra de la Torca, gemela de la que nos espera pero menos amigable. Entre lajas y dolinas alcanzamos un punto en la ladera de esta agreste Torca.







Desde allí divisamos el paso natural, cruzando el collado del muerto (de nuevo, mal ubicado en el Alpina), hoy convertido en chortal y en el que aparece una formación parecida  a un sorbior por la parte de la hoya de la Zamarrilla.








Bajamos al collado y comenzamos a ascender la ladera de nuestro destino por un denso pinar. Casi a tientas, encontramos un portillo entre las rocas con las que nos topamos justo al W de donde se sitúa nuestra Morra de hoy. El portillo nos descubre una preciosa y extensa majá salpicada de arenarias y gamonales. La caseta la tenemos encima y la coronamos.












El ánimo no estaba preparado para esto. Esperábamos una buena panorámica pero creo que a los tres nos sorprendió. Llegados a la caseta, hay que desplazarse cien metros más hasta el puntal de la Morra donde está realmente el asombroso balcón. Y digo balcón porque es eso mismo, no es un mirador cualquiera. Bajo nuestros pies un impresionante barranco da una increíble sensación de vacío.







Por mucho que miremos en derredor no encontraremos restos de cerezos y es que probablemente, el nombre de esta impresionante Morra se la pusieron los del lado del Guadalquivir refiriéndose al cerraco que se alzaba justo por encima del cortijo de los cerezos. Visto así, ahora lo entiendo.

Sería extensísimo contar todo lo que desde aquí se aprecia, es mucho. Es interesante destacar en el valle, Coto Ríos y su característico cortafuegos, que no para hasta que se topa con el calarejo de los Villares.











La piedra del Mulón, el Castellón de los Toros y el Recó del Aguasmulas de Las Banderillas.







Los barrancos del Borosa, de la Campana y del Aguasmulas.







La cuerda de los miradores con el Almorchón vigilante al fondo.







Peñamujo apuntando al Yelmo.







El altivo Pedro Miguel.






La raspa del Torraso.







El morrón de Santa María.







Cabañas, la cuerda de los Agrios continuada ya mas cerca con la del Gilillo.









Jabalcaballo, mágica llanura con su Peña Corva, Pardal, Morra en funciones de baluartes.






De la misma peña corva parte una loma que llega hasta nuestra situación, es la cuerda de la Roña coronada de varios puntales, el propio de la Roña, el de los esasperaos y el puntal de la Nava sobre la bonita llanura de la Nava de Diego (Domingo en los mapas) el viejo.







Del otro lado, del que se pone el sol, la campiña salpicada de blancas manchas destacando siempre Torafe entre todas.







Y Mágina, altiva, orgullosa de atesorar en esa corta cuerda las mayores atalayas de la provincia.






Seguro que me dejo cosas, que me disculpen tantos lugares. Recomiendo encarecidamente que, quién allí decida subir, se deje tiempo para mirar.








Tras la fotografía de rigor para dejar constancia de nuestra presencia, toca retirada.







Descenderemos por la misma majá por la que trotamos hace poco, pero ahora en dirección SW buscando de nuevo la pista de tierra a la altura de la fuente del Tejo.






Casi sin darnos cuenta encontramos una sendilla que nos baja cómodamente con la única sorpresa de una vaca de las tantas que por aquí campean a sus anchas, por algo a nuestra derecha hay un laberíntico lapiaz conocido como los Toriles.






Llegamos por fin a la Fuente del Tejo.






tomamos la pista y dirección a Jabalcaballo. En el camino varios resiegos nos dan idea de lo transitado de esta Cañada del Avellano y de que por aquí fue una senda engullida probablemente por el camino que ahora pisamos. Llegamos a la llanura mágica, a lo lejos un grupo de tres vacas se espantan ante nuestra presencia y se van a corretear por la pradera. Allí nos paramos, descolgamos las mochilas y nos disponemos a comer en uno de los mejores restaurantes con vistas de esta sierra. Enfrente, sin moverse, Peña Corva, ¡buen provecho!







Tras el postre, sin dilación, porque echando cuentas nos quedaba el tiempo justo y aún llevábamos dos tareas pendientes, nos encaminamos al lapiaz que separa la Cañada del Avellano de los Chortales. Rozamos las casas de la cañada (las de abajo) cuestión que no gustó demasiado a los cánidos que guardan el cortijo.










Un laberinto nos lleva sin perdida a coronar esta cuerda que de seguirla topa directamente con La Morra, pero nosotros preferimos hoy el terreno cómodo y tras cruzar el portillo nos dejamos caer por la senda hasta el cortijo de los Chortales.














Ya en el vallejo comenzamos a ascender en dirección de La Morra primero, por las tierras buenas (¡demonios! como se pega a la bota).







Luego, por un denso pinar, para finalmente entrar de nuevo en un lapiaz que corona la navilla de La Morra y ¡voilá! ¡la SIMA! El único lugar que dejamos sin revisar el otro día.









Mirándola de frente se advierte el peligro que entraña subir cresteando desde el cortijo de los Chortales, si no se conoce su ubicación puede entrañar un grave peligro de precipitación, sobre todo si hay niebla.

Tras escudriñar su atrio, conformándonos con la emoción de haberla encontrado, nos disponemos a dejarnos caer por la escalera de La Morra cuando un corpulento rubio se acerca a nosotros y en nuestro idioma con acento ¿germánico? nos saluda amablemente y nos cuenta los vericuetos  de la caverna, varias salas que requieren rappel. Le transmitimos que nos sentimos más seguros en el exterior y creo que a tenor de las canas que portamos lo entiende. Se encuentra esperando a que se levante algo de viento para lanzarse con parapente. Le interpelamos por la cueva Carambilla, otro de los objetivos previstos para la jornada. Dice no conocer nada con ese nombre pero nos da pistas de una cueva que rozaremos en nuestro camino, del Agua la llaman ellos ¿será la misma?. Nos despedimos y le deseamos suerte con el salto. Volcamos a la senda y comenzamos a descender por la escalera, como ya dije muy perdida pero aún reconocible y transitable con cuidado, al encontrarse mucha piedra suelta.










Al llegar al final de la escalera, donde la senda de piedra da paso a la de tierra, hay que optar por ir a la derecha, bajando hasta encontrar la que del cortijo Carambilla que se dirige a nuestro próximo destino, el de Eladio. Encontrada esta, solo nos queda seguirla, aunque medio perdida se rastrea bien. Atentos debemos estar cuando llegamos a una nava dentro de este amplio poyo, nos encontramos en la parte más elevada del mismo y desde aquí nos queda ahora descender hacia el arroyo de los Chortales. Un grito extraño surca nuestras cabezas, y no es un buitre...









Si nos asomamos al filo rocoso de esta navilla podemos ver debajo, en la ladera, un pino solitario que tal y como nos indicó ¿Daniel? marca el lugar de la cueva ¿Carambilla? Para acceder a la misma hay que rodear por la izquierda el roquedal y bajar con mucha precaución hasta situarnos a la altura de su abertura. Una buena oquedad se abre al interior. Una bonita cueva esta, no es covacha, aunque seguro que la usaron para resguardar ganado.








Regresamos a la navilla con la satisfacción de haber conseguido otro “trofeo”.







Ya nos queda recorrer este poyo para comprobar que es transitable. Al menos visualmente, espectacular.









Comienza ahora un pronunciado descenso por una umbría del pinar, donde la senda aparece y desaparece pero el camino está claro.






Llega un momento en que advertimos que la senda se hace más clara por la derecha, llanea y se pega al paredón rocoso que cae desde el poyo de los Chortales. Dudamos si continuar nuestro precipitado descenso hacia el fondo del barranco o tomar esta que se nos insinúa más grata. Finalmente optamos por la segunda, que nos llevará derechos a las cascadas que forma el arroyo de los Chortales al abandonar la escalera Romana. Por tanto, estamos arriba de este canalón, si hubiéramos continuado bajando probablemente habríamos salido directamente al cortijo Tarquino o de Eladio.



















Desde aquí, con el camino ya conocido es un “coser y cantar” llegar al coche. Relajados vamos disfrutando de estos preciosos rincones, el “santuario Jipi”, prao de los Chopos, collado de la Cruz.














Llegamos casi anocheciendo a la Fuente del Pino, donde nos detenemos para ver un bonito atardecer de fondo.






Nos vemos en el coche unos minutos más tarde, donde nos cruzamos con el pastor del otro día, que seguro pensaría al contarle nuestros andares que ya estábamos cansurreando de más la zona. Pues amigo, desde aquí te anuncio que volveremos cien veces a cansurrearla porque hemos recorrido un paraje espectacular.











EL VIDEO






DATOS TÉCNICOS


Denominación
SUBIDA A LA MORRA DE LOS CEREZOS
Fecha
09.12.2012

Itinerario
Nava del Rico - Collado de la Cruz - Raso de la Escalera - Escalera del Raso - Poyo Juliana - Pista - Torcales - Morra de los Cerezos - Fuente del Tejo - Jabalcaballo - Los Chortales - Navilla de la Morra - Escalera de la Morra - Cueva ¿Carambilla? - Escalera Romana - Santuario "Jipi" - Prao de los Chopos - Collado de la Cruz - Nava del Rico
Acceso
Carril de tierra situado aproximadamente en el Km 24'500 de la carretera trnsversal de la Sierra de las Villas, tomada desde la localidad de Mogón.
Inicio
Nava del Rico
Fin
Nava del Rico
Tipo de trayecto
Circular (en sartén)
Tipo de firme
 Pista/ Sendero/Carril 
Estación
 Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
 18, 82 kmts
Dificultad
 Dificil. Ruta sin señalizar. Tramos sin senda definida.
Tiempo estimado
 8 horas  30 minutos  
Cota mínima
 1.199 mts
Cota máxima
 1.664 mts
Desnivel acumulado
 Subiendo:  876 mts.    Bajando:  876 mts.
Sugerencias
Precaución en invierno en las umbrías, placas de hielo. Es recomendable llevar agua para el recorrido, no obstante hay agua abundante en el cortijo del Raso de la Escalera y en la Fuente del Tejo. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Foro
Track
Movil
Cobertura Movistar en buena parte del recorrido, especialmente en las cumbres y en su proximidad.
Mapa

Referencias
Experiencia propia. El Gran libro de la Sierra de las Villas: Gómez Muñoz, J.; Sierras de Cazorla Segura y las Villas. Guía del excursionista. Martín Fernandez, E. Ed. La Serranía.

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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



RUTAS EN LA COLUMNA DE LA IZQUIERDA


En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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Fotografía cortesía de ASAJA



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OTOÑO EN EL PARQUE DE CAZORLA
SEGURA Y LAS VILLAS







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SIERRA MORENA (JAEN): MONTE DE SELLADORES - SENDERO DE LOS CUATRO TÉRMINOS

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EL MONTE SELLADORES-CONTADERO Y SUS GERIFALTES


El monte de Selladores, para los que hemos vivido cerca siempre tuvo un significado especial. De pequeños, nos acostumbraron a llenar las aceras del pueblo cuando el anterior Jefe del Estado, atravesaba necesariamente, sin pausa, La Carolina para dirigirse a uno de sus lugares de recreo favoritos unos kilómetros más allá de El Centenillo, en un paraje montero maravilloso. Selladores – Contadero quedó grabada a esa imagen de coche oficial negro, precedido y seguido de una larga comitiva de motoristas y otros vehículos igual de oscuros, a través de cuyas ventanillas no se veía nada, solo la negra oscuridad. 

Más tarde pudimos comprender la grandeza del lugar. Sin poder salir de la carretera, vallada a uno y otro lado, buscábamos poder divisar algún buen ejemplar de esos maravillosos príncipes del bosque, incluso en su época de apareamiento con solo bajar las ventanillas del coche escuchábamos el espeluznante y desesperado bramido de estos bellos animales. No comprendíamos entonces, época en que el campo apenas tenía barreras, como aquí las había. Lo cierto es que el lugar siguió gustando a los que sucedieron en el poder a ese señor tan importante que atravesaba mi pueblo y yo no conseguía ver...









El término “contadero” añadido al topónimo de Selladores hacía referencia al lugar donde se contaban reses previo a épocas de montería, descaste, etc. Lo cierto es que en Selladores hubo mucha vida, casi podría decirse que a tenor de la gente que por allí moraba casi era una aldea. Hay que tener en cuenta que las casas existentes son auténticos palacios en medio del monte.









Conocimos recientemente la apertura de un sendero en la zona ¿...? Un sendero en medio de la nada. Un sendero de solo 4 kmts lineales. ¿Qué sentido tiene? El supuesto aliciente es coronar el puntal de los 4 términos de donde toma el nombre, lugar donde confluyen los municipios de Mestanza (Ciudad Real), Villanueva de la Reina, Andújar y Baños de la Encina. Igualmente las panorámicas que desde allí se abren. Había que comprobarlo in situ, el placer de pasear después de tantos años por la finca de Selladores – Contadero tenía una especial atracción.



LA RUTA

Selladores – Contadero se encuentra en el corazón de Sierra Morena. El acceso puede realizarse desde Andújar (carretera del Santuario), Baños de la Encina (carretera del Rumblar a los Escoriales para enlazar con la anterior) y desde La Carolina a través de El Centenillo desde donde nosotros lo realizamos. Tras atravesar en siempre encantador poblado minero, la carretera comienza a discurrir por territorio de la finca Nava el Sach (Navalsach) que al poco deja paso a la de Mariscala. Al visualizar el letrero anunciador de la Aliseda (distinta de la que hay en el término de Santa Elena) sabremos que nos encontramos cerca, pronto por la izquierda, rozamos la colonia de Selladores, aproximadamente a un kilómetro de distancia encontraremos el inicio de nuestro sendero. Nosotros avanzamos con el vehículo unos doscientos metros para dejarlo en una anchura de la carretera en el lugar conocido como collado del Jardín.








Desde el aparcamiento apreciamos claramente el collado de Selladores.









Por él transitaba una antigua senda que probablemente se dirigía a territorio manchego. El sendero aprovecha este trazado pero tras visualizar el track, es posible que se haya realizado un trazado paralelo nuevo. Nuestro camino abandona la antigua senda en el collado para tomar una pista que nace del otro lado y dejarnos al pie del puntal de los cuatro términos.









Tras cruzar la puerta sin candado que debemos dejar cerrada (hay que tener en cuenta que ahora nos encontramos en un recinto cerrado a cal y canto), comenzamos a ascender intensamente, sin dilación hasta el collado. Mala pinta tiene este inicio, por terreno descarnado y pronto lo que nos temíamos, se mete en el amplio cortafuegos que veíamos desde la carretera. Lo han señalizado con postes indicadores de dirección (flechas). Penosamente acompaña el cortafuegos, afortunadamente durante unos cien metros, para salirse por la derecha y cambiar drásticamente el aspecto. Se introduce en un bosquete de chaparros, enebros y algún madroño, zigzagueando pasando por la base de una pedrera o canchal.









Continua buscando decididamente el collado, que alcanza con facilidad a pesar de intenso desnivel salvado en poco más de un kilómetro.










Allí divisamos una caseta que visitamos.









Intuimos la continuación de la antigua senda por el roquedo pero hoy hemos traído otra idea y la cumpliremos, además el día no da ni para cresteos ni para fotografías. Nos encontramos en la cota de 900 mts y la niebla cargada de humedad comienza a notarse.













Volvemos al collado y tomamos la pista que allí nace en dirección N, se hunde en un amplio valle colonizado por jarales y chaparros donde grandes “pelaos” del terreno nos hacen imaginar que se trata de extensos comederos del ganado o contaderos del mismo.







A nuestra derecha se insinúa el bicéfalo cerro de Selladores, allá por los 980 mts la niebla coloniza el terreno.








En constante descenso desembocamos en un cruce de pistas donde un tenue arroyo se desliza por la vaguada tal vez alimentado por la cercana fuente de las Encebras que dejamos para el regreso. Ahora giramos a la derecha en dirección N-NE para dirigirnos hacia nuestro puntal de destino. Una fugaz claridad nos hace albergar esperanzas de que el día abra. Seguimos teniendo el cerro de Selladores a nuestra derecha, lo vamos rodeando














Por la derecha se separa otra pista (o nosotros abandonamos la principal por la izquierda, quién sabe) que se dirige a la colonia de Selladores. Al frente divisamos el puntal. Nos flanquean alcornoques bien cuidados, rodeados de una malla metálica para evitar, supongo, sea descarnado el corcho rozados por los animales al frotar su lomo contra estos.







También una pequeña estación meteorológica al borde del camino.








Llegados a pie del puntal, retomamos el sendero que abandona la pista para realizar otra fugaz e intensa ascensión, no se gasta en trazado, sube casi en línea recta lo que hace que resoplemos en varias ocasiones durante el ascenso.









Atisbado el mojón que indica la confluencia de los cuatro términos municipales solo nos queda ganarlo, reflejar la instantánea, reponer energía y líquido y organizar la retirada. Y digo esto porque súbitamente se ha levantado un viento húmedo que sustituye la pesada templanza reinante hasta ahora y que presagia lo peor.



















Ni que decir tiene que de vistas ni media, lo que nos obligará a retornar. Se impone por tanto un regreso cuasi a galope que no impide que nos sorprenda un oportuno chaparrón en el camino dando al traste a los planes alternativos que teníamos preparados para consolidar la ruta como circular. Espero que pronto podamos contarlo.













Nos queda por tanto comprobar las interminables vistas manchegas y serranas, esa desconocida para nosotros Sierra Madrona que algún día habrá que descubrir, así como encontrar una propuesta para hacerlo circular sin necesidad de salir de los límites de la finca y por tanto hacerlo más ameno. Creo que la mejor época para disfrutar de este sendero es hacerlo coincidir con la berrea del ciervo,..., si no ponen trabas al paso.

Otra cosa será intentar extender la ruta hasta tierras manchegas pues hemos conocido una reivindicación reciente para recuperar este viejo y antiguo camino por parte de los paisanos de El Hoyo en Sierra Madrona. Todo se verá, a su tiempo y con mejor tiempo.

Mientras tanto, para quién quiera documentarse del lugar, sugiero el siguiente libro






EL VÍDEO





DATOS TÉCNICOS


Denominación
MONTE SELLADORES-CONTADERO. SENDERO DE LOS CUATRO TÉRMINOS
Fecha
12/01/2013
Itinerario
Collado Jardin - collado de Selladores - Fuente de las Encebras - Puntal de los 4 terminos
Acceso
Desde La Carolina y El Centenillo. También es posible desde Andújar y desde Baños de la Encina.
Inicio
Collado Jarzín
Fin
Puntal de los cuatro términos
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Sendero, pista y cortafuegos
Estación
Primavera/Otoño/Invierno (Otoño es lo más recomendable)
Distancia
04, 49 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
 1 horas  30 minutos  
Cota mínima
626 mts
Cota máxima
953 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 408 mts.    Bajando: 136 mts.
Perfil
Sugerencias
Un despejado día de invierno o de otoño puede ser ideal para disfrutar del recorrido. Agua en la fuente de las Encebras, cercana al camino pero desconozco la disponibilidad de abastecimiento a lo largo del año. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estío. No abandonar basura. No encender fuego. Pueden llamarnos la atención si nos salimos del sendero señalizado.
Mapa
Track
Movil
No hay cobertura durante el recorrido. 
Mapa

Referencias








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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



RUTAS EN LA COLUMNA DE LA IZQUIERDA


En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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CONSEJOS PARA DISFRUTAR DEL SENDERISMO EN INVIERNO


LA ROPA





EL EQUIPO




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SIERRA DE CAZORLA Y EL POZO (JAÉN): PUERTO PINILLO DESDE LA CAÑADA DE LAS FUENTES.RUTA NEVADA

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PUERTO PINILLO Y GUALAY. AVENTURA BLANCA


¿Quién podría predecir el resultado final?





La idea inicial de circular el calar de Juana era muy atractiva. El “portaviones” de la sierra de Cazorla y el Pozo se alza majestuoso dando protección al Gualay en su tránsito por la cerrada del Pintor hacia la Canaliega y desde su nacimiento bajo el Cabañas. Recorrer este macizo nos llevaría una apretada jornada.






No prestaba demasiada atención a la discusión que se planteo durante el viaje sobre la influencia de la presión atmosférica en la conversión del agua de lluvia en nieve a una temperatura superior a los 0º C ¿...?, escuchaba en off, varias cuestiones me rondaban en la cabeza, Armando y Pepe debatían algo que se me volatilizaba.







Avanzábamos por la pista que del Puente de las Herrerías conduce a Tiscar pasando por la Cañada de las Fuentes y Puerto Llano cuando llamó nuestra atención el gran caudal del arroyo Amarillo. Paco Cuadros ya nos había puesto en antecedentes del gran aguacero de la noche anterior. Aunque las predicciones meteorológicas hablaban de cielos despejados, lo que nos había animado a emprender la excursión, la mañana se presentaba cubierta y con un tenue velo de niebla. Próximos a donde dicen que el Guadalquivir tiene sus orígenes, ahora sí, los mecanismos atencionales se sintonizaron con la realidad pues comenzamos a encontrar conforme avanzábamos manchas salpicadas de nieve. Pronto, al llegar a la altura de la CF ahora derruida completamente pudimos comprobar que nos rodeaba un extenso manto blanco. ¡Con esto si que no contábamos!




La espesura nos hacía presagiar lo peor. No nos habíamos recuperado de la impresión recibida cuando un comportamiento inesperado del vehículo nos hizo recapacitar, dejarlo en la CF y echar pie a tierra.






El dilema estaba servido, habíamos quedado con Cabañas unos kilómetros más arriba ¿habría llegado? ¿estaría esperándonos? No teníamos cobertura que nos sacara de la duda. ¿Continuábamos a pie para asegurarnos? ¿usábamos un plan B y organizábamos otro recorrido? Éramos conscientes de que el planteamiento inicial de subir al calar de Juana era temerario y descartable radicalmente. La incertidumbre de comprobar que Cabañas había o no llegado pudo más, apenas cuatro kilómetros nos separaban de resolver el enigma, la decisión se adoptó unánimemente. Ahí comenzó, sin pretenderlo, esta inolvidable aventura blanca.






LA RUTA


Partiendo de la CF de la Cañada de las Fuentes tomamos la pista que asciende comodamente hacia Puerto Llano al pie del coloso Cabañas.












Poco después de iniciar la marcha dejamos a la derecha una senda por la que subiríamos a los tejos milenarios e incluso al Aguilón del Loco a través del collado de Trabino. El camino está impoluto, somos los primeros en pisar la nevada.







Pronto nos detenemos ante la cascada de los Goterones formada por el arroyo de la Luz que cruza nuestro camino.
















Avanzando trabajosamente por la nieve, comenzando a tener vistas de la zona del cerro de Navahondona.












Alcanzamos la curva que nos indica que hemos llegado al pino de las 3 cruces. Ni señal de Cabañas ni rodadas de coches. En un rincón con cobertura consiguen contactar con él y anuncia que no pudo pasar de la curva de los vaqueros, por tanto tendremos que arreglárnoslas sin él.











Tras parlamentar, unánimemente decidimos continuar mientras podamos, por tanto abandonamos la pista principal y tomamos la senda que desciende hacia la CF de Gualay y que en algunos mapas está rotulada como Senda del Pilón del ahogado ¿...?










Tras un “tentempié” breve comenzamos el descenso hacia el Gualay, gracias a que algunos conocen el trazado, lo hacemos por la senda antigua que corta en varios puntos el camino. En el trayecto el día comienza a abrir y podemos atisbar mientras corren las nubes nuestro hipotético camino al frente.


















Lo miremos por donde lo miremos todo es un imponente manto blanco. Pronto llegamos al Gualay y cruzamos el precioso puente de piedra.










Allí comenzaremos el auténtico recorrido circular ya que tomaremos, por la derecha, la senda que se dirige a Puerto Pinillo y regresaremos por la de la izquierda, el camino anteriormente mencionado del ahogado.








Comenzamos un contínuo ascenso, zigzaguante en tramos, a pesar de la nieve se aprecian los refuerzos de la senda bien construida. Mirar alrededor es una delicia a la que no estamos acostumbrados. El bosque parece encantado, da la impresión de estar en otro territorio diferente a nuestra sierra.
















La subida dura y contínuada se sobrelleva gracias al paisaje que nos rodea. El día ha abierto completamente y las vistas desde arriba comienzan a ser inmejorables. Con bastante altura ganada, se percibe como la senda se dirige hacia una zona aparentemente transitable, lo demás, lo que nos rodea son cortados y pendientes imposibles.
































Asomarse al otro lado es una gozada. Este es un puerto de mucha categoría. Puerto Pinillo permite volcar a la cara pozeña de esta sierra. Lo primero que me llama la atención al asomar es el curioso Picón de Hernández.










Más abajo la Bolera, los Almiceranes, el torcal del lobo y más allá por encima de todo la Cabrilla y el Buitre. ¡Bien!, buena ruta.











Después de escudriñar bien la zona, debemos bajar para, a tientas por la Nava de la Peguera, encontrar la senda que sube hacia el calar. Damos con ella y nos deja en otro bonito puerto que nos devuelve al valle del Gualay.















Por allí la nieve, el aire y el frio nos regalan auténticas postales. En algunas zonas la nieve ha alcanzado una altura considerable.














Descendemos por las faldas del calar de Juana hasta dar con el camino del pilón del ahogado. El descenso nos deja en el horizonte unas imágenes espectaculares del Aguilón del Loco (Villalta), la cuerda del Gilillo y la cabecera del Gualay antes de encerrarse en las angosturas del pintor.
















Tras un receso para el almuerzo continuamos hasta confluir de nuevo en el puente del Gualay.




















Desde aquí organizamos el regreso por el mismo camino que trajo.








Identificamos, ahora sin nubes, nuestro destino original











Altivo Aguilón





Llegando a la Cañada de las Fuentes notamos que la temperatura desciende considerablemente, la helada está servida, que suerte hemos tenido, mañana no habrá quién pase por aquí.








EL VÍDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE LA CAÑADA DE LAS FUENTES A PUERTO PINILLO CON NEVADA SORPRESA
Fecha
26/12/2012
Itinerario
Cañada de las Fuentes - Pino de las tres cruces - Gualay - Puerto Pinillo
Acceso
Desde el puente de las Herrerias, continuaremos la pista que se dirige a Pozo Alcón por Puerto Llano. El vehículo lo dejaremos junto a la CF de la Cañada de las Fuentes, junto al nacimiento del Guadalquivir.
Inicio
Cañada de las Fuentes
Fin
Cañada de las Fuentes
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Sendero, pista 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
17,82 kmts
Dificultad
Dificil (especialmente por la nieve)
Tiempo estimado
 8 horas    
Cota mínima
1.280 mts
Cota máxima
1.838 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 848 mts.    Bajando: 848 mts.
Perfil

Sugerencias
En las condiciones que se realizó la ruta hay que extremar las precauciones por resbalones. En otra época habrá que llevar agua pues a parte de la del Gualay no vi fuentes. 

Track
Movil
Cobertura Movistar por las partes altas del recorrido 
Mapa

Referencias
Ruta basada en la experiencia de los foreros Pepe y Paco Ubeda

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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



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Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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SIERRA DE SEGURA (JAÉN): DE POYOTELLO A PONTÓN BAJO POR EL CAÑÓN DEL SEGURA

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POYOTELLO, LA CUEVA DEL AGUA Y EL CAÑÓN DEL SEGURA

Poyotello, aldea "hornillera", pequeño asentamiento en el calar de Gila, vigilado por las Buitreraspiedra Dionisia, balcon del Segura, azotea de la preciosa cueva del agua, una de tantas, la del Segura¡claro! Encaramado frente al Masegoso y Cabeza Gorda, su nombre siempre me sonó rotundo, un caprichoso juego de "elles" que le da la originalidad sonora. Poyotello es uno de esos lugares donde el tiempo se paró, un rincón en el que sus habitantes se resisten a echar la llave.

Cueva del agua, covachón espectacular, refugio de pastores y ganado, surgencia y manatial acuifero, impresionante enclave en pleno tajo del cañón del Segura, parada y fonda del caminante en el trasiego por estos lares.

Proximo, junto a la encrucijada de caminos, el Charco del Humo, agradable salto, sorprende ocasionalmente por la neblina (humo) que acompaña a su caída. Aquí el Segura se anda ligero animado por el agua que le da el arroyo de las Patas confluencia oportuna en lo más hondo del cañón bajo la Cabeza del Masegoso.  

Una vez arriba, en el portillo que vuelca a la casa del maestro comienza la cuenca más alta de este "seguro" río, un precioso cañón lleno de huertos, de suelo humanizado, de décadas de esfuerzo, ahora, en muchos casos abandonado.

Hasta Pontón bajo, lugar de destino, urbe de las cumbres escondida entre peñas, recóndita.



LA RUTA


Poyotello inicio de la ruta, junto a la era . Sus casas y habitantes (no humanos)































Junto a la indicación a pie del sendero, comenzamos a descender en un suave rodar zigzagueante que emboca irremisiblemente en el cañón


































Sin posibilidad de pérdida, el sendero nos aboca a la inmensa Cueva del Agua, un abrigo natural extraordinario donde las entrañas el calar se ven "desangradas" por el manso nacimiento de un reguero para el Segura. Explorando, podemos descubrir una tajea excavada, seguramente para encauzar el agua hacia las fértiles huelgas de más abajo.  



















Un breve paseo por entre lo que queda de algunas huelgas ya descueidadas y abandonadas nos descubre una bonita y curiosa cascadilla













Pronto encontramos un empedraillo, ahora cuidado como todo el sendero que ha sido limpiado y acondicionado. No se si la inversión es equiparable al resultado estético, en cualquier caso está lejos de la primera vez que lo pisé, donde perdí el rastro varias ocasiones.









Nos dirigimos hacía el Charco del Humo, para ello en el empedraillo anterior debemos dirigirnos a la izquierda, de lo contrario terminariamos en esa grandiosa noguera que da sombra a casi toda la aldea de Huelga de Utrera.

Visto desde arriba, el charco hoy se muestra tranquilo, sin espolvorear el agua que precipita de escalón en escalón.















Cruzamos el Segura por el puente nuevo que le hicieron




Ahora toca el otro escollo fluvial, el arroyo de las Patas, sin vado, debemos buscar el mejor paso por las piedras y viene crecido,...
 



Comenzamos un empinado ascenso al portillo del Masegoso por un seguro sendero
 








Ascendiendo, volvemos la vista para resollar y animarnos contemplando Poyotello sobre el calar de Gila
 








Y, enfrente, Cabeza Gorda presidiendo nuestra subida




El cañón del arroyo de las Patas que se mete hacia los cortijos del Pinar




Llegando por fin al portillo




Trufa vigila y cuenta que estemos todos arriba




Última mirada a Poyotello y su calar









Ahora cambiamos de vertiente hacia los cortijos del arroyo Masegoso. Siguiendolo llegaremos de nuevo al Segura y a su cañón, habremos rodeado la Cabeza del Masegoso, un rodeo en el cañón para salvar una zona dificilmente practicable del mismo










Desde aquí, tomamos una pista que cómodamente nos llevará a nuestro destino, Pontón Bajo. Pondremos el acento en deleitarnos con esta maravilla de la naturaleza, circulando siempre junto al Segura encajados en dos paredones, cruzando huelgas, tinadas, y arroyos.

Truena, comienza a llovernos, pero nada de eso empaña la agradable sensación de pasear  y pisar charcos. Un "descoque" para los sentidos.
 

















































































EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE POYOTELLO A PONTÓN BAJO POR EL CAÑÓN DEL SEGURA
Fecha
02/04/2012.
Itinerario
Poyotello - Cueva del Agua - Charco del Humo - Collado Masegosos - Pontón Bajo
Acceso
A Poyotello se accede desde la carretera de Pontones a Santiago de la Espada, a mitad de camino hay un devío a la izquierda con la señalización Poyotello. Al ser una pista asfaltada, hay que circular con precaución por la estrechez de la misma y carencia de arcén.
Inicio
Poyotello
Fin
Pontón Bajo
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista/ Sendero/ 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/Verano
Distancia
10,63 kmts
Dificultad
Moderada
Tiempo estimado
3 horas 30 minutos  
Cota mínima
1.165 mts
Cota máxima
1.455 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 279 mts.    Bajando: 454 mts.
Sugerencias
Calzado de montaña, hay que cruzar el arroyo de las patas sin vado.. Llevar agua para el camino.
Track
Movil
Cobertura Movistar Muy Baja. 
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): LA CASCADA DEL SALTADOR Y EL CERRO DE LOS CALAREJOS

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DE LOS UMBRALES DEL TUS AL BALCÓN DE LA SIERRA DEL AGUA






Cuando al amigo Sansón le ronda algo en la testa, di que cae, es cuestión de tiempo, de lenta maduración.





No han transcurrido tres meses desde que comenzó a meter la melena en esta sierra de Segura y ya conoce casi cada e metro cuadrado.





Este señor de pelo blanco, venía tiempo atrás barruntando repasar una de las zonas más privilegiadas y espectaculares situada en el distante NE de la provincia, allí donde Jaén y Albacete se hermanan, allí donde una misteriosa y poco conocida cuenca fluvial se genera para abandonar nuestro territorio silenciosamente por un misterioso cañón en busca del Segura, pero ya por las estribaciones montañeras de tierras manchegas.






Allí por donde Segura, la grandiosa Segura prefiere llamarse sierra del Agua, esta el umbral del más norteño lecho fluvial de esta grandiosa serranía, con un nombre breve pero rotundo: TUS.





Recorrer estas tierras encajonadas en un grandioso bosque encantado, animados por admirables saltos de agua como el del Saltador, donde el Tus toma entidad propia y ascender súbitamente a la cumbre de los Calarejos, desde la que se otea una tremenda panorámica de esta exquisita porción de nuestra gran sierra es una seductora experiencia que nadie que sienta algo por esta montaña debe pasar por alto.








Todo tiene un precio, en este caso el esfuerzo a realizar para encaramarnos desde la CF de los Calarejos a la era del Boquerón por el barranco del mismo nombre. Conseguir el collado representa el mayor alivio de la ruta. El resto, aún con su dificultad, va compensado con la panorámica de la que se disfruta.





De nuevo, la precisa planificación realizada por este gran conocedor de nuestra montaña, remata una excelente circular que disfrutamos de principio a fin.








LA RUTA



Partimos del antiguo Seminario. Recientemente se rehabilitó convirtiéndose en una Residencia de Tiempo Libre. Hoy esta desierta, hasta Febrero la soledad es el único habitante. Un lugar con regusto a película de suspense. 






Pasamos aún en penumbra, la mañana es fría, los charcos muestran la superficie helada. Se agradece que la senda que tomamos al inicio remonte una severa pendiente hasta dar con la pista que seguiremos durante un buen tramo y que se dirige al antiguo aserradero que por aquí funciono. 





Una vez en ella, la continuamos hasta tomar el desvío que nos llevara en un plis plas junto al curso fluvial del Tus, cerca de donde comienza a tomar su nombre, allí donde una bonita cascada, no demasiado espectacular pero coqueta, en un entrañable entorno, con una amplia poza que en otra época más amigable puede invitar al chapuzón. 








El Saltador rebosa impetuosamente en una caída de unos diez metros. El Tus va sobrado estos días. Podemos subir lateralmente hasta situarnos a la altura mayor de la caída. 








El Rayo vigila en altura el paraje.





En el regreso a la pista por el mismo camino por el que descendimos nos detenemos en el viejo y medio perdido cortijo de Cardeñas. El color añejo de la mañana invernal acompaña estas viejas construcciones testigos del pasado bullanguero de la sierra.











De nuevo en la pista la seguiremos durante un buen tramo, desciende suavemente buscando emparejarse con el Tus allá por el aserradero. 




No llegaremos tan lejos en esta ocasión, a la altura de la C.F. de los Calarejos donde una vieja hormigonera abandonada es testigo de algún intento de rehabilitación pasada, abandonaremos la dirección que llevábamos para dirigirnos sin dilación camino del barranco del Boquerón pasando bajo la emblemática Peñalcón que con soberbia pétrea despide al Tus camino de su enigmático cañón. 

















Bien metidos en pleno barranco, la senda se estrecha y bifurca. Debatimos sobre la posibilidad de subir a Peñalcon por el ramal derecho o continuar hacia el collado que desemboca en la Era de Boquerón por la izquierda. Nos decidimos por la segunda opción pensando más en el margen de tiempo que nos queda, los días ahora son cortos y hay que tenerlo en cuenta.




Desde el principio la senda, desbrozada recientemente, se empina y de que manera. Va derecha casi todo el tramo, zigzaguea poco, lo que nos obliga a realizar frecuentes resuellos durante la subida. Un ascenso duro. 







Por fin el alivio surge en el collado que veíamos desde abajo y que ganamos gozosamente, unánimemente decidimos descansar y reponer energía. Un poste de PR nos indica el lugar donde estamos y las direcciones divergentes a seguir por esta pista que acabamos de alcanzar, nos indica que nos hemos situado sobre el PR A-78, también conocido como Sierra alta de Siles.








Poco tiempo nos servirá de guía, a los pocos metros lo abandonamos para comenzar a encaramarnos a la cresta y filo rocoso del farallón que forma el cerro de los Calarejos y cae a plomo sobre el barranco por el que hemos ascendido primero y sobre la pista que nos condujo a la C.F. después. 





Recorrer este filo nos permite contemplar la grandiosidad de esta montaña. Desde Peñalcon, el valle del Tus y su bien delimitado cañón por donde se pierde hacia tierras manchegas, el gran Calar de la Sima y su cerrico Mentiras en tierra albaceteña, canoso por la nieve allí cuajada. Desde aquí vista, la sierra del Agua se asemeja a un corralillo boscoso donde seguramente antaño, antes de la repoblación, lo ocupaba un fértil y extenso valle repleto de cortijadas al amparo del agua del Tus.














Continuamos sin abandonar el filo hasta alcanzar la cima (1.664 mts).





La altura ganada nos permite visualizar la otra vertiente, la de Siles y su Cambrón y el Puntalón (Rayuela o Ajedrea) con su delatora casetilla. Allí nos detenemos a mirar un buen rato, el lugar lo merece ¡GRANDE!















La bajada la organizamos intuitivamente por la loma que cae hacia el calar del cerro pedregoso, buscando el camino de los Calarejos. Sin dificultad damos con él, de nuevo el bosque misterioso, descendiendo progresivamente la abandonamos para encaramarnos a un puntal sobre el barranco de la Virgaza que nos permitirá cambiar a la vertiente que buscamos, la de la pista del Seminario. 




















Antes de tomarla tenemos que salvar un paso difícil y la bajada por este apretado barranco. Una última mirada atrás nos descubre el lugar privilegiado donde estábamos hace un momento.





Salimos airosos de la aventura y con buena hora a pesar de la distancia recorrida y de haber realizado el trayecto con bastante parsimonia, el paisaje y la pendiente lo pedían. 

En poco tiempo alcanzamos el Seminario y los vehículos que dejamos a su vera.



EL VÍDEO






DATOS TÉCNICOS





Denominación
CASCADA DEL SALTADOR Y CERRO CALAREJOS
Fecha
28/12/2013
Itinerario
Seminario (Residencia de Tiempo Libre) - Casacada del Saltador - CF de los Calarejos - Barranco del boqueron - Era del Boquerón - Cerro Calarejos (1.670) - Barranco de la Virgaza - Seminario
Acceso
Desde Siles tomaremos la carretera que se dirige a Rio Madera dejando el vehículo en la Residencia de Tiempo Libre, antíguo Seminario.
Inicio
Seminario - Residencia de Tiempo Libre
Fin
Seminario - Residencia de Tiempo Libre
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista, Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
21,16 kmts
Dificultad
Dificil
Tiempo estimado
 8 horas  30 minutos  
Cota mínima
1.670 mts
Cota máxima
998 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 1.030 mts.    Bajando: 1.030 mts.
Perfil

Sugerencias

Mapa


Track
Movil
Cobertura Movistar en algunos puntos de las cumbres (variable). 
Mapa



Referencias
Ruta guiada por Sansón

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lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



RUTAS EN LA COLUMNA DE LA IZQUIERDA


En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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TIEMPO DE INVIERNO











MÚSICA DE INVIERNO







INVIERNO EN EL PARQUE DE CAZORLA
SEGURA Y LAS VILLAS










CONSEJOS PARA DISFRUTAR DEL SENDERISMO EN INVIERNO


LA ROPA





EL EQUIPO




ANDAR ES SALUD, TAMBIÉN EN INVIERNO



SIERRA DE SEGURA - SILES (JAÉN): DE LA CABECERA DEL TUS A LOS ALEDAÑOS DEL CALAR DEL MUNDO

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DEL TUS A LOS ALEDAÑOS DEL CALAR DEL MUNDO



Estos parajes del Tusdeberían formar parte de la red de bosques encantados, si existiera claro. Transitar estas arboledas en invierno evoca mundos fantásticos, avanzando presientes en cada recodo que una corte de Leprechauns acecha tras cada cepa dispuestos a sorprendernos. Si no irlandeses, duendecillos serranos si que debe haber...





Pateamos tierra mágica, las alamedas que el Tus y sus afluentes originarios  despliegan en sus márgenes, los contraluces que el sol caído, invernal, genera entre los empinados y espesos pinares, dan para que la imaginación acompañe al camino, flirteando a veces con un hada o escuchando en otras el apasionante relato de un duende





No hace mucho anduvimos por aquí, investigando, como declara Sansón, rastreando por donde otros anduvieron antes, para conocer y luego contar los recovecos más atractivos de esta remota y seductora sierra.







En esta ocasión, además de darnos un buen palizón montañero, teníamos como objetivo confirmar el trazado de una senda que une el aserradero del Tus con la sierra alta, con la cornisa que el Calarejo Grande le presta al PR- A 78 para circundar una de las rutas más espectaculares de estas montañas. Contábamos con un track, cortesía de Luiso que anduvo por aquí en otros menesteres hace algún tiempo. Aún así todo tiene su historia y su dificultad.    





LA RUTA

Como viene siendo costumbre, partimos del conocido Seminariojunto a la carretera que une Siles con las Acebeas y actualmente Residencia de Tiempo Libre. Pasamos por su puerta sin señales de presencia humana, el gran edificio guarda cuarentena esperando la llegada de la primavera. La senda se introduce en el bosque ascendiendo violentamente junto al arroyo Perdido el cual abandona por la derecha a media subida para alcanzar un collado que nos deja en la pista del aserradero. En la otra ocasión no me percaté pero creo que en este collado, lo que llueve por la rampa que hemos traído se va para el Guadalquivir, al Atlántico y lo que llueve de aquí para delante se va para el Segura, al Mediterráneo. Curiosidades de esta Sierra.





Avanzamos un corto tramo y pronto nos surge una senda que cruza la pista, por la izquierda la trajimos el otro día y viene del cerro Pedregoso. Por la derecha se mete de cabeza en el barranco de la Virgaza. Por ahí nos vamos a rendir pleitesía a la recoleta cascada de El Saltador. Por una preciosa y semiperdida senda descendemos junto al estridente rumor del caudaloso arroyo, por donde el río Tus toma orígenes. Las Morillas y el Rayo asoman por el horizonte de la espesa vegetación. La cascada hoy está que se sale. Su amplia caída abaniquea sobre el charcón que forma en la base.





Tornamos al carril que vadea el cauce por la derecha en dirección a la Ermita de la sierra del Agua, nosotros caminamos en dirección contraria, ascendiendo en busca de nuevo de la pista del aserradero que, una vez ganada, no abandonaremos hasta su fin.





La caminata por la pista no se hace pesada, al bosque encantado que nos envuelve en el continuado descenso, se une la contemplación en las alturas del cerro de los Calarejos cuya arista recorrimos gloriosamente con buena dosis de pasmo el otro día.





Más adelante, el barranco del arroyo del boquerón se abre a partir de la CF de los Calarejos dominado por el grandioso Peñalcón, espolón rocoso de este impresionante acantilado que nos acompañará hasta el mismo aserradero.





Desde que nos colocamos a su altura, la pista transita por una deliciosa alameda (con pocos álamos, la verdad) junto al ganchero Tus.





Enfrente, la umbría del Cuquillo anticipa el misterioso desfiladero del infierno por el que el Tus abandonara la apacible riada para despeñarse a tierras manchegas. Divisamos una amplio majal salpicado de abandonadas construcciones, añejos testigos del pasado bullanguero que debió existir en este paraje. Llegamos al aserradero. Es momento para tomar aliento, husmear el entorno y divisar la cerrada cuesta del Caballo que nos espera. Dejando ir la imaginación podemos percibir el trasiego de la preparación de la maderada.











Las rutas pueden medirse por muchos diferentes parámetros, distancia, dureza, desnivel acumulado, climatología adversa... Personalmente me gusta el parámetro ¡aventura! Uno no está para muchos trotes, por eso cuando se suman dosis la indecisión, duda e incertidumbre el disfrute  y la emoción dan valor añadido a la paliza de las piernas. Tal y como  supimos por Luiso, detrás de la última construcción del aserradero parte una tenue senda que pronto (sospechosamente) se hace bien visible, se ve que está desbrozada recientemente.








La dura ascensión y el entretenimiento de unos más que otros en mirar el entorno hace que que el pelotón se estire, propio de los ascensos. Los del "furgón de cola" apreciamos que la senda que buscábamos se tiraba para el barranco que acompañábamos por  la derecha, lo cruzaba y ascendía por la vertiente contraria. Decidimos investigar el posible sendero que se intuía entre la vegetación al otro lado del barranco coincidente con nuestra pista digital. El problema surgió en que el resto del grupo ya había subido demasiado y seguían por buen camino. Voceamos el plan y arrancamos. No costó mucho encontrar la buena senda, mientras ascendíamos dificultosamente por el exigente desnivel comprobamos que el resto caminaba ya sin senda por entre el pinar y les quedaba un pecho  de  monte para ganar la posición deseada.





El ascenso dejaba a nuestras espaldas una panorámica increible














Aliviando más de la cuenta, alcanzamos el PR 78 y nos dirigimos hacia la zona en que se encontraban para advertirles de la posición. No tardamos mucho en contactar y pronto nos reagrupamos.








Ya tranquilos, buscando un lugar a recaudo donde el biruje nos permita reponer fuerzas, circulamos por esta espléndida cornisa que el Calarejo Grande nos presta, con la formidable contemplación del calar de la sima , rematado al frente por el cerrico Mentiras, más abajo la sierra del Cuquillo que hacia el cañón que se avecina remata con el puntal del Avellano el cual tiene su homólogo en la otra orilla en el puntal de la Escaleruela, del lado del calar del Mundo y que a modo de columnas de Hercules vigilan el acceso al Infierno. Y todo esto contemplado con calma desde el puntal donde comienza el monte Poyato de las collejas. Aquí, donde la senda gira para dirigirse al Calar del Mundo abandonando la cuenca del Tus, hacemos un merecido alto en el camino.











Tras el receso, reanudamos el camino para situarnos rápidamente en el portillo del Lobo por donde la nieve ha quedado estancada en pozas y umbrías. Súbitamente percibimos que nos encontramos en otro mundo, la vegetación ha dejado paso al erial. Un amplio páramo se extiende más allá de donde podemos mirar, estamos en el inmenso calar del Mundo donde destaca en la relativa cercanía una de sus cumbres. Esta gran plataforma kárstica atesora, entre otros, los orígenes del río Mundo. Dejándonos caer hacia la vertiente contraria llegamos pronto a un apacible lugar si no fuera por el relente que corre, una bonita pradera donde se encuentra el cortijo del Pocico y su suministro acuífero, Pozo Romero.








Cerca pero ya pasada esta sugestiva nava nos desviaremos unos cientos de metros para conocer el curioso tentadero de reses existente en la zona conocido como plaza de Toros, el paraje estremece al pensar donde nos encontramos, certificado al fondo por el vértice del Calar del Mundo (1631 mts).








Aún la ruta nos depara alguna sorpresa. Tras un buen pateo por pista forestal




llegamos al collado de los Postes donde nos desviamos hacia la era del Boquerón, poco  antes de llegar a esta tomamos por la derecha un barraquillo que nos coloca en otro de esos miradores excepcionales hacia el infinito que tiene esta montaña, el puntal del cerro del Boquerón. Debajo nos queda el barranco por donde ascendimos el otro día y más a la izquierda Peñalcón que desde aquí se divisa como una meseta. En la corta subida, cerca ya del voladero rozamos una peligrosa sima que hay que tener muy en cuenta.











Descendemos a la era y volvemos unos metros hacia el collado de los postes para desviarnos por la pista descendente que tiene una barrera, nos llevará pronto a la CF de las Tablas hundida en la hoya que el Rayuela controla desde la altura.








Continuamos la senda por el otro lado de la casa desviándonos para visitar la caudalosa fuente de las Tablas con sus tornajos aún operativos.







Volvemos a la pista que nos queda por arriba y que se convierte en un jorro descendente hasta dar con la pista que nos llevará plácidamente y sin dilación al punto de partida.













EL VÍDEO








DATOS TÉCNICOS




Denominación
DEL TUS A LOS ALEDAÑOS DEL CALAR DEL MUNDO
Fecha
03/02/2013
Itinerario
Seminario (Residencia de Tiempo Libre) - Casacada del Saltador - Aserradero del rio Tus - Barranco del Caballo - Poyato de las Collejas - Pozo Romero - Plaza de Toros - CF de las Tablas - Seminario
Acceso
Desde Siles tomaremos la carretera que se dirige a Rio Madera dejando el vehículo en la Residencia de Tiempo Libre, antíguo Seminario.
Inicio
Seminario - Residencia de Tiempo Libre
Fin
Seminario - Residencia de Tiempo Libre
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista, Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
26,28 kmts
Dificultad
Dificil
Tiempo estimado
 9 horas 
Cota mínima
945 mts
Cota máxima
1.456 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 1.019 mts.    Bajando: 1.019 mts.
Perfil

Foro
La Ruta en TURISMO EN CAZORLA
Mapa


Track
Movil
Cobertura Movistar en el Poyato de las Collejas (variable). 
Mapa



Referencias
Ruta planificada por Sansón - Las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas; Vela Lozano, A Ed. El Senderista - Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, Guia del excursionista; Ed. La Serranía. - Blog Montañas del Sur




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SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): PEDRO MIGUEL (BLANQUILLO) Y MORRA DE LOS CEREZOS DESDE LA TRAVIESA

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PEDRO MIGUEL (BLANQUILLO) MONTAÑA "VILLANA" EN ESTADO PURO






Hace años me subieron a este "cerraco" que casi toca el cielo. Poco recuerdo del evento salvo lo que padecí en el empeño. Me viene a la cabeza el impulso irrefrenable y continuado de darme la vuelta tras pasar el complicado portillo y divisar aún el "pecho" que me quedaba para coronar. Eran otros tiempos. Por entonces no pensaba que volvería por aquí ni en helicóptero. Entre la altura y el jadeo, el poco oxígeno que fluía por mi cabeza poco pudo hacer por retener en la memoria el recuerdo, bastante que me permitía mantenerme derecho.





Tiempo después descubrí la portada del excelente libro Rutas de excursionismo por la Sierras de CAZORLA, Segura y las Villas y reconocí el peñón. Me maldije por la poca perspectiva de aquél momento y creo que como todos los que lo han visto, desee repetir e inmortalizar el momento encima del "ñusco"oceánico, de esa caprichosa ola pétrea. En varias ocasiones lo he rozado pero siempre algo se cruzaba, como si el subconsciente evitara el regreso.




Fotografía cortesía de Paco Úbeda


Cuando Quico en nombre del CS El Camino me invitó a acompañarlos vi el cielo abierto, era el momento. Y eso que las previsiones no eran las mejores, ya lo barruntaba mi amigo, el señor del pelo blanco, que lo tiene así no por edad, sino por por sabiduría montañera, por experiencia y acumulo de vicisitudes

El corazón podía más que la cabeza y que la sensatez. ¡Ya veríamos por el camino!!!!!! Y en esas que las vimos, y las sufrimos. Un portillo con paso muy arriesgado por la nieve helada,






el esfuerzo para coronar el Pedro Miguel, y la guinda, una criminal subida medio saltando como las cabras, medio trepando, por un torcal laberíntico con pozas de nieve, por la cara NE de la morra de los Cerezos, por donde la Blanquilla Baja se desparrama al canalón de los Pingos.





En definitiva y como diría el amigo Abelardo, una ruta muy  m-o-n-t-a-ñ-e-r-a, disfrutada por la compañía, por el esfuerzo, y por,¡¡¡¡¡bufff!!!!!, esa amplísima panorámica para el deleite de las emociones.








LA RUTA

Partimos no muy temprano de la Traviesa, lugar junto a la carretera transversal de la sierra de las Villas donde cuentan que se llama así porque hubo un importante cruce de caminos en su momento. Ahora han arreglado el cortijo que allí había desde hace mucho y lo han convertido en restaurante que abre con el buen tiempo.

Elegimos este lugar de partida como el más conveniente, ya que el regreso lo haríamos por el Raso de la Escalera, con el fin de realizar el tramo de asfalto al comienzo.




De la Traviesa alcanzamos la entrada a la cerrada de San Ginés



Pronto empezamos a confirmar los temores, la umbría tenía un espesor de nieve-hielo considerable











El Aguascebas de Gil Cobo bajaba pletórico, escandaloso, como deben correr los ríos



Al llegar al hermoso "prao" de los Espinares, donde la pista se bifurca, bien para Jabalcaballo a la derecha, bien para el Perenoso a la izquierda, tomamos esta segunda opción, comprobando que conforme avanzábamos por la pista el hielo se tornaba incómodo. Por la derecha, la lancha de la Carrasquilla nos separa del caballete de Pedro Miguel que posteriormente recorreremos. Por la izquierda otra gran lancha de toponimia confusa ya que el algunos mapas consultados, incluso antiguos, viene reflejada como lancha del Lobo y otras fuentes se refieren a ella como lancha y morra de los Espinares, incluso incluyéndola en la gran lancha de la Cigarra. Tendremos que anotarlo para dilucidarlo en su día con nuestro amigo Manuel que seguro nos saca de dudas.





Por fin, en el collado Perenoso, realizamos un descanso antes de acometer la parte más escabrosa. Ya subiendo por la pista pudimos divisar el intenso blanco que presentaba el portillo  de la cañada de Pedro Miguel. Desde este Perenoso que toma su nombre, según he leído, de las abundantes piedras de pedernal que allí pueden encontrarse y con las que los serranos se hacían buen apaño para encender como si un  chisque se tratara. Desde este Perenoso ya tenemos una panorámica de esa fragosa cuerda que continua al Pedro Miguel hacia el Torraso.



Por el otro lado, el  palpable collado del muerto con nuestro segundo destino en la distancia, la Morra de los Cerezos.






La caída de la morra hacia el Guadalquivir permite divisar la cuerda de la roña que muere en peña Corva







Y de frente ahí lo tenemos, desafiante, esperándonos






Abandonamos la pista y nos metemos sin sendero, buscando el rastro que otros han dejado en sus continuos ascensos hasta llegar al temido portillo que de esta guisa lo encontramos



Como pudimos, con ayuda de los más hábiles, con mucha paciencia y precaución superamos este tobogán deslizante que en un descuido podría llevarnos hasta el infinito, y más allá...



Con la satisfacción de la prueba superada, entramos en la preciosa cañada que encara al Pedro Miguel



Decidimos abandonar la cañada, ocupada por nieve-hielo al estar en la umbría y ascender más directamente. En la fotografía siguiente puede verse completa la lancha a la que me refería con anterioridad.



Como pudimos, cada uno a su ritmo, fuimos  ganando la cima











Es difícil contar todo lo que se otea desde aquí. El horizonte queda muy lejos, se mire por donde se mire. Lo mejor es sentarse y mirar y dejarse llevar por el silencio que la montaña otorga.







El descenso es espectacular, el Pedro Miguel nos cede un auténtico caballete que desde esta Blanquilla Alta cae serenamente hasta tierras de la Blanquilla Baja. En muchos tramos caminamos en la linde de los términos municipales de Villacarrillo al que pertenece nuestra cima y de Santiago-Pontones, latifundista de la gran Segura, señora soberana de estas montañas.



En la Blanquilla baja se divide el grupo. El mayoritario opta por descender por un jorro directamente a la pista de la lancha de los Espinares (como he preferido llamarla por el momento) para salir al inicio por la cerrada de San Ginés. El resto decidimos continuar con el plan previsto, atravesar esta hermosa llanura de la Blanquilla baja y arremeter con la morra de los Cerezos por su cara menos amigable.



A media subida, donde debemos deteneros frecuentemente para intuir el paso correcto, tenemos una deliciosa panorámica del camino recorrido con Pedro Miguel dominando lo adyacente.



Por fin vemos hueco y por allí nos colamos




Vuelvo a asomarme al increible balcón que esta morra nos ofrece



















Organizamos el regreso dividiendo el grupo que llevábamos. Unos lo harían rodeando la morra de la torca por la derecha y bajando por la escalera de la Traviesa y otros, entre los que me encontré, rodeando dicha morra por la izquierda para descender por la escalera del Raso. Unos y otros necesitábamos atravesar un paraje soberano de esta sierra: el collado del muerto.



Por la torca, tras cruzar el collado, a la altura de la sima, nos queda una bonita perspectiva de la morra que acabamos de abandonar



Salimos a la pista de Jabalcaballo, la cruzamos e iniciamos el descenso de la escalera del Raso que la encontramos complicada en su inicio por las placas de hielo



en una revuelta de la senda cambiamos el panorama, el cortijo de Pablo o nuevo cortijo del raso abajo



Una vez completamos el descenso a las llanuras del Raso, tenía pendiente buscar una antigua senda que desde aquí iba y venía a la Traviesa y que pasaba por delante del antiguo y hoy ruina cortijo del Raso



Y ¡demonios! que la encontramos y la recorrimos hasta dejarnos de nuevo en el lugar de inicio donde nos encontramos con el resto del grupo.











EL VÍDEO







DATOS TÉCNICOS



Denominación
PEDRO MIGUEL, TECHO DE LAS VILLAS, MONTAÑA EN ESTADO PURO
Fecha
16/02/2013
Itinerario
Traviesa- cerrada de Gil Cobo - collado Perenoso - Pedro Miguel (Blanquillo) - Blanquilla Baja - Morra de los Cerezos - Escalera del Raso - Raso de la Escalera - Traviesa
Acceso
Desde Mogón, tomamos la carretera transversal de la Sierra de las Villas. Igualmente podemos acceder desde el puente de los Agustines cerca del Charco del Aceite. Los vehículos los podemos dejar a 1 kilómetro del área recreativa de Gil Cobo en dirección a Mogón, en el lugar conocido como la Traviesa.
Inicio
La Traviesa
Fin
La Traviesa
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista, Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
14,79 kmts
Dificultad
Dificil
Tiempo estimado
 7 horas 30 minutos  
Cota mínima
1.252 mts
Cota máxima
1.834 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 913 mts.    Bajando: 913 mts.
Perfil

Foro
Mapa


Track
Movil
Cobertura Movistar en algunos puntos de la cuerda que desciende de Pedro Miguel a la Blanquilla Baja. 
Mapa



Referencias
El gran libro de la Sierra de las Villas. JGM. Experiencia propia. Ruta preparada y compartida con el CS El Camino de Beas de Segura.




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DESPEÑAPERROS (JAÉN): MAGAÑA, CARA NORTE DEL MURADAL

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MAGAÑA Y LOS CAMINOS DEL NORTE




Todo se fraguó en la segunda mitad del S. XVIII. La urgente colonización de Despeñaperros por Carlos III, dirigida y orquestada por su Intendente Pablo de Olavide llevó a arañar un buen "bocado" al extenso térritorio de El Viso del Marqués donde su mecenas, el Marqués de Santa Cruz se había hecho fuerte tiempos atrás.







El Viso, que antes del mecenazgo se denominaba Viso del Muradal (desde donde se divisaba el Muradal, aunque nosotros no hemos logrado divisarlo desde ese lugar, lo lograremos si nos escoramos hacia Malabrigo) dominaba la puerta de entrada a Andalucía desde la meseta.

De allí parece que partían dos caminos, el de Andalucía que continuando a su calle principal se dirigía hasta rozar la actual autovía A4 a la altura de la conocida por entonces como Venta del Judío, desde donde tomando el camino del Cuarto de la Venta hacía estación en otra venta más al sur, Venta La Iruela, en la que cuentan pudo inspirarse Cervantes para describir el famoso manteo a Sancho en la imaginaria "Maritornes".



El manteo de Sancho en la venta de Maritornes


Desde esta importante venta se tomaba el ancestral camino del Muradal que, cruzando el puerto del mismo nombre y circulando a los pies de Castro Ferral, hacía la siguiente estación en la Venta de los Palacios la cual para unos se situaría en la actual Santa Elena y para otros a medio camino entre esta localidad y su pedanía de Miranda del Rey, al inicio del barranco del Lobo y hoy totalmente perdida por las roturaciones realizadas para la plantación de pinos (Tal vez ambas versiones tengan razón y lo que sucedió es que se desplazó de lugar en un momento determinado).












El segundo camino Real partía más directo al sur, pasaba junto al cerro del Bu y se adentraba en territorio de lo que actualmente se conoce como Dehesa de Magaña. En Magaña (de la que solo se tiene conocimiento de su existencia a partir de la colonización de Sierra Morena) se dividia, a la izquierda se dirigía a la Venta de la Iruela para conectar con el camino del Muradal. De frente, continuaba hasta otra importante venta conocida como Venta Bazana (en honor a D. Alvaro de Bazan) o Venta del Marqués. De aquí, si dilación se encaminaba derecho hacia el puerto de El Rey, volcando por el actualmente conocido como Empedraillo y dando cuentas en otra importante Venta que después fue Nueva Población de Sierra Morena, Venta de Miranda, actualmente Miranda del Rey.

Ambos caminos que partían de El Viso del Marques, volvían a confluir en Venta Nueva, actualmente ocupada por un Área de servicios a pie de la autovía, aunque puede admirarse una placa y vestigios de lo que fue este nudo de comunicaciones.











Ambos sistemas de caminos parece que se alternaron a lo largo del tiempo, predominando siempre el ancestral camino del Muradal, determinando la alternancia la importancia económica que las Ventas tomaban. 


Ni que decir tiene que todo esto se va al traste cuando en la vorágine "ilustradora" de Carlos III y su equipo, coincidiendo con la fundación de las colonias de Sierra Morena, se encarga la apertura de un nuevo paso a Carlos Lemaur por el actual desfiladero de Despeñaperros, con lo que todas las Ventas anteriores se arruinan rápidamente y los caminos comienzan su declive y desuso.





Y todo esto viene a cuento de que, parte del camino que recorreremos y que describiré más adelante pasará por algunos de estos lugares. Además, paradojicamente, explica la lengua de terreno que desde la provincia de Jaén penetra más allá de la cuerda de Despeñaperros y que sirvió a costa de El Viso para dar tierras de cultivo a los colonos afincados en Magaña, colonia dependiente de Santa Elena.




Desgraciadamente esta aldea se arruinó rápidamente no completando el siglo XVIII







en parte debido a las condiciones del terreno, al clima, a la apertura de Despeñaperros y también a la deserción de los colonos ante las mentiras de Gaspar de Thurriegel en el proceso de reclutamiento de centroeuropeos.




Por tanto, resumiendo, son dos los caminos Reales antíguos del Norte que cruzan Despeñaperros, el camino del Rey y el del Muradal. Ambos derivan en el Viso del Marqués para dirigirse cada uno a su puerto y ambos confluyen en Venta Nueva, junto a la A4, a 1 kmt de Santa Elena en dirección Sur.





LA RUTA

Bendita la hora que terminaron las obras del nuevo desdoble de la A4 a su paso por Despeñaperros. Afortunadamente podemos recorrer lugares que durante muchos años han estado vedados al caminante impidiendo su disfrute. Para constatar durante algún tramo esa sensación paradójica de caminar por donde hasta hace poco un incesante tráfico arremetía localizamos nuestro punto de inicio en el conocido Jardín de Despeñaperros, lugar de obligada parada en el tránsito de la meseta a Andalucía.




Desde allí, caminaremos por asfalto, disfrutándolo como nunca se había disfrutado el asfalto por una amplia vía en perfecto estado de firme, para caminar a nuestras anchas ¡que gustazo, aunque sea asfalto...!

Nos dirigimos en dirección a Venta de Cárdenas, al otro lado de la "raya", territorio manchego que llevaremos durante un buen tramo. En el camino descubrimos vestigios del pasado ocultos por tantos años y ahora curiosidades desveladas que amenizan el camino.













Abandonamos la conocida pedanía manchega por el curso del río Magaña, única forma de entrar en Andalucía ya que todo lo que nos rodea son fincas privadas cercadas.








El río Magaña viene muy crecido, lo que nos obliga a desorillarnos hasta alcanzar el cercado y caminar para lelo a este salvando la cerrada de la Hocecilla





Llegados al paraje de la Iruela (Hiruela o Liruela)es donde necesariamente debemos cruzar el río.





Cada uno lo hace por donde puede y como puede ya que el vado está sobrepasado por el caudal. Una vez en la otra orilla, buscaremos el camino que roza una elevación de terreno donde quedan vestigios de una construcción. Es donde se cree estuvo localizada la Venta de la Iruela, punto de arranque del camino ancestral de El Muradal que podemos distinguirlo a nuestra derecha ascendiendo por las faldas del cerro de la Ensancha. Nosotros continuaremos por el camino que sigue paralelo al río ahora por su margen derecha (no existe documento gráfico del paso, ni de la posible ubicación de la Venta debido a la dispersión habida para cruzar el caudaloso Magaña). El camino va adentrándose poco a poco en un bosquete mediterráneo hasta llegar a la barrera de entrada al Parque Natural, de nuevo tierra Andaluza.





Avanzamos cruzando de nuevo el río ahora por un cómodo vado de obra y comenzamos el ascenso a la aldea de Magaña por entre los cerros del Rey (a nuestra derecha) y de la Reina (a la izquierda). Llevamos en estos momentos el sentido contrario al de las tropas de Alfonso VIII en su camino para ascender el Muradal y librar batalla a los agarenos.





Por fin alcanzamos el bonito emplazamiento de las ruinas de la colonia de Magaña. Aunque algunas casas se han utilizado hasta tiempos recientes por pastores, esta pequeña aldea tuvo poco recorrido histórico, arruinándose al abrirse el camino de Despeñaperros.








Descendemos de nuevo al río Magaña por donde le hicieron una pantaneta para la subsistencia del ganado








Nos encontramos ahora transitando por el otro camino Real, el del puerto del Rey que nos presenta la cadena montañosa que debemos cruzar y que seguiremos hasta la Venta Bazana o del Marqués, la cual presenta correspondencia con la anteriormente cruzada de La Iruela.





En esta, abandonamos el camino Real y la posibilidad de cruzar Despeñaperros por el puerto del Rey para tomar el camino que se deriva a la izquierda, conocido como el camino de la umbría de Magaña, precioso camino invernal, postulado algún tramo del mismo como alternativa a los caminos del pastor de las Navas








donde a medio camino se ubica un antíguo castro








Alcanzado el puerto del Muradal volvemos a retomar el camino por el que ascendieron las tropas cristianas camino de Castro Ferral que hoy no entra en nuestros planes visitar. Descendemos hasta el conocido como collado de los tubos donde se cruzan los caminos de Valdeazores, del collado de la aviación con el del Muradal. La previsión era descender el barranco de Valdeazores desde aquí pero dado el ritmo y trote rutero impuesto por las buenas condiciones del camino, decidimos realizar una extensión para quién no conoce el mirador de los Órganos. Lástima que los amigos de La Pandera no puedan acompañarnos, rematando ellos la ruta prevista junto a los locales. Por tanto tomamos el camino del collado de la aviación que alcanzamos en apenas media hora











y un poco más adelante el increible mirador








visitamos algunas pinturas rupestres





Y organizamos el regreso donde un atisbo de complicidad nos arrojó por una ladera que nos llevó a hasta los mismos castaños de Valdeazores desde donde regresamos al punto de inicio en el Jardín















EL VÍDEO






DATOS TÉCNICOS


Denominación
MAGAÑA Y LOS CAMINOS DEL NORTE
Fecha
24/02/2013
Itinerario
Área recreativa de El Jardín de Despeñaperos -Venta de Cárdenas-Río Magaña-Posible Venta de la Iruela-Aldea (ruinas) de Magaña-Posible Venta Bazana o del Marqués-camino de la umbría-puerto de El Muradal-collado de los tubos-collado de la aviación-mirador de los Órganos-barranco de Valdeazores-Área recreativa de El Jardín de Despeñaperros
Acceso
Desde Santa Elena, tomaremos la antígua A4 por la que podremos circular hasta Venta de Cárdenas o viceversa.
Inicio
El Jardín de Despeñaperros
Fin
El Jardín de Despeñaperros
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista, Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
27,88 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
 8 horas    
Cota mínima
619 mts
Cota máxima
1.019 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 808 mts.    Bajando: 808 mts.
Perfil



Mapa


Track
Movil
Cobertura Movistar en casi toda la ruta 
Mapa

Foro
LA RUTA EN EL FORO TURISMO EN CAZORLA
Referencias
El puerto del Muradal, entre el mundo prerromano y la Ilustracion. El Miliario extravagante nº 82. Jesús Sanchez Sanchez.

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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



RUTAS EN LA COLUMNA DE LA IZQUIERDA


En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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TIEMPO DE INVIERNO











MÚSICA DE INVIERNO







INVIERNO EN EL PARQUE DE CAZORLA
SEGURA Y LAS VILLAS










CONSEJOS PARA DISFRUTAR DEL SENDERISMO EN INVIERNO


LA ROPA





EL EQUIPO




ANDAR ES SALUD, TAMBIÉN EN INVIERNO



SIERRA DE SEGURA (JAÉN): POR POYO SEGURA DE PONTONES, SUS CORTIJADAS Y UN GUIÑO AL CEREZUELO

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MONTE POYO SEGURA DE PONTONES Y LA LEYENDA URBANA SERRANA DE LA ENCANTÁ


Reconozco que el interés por el recorrido realizado surgió en el camino. A priori, una ruta perfectamente trazada hace tiempo por los amigos Úbeda, Paco y Pepe, Pepe y Paco, serviría de excusa para tratar al blanco elemento, abundantemente caído los días anteriores, de tu a tu. Con una ligera variante sobre la original, me monté al carro que prepararon los amigos del CS El Camino






Parte de la zona la conocía y la visito con cierta regularidad. Las Lagunillas es uno de los lugares con más magnetismo de esta Sierra, escondida de la vista de todos pero a la vez otorgando una visibilidad inconmensurable, dominando el gran valle ahora convertido en grandioso charco. Sin embargo varias veces me he visto en el collado del Cerezo, donde empieza la cañada del Fraile mirando a lo hondo e imaginando lo que por allí encontraría. Ahora era el momento.






Lo fue y sobrado. En el camino, Quicome alertó sobre una antigua senda, una vieja senda que trazaba toda la ladera E de la sierra de las Lagunillas, en los mapas antiguos se hacia referencia como CAMINO DEL AGUADERO, LA CABAÑUELA, LAS LAGUNILLAS Y MOJOQUE. Y otra que ascendía a collado serbal atrochando las curvas de la pista actualmente existente y que arranca en la CF de los Casares.






Tiene sentido, todo tiene sentido, lo tiene si imaginamos como era todo esto antes de que se inundara el valle, es difícil después de tantos años, pero aún quedan testimonios que nos retrotraen a tiempos muy diferentes a los que ahora, como turistas, olfateamos y pisoteamos intentando agarrar el paso del tiempo y conocer por donde ellos anduvieron, vivieron y sufrieron el doloroso destierro, la marcha del lugar donde nacieron en aras al un progreso que aún no había descubierto ese concepto tan actual e interesante como la sostenibilidad.






Aquel camino que de Cazorla andaba buscando Hornos por el fértil valle, se bifurcaba a la altura del viejo cortijo del Aguadero, un ramal buscaba Bujaraiza y, el otro, ascendía la ladera averiguando la Cabañuela y de allí al Tranco, por las Lagunillas y Mojoque. Por otro lado, el que dejamos en Bujaraiza también se desdoblaba, uno se metía por el cauce del río cruzándolo camino de Hornos y Pontones y el otro volvía a remontar buscando el anterior por collado Serbal.





Una auténtica encrucijada para dar conexión a un paraje lleno de vida donde pequeñas aldeas proliferaron y sus gentes vivieron ganándole terreno a la montaña. Ahora esa encrucijada no es fácil de encontrar, el pantano primero y el incendio reciente de remate, han desbastado uno de aquellos deslindes de montes que se otorgaron al ayuntamiento de Pontones, puede que todo venga de cuando esto era demarcación marítima, puede que siguiera con la explotación de Renfe, el caso es que según referencias esta abrupta ladera constituyó un espeso bosque lleno de historias, de lobos y sombras, como la de la Encantá






Me contaron que cuentan que muchos la vieron. Diversos perfiles hacían referencia a una única aparición. Todo sucedía allá por el barranco de las malezas de la merera, el barranco que se desploma desde la Cabañuela a los retozaeros  por la perdida Bujaraiza. El subconsciente colectivo, el miedo ancestral del serrano a lo oculto, el anticipo de la desolación a la que se verían abocadas estas fértiles tierras, el caso es que muchos la vieron y bastantes menos lo contaron temerosos de la burla. Lo cierto es que el bosque de estas malezas es inquietante, recorrer sus entresijos, aún acompañados, produce cierto repelús y a la vez un sentimiento contradictorio de pasmo por su belleza.






No puedo, por más, imaginar que todo el recorrido de esta hermosa cañada era muy parecido en su día, quién haya pasado por allí antes y después del incendio o lea descripciones referidas a tiempos en que aquello era selvático no puede por menos que sentir un desgarrador estremecimiento.

.../..lo que más sorprenden es la espesura de los pinares y por entre ellos, la vegetación arbustiva que por momentos se espesa según remontamos. Fuera de la pista, hay sitios por donde es casi imposible andar. Son muy abundantes, por la zona las madroñeras, los robles y las madreselvas../...







Claro que esta exuberante vegetación solo se entiende ensamblada al agua. Torrentes de litros se despeñan por estos arroyos, señal de que estas Lagunillas, la sierra, la montaña, tiene bien colmados  los depósitos. Hoy todo esta empapado y embarrado, derrapamos más que caminamos y aún así, recorrer esta basta y desolada ladera, es un placer por las sorpresas que nos concede, por los rincones que nos regala. 






LA RUTA

Arrancamos de la Huerta Vieja, antiguamente conocida también como la hoya de Úrsula, buenas tierras de Bujaraiza de las que ellos sabían aprovechar. Por allí baja saltando escalones el arroyo de la Cabañuela, ahora con las lluvias habidas ruge embravecido, el eco que el agua forma en su trajinar no deja indiferente. Hicieron hace tiempo unas instalaciones para acampada estival, con sus barbacoas y cenadero, y le hicieron al arroyo un puente que nosotros buscamos para salir del recinto cercado y buscar por la izquierda del cauce una senda que parte desde la carretera, más bien es un jorro. La mañana está inconfundiblemente brumosa.





Debemos salvar un repecho hasta una loma donde cambian las claves del estruendo acuático, dejamos atrás el barranquete de las malezas por donde el arroyo de la Cabañuela se descuelga para entrar en otra cuenca subsidiaria de la unión del arroyo del Fraile con arroyo Frío, no se cual de los dos hidrónimos prevalece pero cualquiera engrandece el paraje. Debemos bajar buscando un paso por donde cruzarlo y nada más hacerlo y tomar la senda pasamos junto a los restos de una tiná, la niebla continua cegando el horizonte.







Pronto nos situamos en la pista que sube de Casares, ahora convertida en casa de artesanía. Esa pista transita en parte por el antiguo camino de Bujaraiza a las Lagunillas, cuando la repoblación de los montes hicieron la pista con más curvas para que pudieran subir los camiones y, después tras el incendio, la han convertido en una autopista serrana. Aquí fue cuando Quico hurgó en mi interés hablándome de esa antigua senda que ascendía derecha buscando collado serbal, y hasta pudimos reconocer y recorrer un pequeño tramo ahora engullido por romeros, zarzas y todo tipo de monte bajo. En esto de la charla se despejó la niebla, miramos hacía atrás y...





¿quién dijo que esta sierra quedó fea tras el incendio?...la niebla deja paso a una luz que intensifica los colores








y da hasta para que las piedras se enamoren...





y contemplando el amor pétreo, divisamos nuestro próximo destino, collado Serbal...





y a su izquierda el siguiente, el cerro del Cerezuelo





Tras completar la cansina pista y ganado el collado, el paisaje cambia, comenzamos a encontrar nieve que enmascara y adorna el paisaje desolador de este barranco del Cerezuelo. Otros, que en mejores tiempos recorrieron esto, ofrecían un claro contraste...


.../..los bosques que por esas umbrías existen, son impresionantes y más en la época del invierno. Los troncos de las encinas y los robles son tan espesos que casi no le da el sol en todo el día y esto hace que los musgos, los cubra casi por completo. Como la humedad es tanta, se les ven verdes y ciertamente que el espectáculo es de ensueño../...





Sin embargo, las panorámicas que desde allí se tienen son de fantasía, desde S.M. El Yelmo





hasta Peñalta y la sierra profunda al fondo. Y todo con el espejo del Tranco delante





conforme avanzamos y arremetemos con el barranco del Cerezuelo, la nieve se torna más tupida, difuminando el camino de subida que teníamos planteado para atacar el cerro











Después de un considerable esfuerzo atisbamos el premio








curioseamos la caseta bastante ruinosa y su corto entorno








y comenzamos el descenso pues un buen grupo se había pasado de largo y nos llevaba una hora de adelanto











ganada la pista, echamos una ojeada a nuestra cota máxima, el cerro del Cerezuelo





cuando la pista encara el collado de las Lagunillas nos cruzamos con los que nos llevaban ventaja que se dirigían hacia el barranco del Fraile





Describir las sensaciones tras rebasar, jadeando por el esfuerzo, el collado de las Lagunillas es tarea de poeta, especialmente con el níveo paño. No hay fotografía ni descripción que pueda aproximarse a la grandeza del lugar.





La pequeña aldea, ganada al monte con gran esfuerzo, asentada en lo que en su día fue una laguna, secada para cultivo, muestra una quietud y serenidad propia del entorno, como si esperara a sus moradores en el regreso, poco encontrarían salvo las paredes del lugar donde nacieron, jugaron y sudaron para sobrevivir.





Entre las casas se adivina la boca el horno que tanto pan coció. Y poco más porque todo está blanco, la espalda bien resguardada a poniente por las crestas que suben desde el Tranco y se prolongan hasta el Pedro Miguel.








Nos llama la atención los barranquetes que se forman en las peladas cumbres de las Lagunillas.





Nos dejamos llevar mirando al valle, pletórico de agua, con una de las miradas más encantadoras de El Yelmo. Por debajo el cerro de Mojoque guarda la cara a estas casuchas aún en pie orgullosas de tener un pasado. Almorchón, la Risca, ...














inevitablemente creo que siempre seré un incondicional de este idílico lugar.

Con pena, pero con el ánimo henchido, abandonamos el lugar regresando por donde le entramos, ahora en descenso y pasamos tan cerca de la cascada que cae del Almagreros que no podemos resistirnos a visitarla










Aquí, a la altura de la cascada realizamos un cambio de camino, abandonamos el antiguo de Bujaraiza a las Lagunillas modificado ahora por la amplia y acondicionada pista forestal para tomar el encantador camino del Aguadero - la Cabañuela - las Lagunillas - Mojoque. En adelante, para mi se abre un panorama enigmático y desconocido.





Esperaba encontrar nieve en la cañada del fraile (también la he visto descrita como del Haza), sin embargo, todo lo que encontramos fue barro. Derrapando, intentando mantener la compostura durante el largo descenso impidió empaparnos detenidamente de la grandeza del lugar. No pasó sin embargo desapercibido algunos detalles como saltos de agua del Fraile





y el progresivo acercamiento al final de este largo túnel labrado entre dos angostas laderas por el que ellos trazaron un paso perfecto





donde se acaba la cañada y el horizonte se abre, vemos nuestro Fraile, el que veníamos buscando, el que da nombre a todo esto, curiosa manera serrana de nombrar a formaciones pétreas únicas y solitarias, fácilmente visibles desde la lejanía. A su lado, las ruinas de los que vivieron por aquí, necesario lugar de paso para el caminante








Si las Lagunillas miraban cara a cara a El Yelmo, este cortijo del Fraile lo hace nada más y nada menos que a las Banderillas. Bonitos extremos de una hermosa angostura.








Por detrás del fraile, se va el arroyo de su mismo nombre dirigiéndose en busca de su compañero de viaje para precipitarse en impresionantes saltos por esta dura ladera.Por aquí parece que se detuvo el incendio. En adelante un poco de lo que fue todo esto, un bosque perfecto. Pronto encontramos el arroyo Frío, que tenemos que cruzar








En algún hueco del monte, la vista se abre magníficamente





Con el camino un poco perdido por el espeso bosque seguimos descendiendo sin dilación aunque cómodamente








Y súbitamente se despeja el terreno abriéndose ante nosotros las tierras fértiles de la Cabañuela





Una gran pradera se presenta. En un extremo las casas, junto al barranco, con un mirador increíble, donde han puesto un cartel de esos que nos dice que es cada cosa que se ve. Nombra el cartel que el arroyo se llama del Retozadero y no creo que sea justo. En primer lugar porque el lugar conocido por este nombre está bastante más abajo, donde el arroyo entrega sus aguas al Gran Río, por Bujaraiza y, en segundo, porque el arroyo da entidad a este lugar (o viceversa), porque el rumor de sus aguas acompañó a los habitantes de la Cabañuela en sus vidas y con él regaron estos campos, estos prados que conocieron la autarquía serrana.





Tras el barranco la altiva morra de Bonifacio delimita y cierra el prado por el S





La lancha de los Cocones (curioso topónimo) la cierra por el E, al otro lado si subiéramos a la cima tendríamos cañá Somera y el Torraso





Sin duda estamos en un lugar mágico. En el borde de la pradera, próximo al bosque, algo o alguien se aferra por no irse, porque no lo lleven. Tal vez la Encantá tomó morfología de hiedra y se agarró pasionalmente a uno de los más fuertes del lugar: un MERMECINO. Si así son aquí (y como dice con toda razón mi amigo JJ, el resto del mundo está equivocado...), esa majestuosa obra de la naturaleza, ese coloso que crece tranquílamente, sin prisa pero otorga a cambio de esa paciencia una majestuosa sombra, lugares emblemáticos donde acurrucarse bajo su protección. Y la hiedra lo sabe, y tal vez la Encantá sabía que la hiedra lo sabe y por eso sucedió esta increíble simbiosis que además de pasmo da escalofrío.  




Seguro que tengo que volver por aquí muchas veces para admirar esta singularidad, pero ahora toca retirada, entramos en el bosque junto al arroyo, su rumor nos va a acompañar durante todo el descenso





espeso bosque, lleno de lentiscos, encinas, madroños 





un submundo musgoso, cerrado por cualquier lugar que no sea la senda que nos guía





camino obligado de recoveros, donde los contrastes de las últimas horas de la tarde y la entrada de la noche puede ponerle los pelos de punta al más valiente de los mortales si cruza este paraje solitario





árboles hechizados




hermoso bosque, isla botánica de lo que fue todo esto al que deseamos perdure y conserve sus claustrofóbicos límites








Finalmente tiene su luz, se despeja y una imagen diferente nos saca a la cotidiana, que no menos bella, realidad. Desde aquí solo queda descolgarnos de nuevo a la Huerta Vieja. Un sorprendente día lleno de contrastes, alternando los términos de Hornos y Pontones (bueno, Santiago-Pontones) por caminos que ahí están desde hace mucho, que han dado paso a la vida y que la última vez se los llevó a todos, hasta a San Miguel, aunque puede que alguien quedara para contárnoslo, tal vez la ENCANTÁ.   







EL VÍDEO






DATOS TÉCNICOS


Denominación
POR EL MONTE POYO SEGURA DE PONTONES
Fecha
02/03/2013
Itinerario
Campamento La Huerta Vieja-arroyo Frío-collado Serbal-cumbre de El Cerezuelo-aldea de Las Lagunillas-cañada del Fraile-Tiná del Fraile-cascada de arroyo Frío-La Cabañuela-Campamento La Huerta Vieja
Acceso
Desde Villanueva por la carretera del Tranco, allí cruzar el muro del embalse dirección Coto Ríos. Desde Cazorla, a la altura del empalme del Valle, a la izquierda dirección Cotoríos. El campamento se encuentra en el pK  64 aproximadamente.
Inicio
Campamento Huerta Vieja
Fin
Campamento Huerta Vieja
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista, Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno 
Distancia
16,32 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
 8 horas    
Cota mínima
693 mts
Cota máxima
1.346 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 1.021 mts.    Bajando: 1.021 mts.
Perfil



Mapa


Track
Movil
Cobertura Movistar en bastantes puntos de la ruta 
Mapa



Referencias
Ruta realizada con el CS El Camino de Beas de Segura y guiada por Quico Ordoñez

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"A menudo buscamos la belleza, 
lo exótico y lo espectacular en lugares lejanos, 
ignorando lo que nos puede ofrecer
 nuestro medio más cercano"



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En la columna de la izquierda, puedes encontrar la relación de rutas que tienen track. Algunas de ellas tienen además la descripción completa de la ruta y los datos técnicos y, otras, están pendientes de poder dedicarles un ratico. Espero os sean de ayuda si decidis realizarlas. Si encontrais algún error, os ruego me lo comuniqueis para subsanarlo.



Los track referidos deben tomarse como información complementaria y de ayuda, no sustituyendo a una concienzuda preparación de la ruta con mapas actualizados e información de los organismos competentes, ya que las condiciones de realización podrian haber cambiado.




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