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SIERRA MORENA (JAÉN): BAILEN. INTEGRAL POR LA DEHESA DE BURGUILLOS

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LA DEHESA Y MONTE DE BURGUILLOS

Transitando tantos años la nacional IV por la circunvalación que hace la autovía Madrid – Cádiz a su paso por Bailén y viendo el rótulo con la indicación de “Burguillos” sin reparar que, apenas a 5 kmts al NW de esta localidad se encontraba un vergel para el senderista.

El monte Burguillos es una de las elevaciones más significativas de la esta zona fronteriza de Sierra Morena entre esta y la campiña. Forma parte de la Dehesa de Burguillos (también conocida como de la Villa) y alberga un cuidado bosque mediterráneo (encinas, alcornoques, quejigos,...), una bucólica zona ganadera, un área recreativa de expansión para los bailenenses y una preciosa cerrada por la que transita el rio Rumblar tras abandonar su presa mayor camino de la de Zocueca. Además, el terreno se encuentra salpicado de espectaculares bloques redondeados de granito llamados por aquí “bolos” y de piedras caballeras , así como berrocales característicos de esta zona de Sierra Morena.

Conocimos la zona por el rutero Mikha-Ez y sobre un track suyo hicimos una ruta de senderismo familiar (al estilo del amigo JJ. Frias) el pasado mes de diciembre que resultó una grata sorpresa. Tras esta experiencia y animados por las posibilidades que daba la zona diseñamos y pateamos esta ruta basada en la mencionada de Mikha-Ez incluyendo como novedad respecto a la original el recorrido del cerro de las trincheras.


LA RUTA

Traspasamos la gran puerta metálica que da acceso a la finca la cual se encuentra cercada en casi toda su extensión, enfrente encontramos una casa de información. Este lugar es el mejor para dejar el vehiculo ya que se encuentra en la confluencia de las seis rutas diferentes que proponen en el folleto editado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Bailén. Nuestra intención es recorrer la mayor parte de estos senderos proponiendo una ruta integral a Burguillos. 








Desde la caseta tomamos la pista en dirección SW hasta llegar al cruce con el camino de la huerta del gato que transitaremos después, al regreso del cerro de las trincheras. Ahora continuamos a la izquierda, en ascenso hasta llegar a una amplia explanada conocida como "plaza de toros"  por haber existido en este lugar un tentadero antes de instalar las barbacoas.
 





Hay en el lugar una curiosa piedra con una cruz tallada de la que desconocemos su origen. Por el aspecto bien podría ser un indicador de cruce de caminos o bien señalar algún enterramiento.




Llaneamos un buen rato entre chaparros y encinas de mejor porte, bien cuidadas, hasta dar en la bajada del barranco con el arroyo de las Canteras y algunas charcas rodeadas de tamujos, donde el agua remansa






Estamos en pleno barranco del Tío Luís y ya comenzamos a ver impresionantes bolos









Llegamos al río Rumblar y su preciosa ribera de fresnos y alisos











Y comienza el recital del extenso berrocal





Caminamos junto al cauce del Rumblar, una de las zonas más espectaculares de la dehesa, una garganta granítica con bolos a cual mas impresionante

































llegamos a las ruinas del conocido como molino de Juan de las Vacas que aún deja ver la estructura de lo que fue en su día, con una boveda aún semiconservada y las canales de entrada del agua.













Vimos algunos esparragos, de pan y de piedra, pero este se llevó la palma,...





Pronto divisamos en la lejanía la presa del Rumblar, en terreno bañusco











Una estilizada piedra caballera





Abandonamos este preciosista senderillo y comenzaremos a ascender por la vaguada de un arroyo estacional hasta encontrar un camino que nos conducirá hasta las zonas más elevadas de la dehesa
















Navamorquín














Baños de la Encina y su magnifica fortaleza. Estamos en el mirador de los Corrales, después coronamos el cerro Burguillos








Iniciamos el descenso hacia el cerro de las Trincheras





saludados por la fauna local











y la sempiterna oveja negra,...








vimos algunas trincheras, dicen que de la guerra civil, pero lo que nos llamó más la atención fueron los elaborados puestos de vigía donde una ametralladora podría hacer estragos. Afortunadamente para quién fuera, por aquí no pasaron,...








Bajamos a trocha el cerro de las Trincheras hasta enlazar con el camino de la huerta del gato y descansada y comodamente regresar al inicio































EL VIDEO


RUTA DE DICIEMBRE





RUTA DE MARZO






DATOS TÉCNICOS



Denominación
DEHESA DE BURGUILLOS (Bailen)
Fecha
29/12/2011 y 17/03/2012.
Itinerario
Circuito perimetral por el interior de la Dehesa de Burguillos (Bailén)
Acceso
Autovía Madrid - Cadiz (A4) salida dirección Bailén - Burguillos. Entrando a Bailén encontraremos a la derecha una indicación hacía Burguillos donde llegaremos después de aproximadamente 5 kmts.A la entrada de la finca encontraremos una verja que en caso de estar cerrada podemos abrir sin dificultad.
Inicio
Caseta de información junto a la puerta de entrada
Fin
Caseta de información junto a la puerta de entrada
Tipo de trayecto
Semi - Circular
Tipo de firme
Pista, sendero 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
14,11 kmts
Dificultad
Fácil 
Tiempo estimado
4 horas  
Cota mínima
260 mts
Cota máxima
427 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 388 mts.    Bajando: 388 mts.
Sugerencias
Llevar agua. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura.  
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Bibliografía





SIERRA DE SEGURA (JAÉN): DE PONTÓN BAJO AL NACIMIENTO DEL RÍO

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LOS PONTONES, LOS POYOS Y LAS FUENTES DEL SEGURA



Un manto de olivos. Eso se ha dicho siempre de Jaén. Pero hay un lugar, EDÉN natural por derecho y por el hecho de estar ahí: LAS CUMBRES.

Es un lugar poco conocido de nuestra orografía, la distancia hace mella.

Cuna de ese otro río que cede al mediterráneo lo que nuestra fuentes le dan.

He frecuentado Pontones, el alto y el bajo y las Fuentes del Segura y los poyos que por allí se asoman al balcón del Segura, y algunos que también asoman espectacularmente al Gran Río sobre la extensa mancha azulona de su embalse, y también las huelgas, las fértiles huelgas ahora abandonadas y olvidadas a su suerte. Pero siempre mis visitas habían sido fugaces, de ida y vuelta, ruta planificada, ruta realizada, esfuerzo penitencial en “El Cortijo” el amable “Cortijo” de Pontones y regreso por donde vine.





Fue allí donde hace años cayó en mis manos una curiosa revista que vendían en la panadería y que tenía como portada la Piedra Horadada y se titulaba “El Arambol”. 




Descubrí en sus páginas, además de ingentes curiosidades de la zona que me entretuvieron un buen tiempo, una de las rutas más sorprendentes del Parque, la llamaban sus autores “Ruta de las aldeas perdidas”. Sentimientos de nostalgia, melancolía y, sobre todo, un exacerbado interés me hizo plantearme pasar unos días por estas latitudes y descubrir lo más cercano y cotidiano. Y aquí que llego el día pero, la previsible Ley de Murphy, ha obrado en forma de tiempo inestable y tormentoso. Aún así, han sido cuatro días para recordar. Para sumar a las buenas sensaciones hemos descubierto un lugar de descanso sensacional a añadir a la ya conocida Casa Rural El Nacimiento, se trata de la antigua fabrica de lanas que había a la entrada de Pontones, hoy fabulosamente rehabilitada como un lugar de descanso agradable y confortable además de, como la anterior, a orillas junto al Segura, se trata de  la antigua fabrica de lanas que había a la entrada de Pontones, hoy fabulosamente rehabilitada como un lugar de descanso agradable y confortable además de, como la anterior, a orillas junto al Segura, se trata de  El Refugio del Segura. Por fin Pontones va teniendo lo que merece.




Hemos realizado cinco paseos que se podrían catalogar dentro de la terminología de JJ Frías como de Senderismo Familiar.


Primer día en Pontones: DE PONTÓN BAJO AL NACIMIENTO DEL SEGURA


Conocí los cuatro o cinco kilómetros que conducen de Pontón Bajo a Fuente Segura aún sin asfalto. Fue al inicio de un otoño y quedó guardado en algún lugar del laberinto de neuronas que hay dentro de mi cabeza de tal manera que, cuando quiero, tengo la suerte de volver a evocarlo. Ahora ese camino asfaltado lo dejaremos para el que prefiera las cuatro ruedas. Nosotros tomaremos una vereda durante gran parte del recorrido aunque en zonas tendremos que pisar necesariamente el asfalto al estar algo perdida.

Saldremos de Pontón Bajo donde ahora tenemos la residencia y atravesaremos las huelgas, esos fértiles huertos donde la patata encontró un lugar privilegiado para crecer ¡Quién no haya probado una patata asada de Fuente Segura, no sabe lo que es una patata asada¡  Así de rotundo tengo que manifestarlo.

Pues bien, la acequia que desciende del Segura realizado para el riego de este precioso valle  y que nos acompañará en nuestro recorrido, ahora no necesita agua alguna pues no tiene casi que regar. Fuente Segura de abajo, de en medio y de arriba, en poco más de un kilómetro tres aldeas ligadas al pastoreo y la trashumancia de ese manjar lanudo al que tan bien le sienta esta tierra. Por fin el charco, ese ojo en el suelo, lagrimoso, permanentemente “llorando” lo que los Campos de Hernán Pelea recogen en sus esencias.





Aunque lo he visto lastimosamente seco en alguna ocasión, las más rebosa vida y frescura. Precisamente aquí, lugar de inicio de grandes “cabalgadas” por algunos de los lugares más bonitos de nuestra sierra, acabará nuestro paseo vespertino.
 



LA RUTA


Iniciamos la ruta en Pontón Bajo



Acanzamos la Iglesia por las callejuelas






Salimos a la carretera para alcanzar el punto de inicio del sendero señalizado, junto al inicio de la carretera de Fuente Segura


Pasamos junto al inicio del cañón del Segura camino a las Huelgas de Utrera




Entramos de nuevo en el pueblo







La tarde está fresquita,...Maya agradece el cuello alto








Cruzamos el puente, junto a la Iglesia







Para dirigirnos a la salida del pueblo camino de la cañada






El sendero, junto a los huertos






Pronto alcanzamos la primera de las FuenteSegura



Desde el portillo vemos el bonito valle




El Segura gira aquí buscando Pontón Alto






































Atravesamos FuenteSegura de abajo para encontrar esta estampa






El sendero continúa junto a las antíguas huelgas



En nada estamos en Fuente Segura de Enmedio








Sale a saludarnos la fauna local


Y, como no, en un plis plas en Fuente Segura de Arriba















Por fín, nuestro destino


















EL VIDEO





DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE PONTÓN BAJO AL NACIMIENTO DEL SEGURA
Fecha
31/03/2012.
Itinerario
Pontón Bajo (Refugio del Segura) - Cañá Manzano - Fuente Segura de Abajao - Fuente Segura de Enmedio - Fuente Segura de Arriba - Nacimiento del Segura
Acceso
Nucleo urbano de Pontón Bajo
Inicio
Pontón Bajo (Refugio del Segura)
Fin
Nacimiento del Río Segura
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Sendero/Carril/Carretera 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/Verano
Distancia
5,51 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
1 horas 40 minutos  
Cota mínima
1319 mts
Cota máxima
1427 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 127 mts.    Bajando: 57 mts.
Sugerencias
No abandonar basura.
Track
Movil
Cobertura Movistar en algunos puntos del recorrido. 
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): DE POTÓN BAJO A PEÑA AMUSGO

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ENTREPEÑAS: LA PIEDRA HORADADA Y PEÑA AMUSGO, PEÑAMUJO O SIMPLEMENTE LA PIEDRA o DE LA CUENCA DEL MEDITERRÁNEO A LA DEL GUADALQUIVIR EN UN PAR DE HORAS


Nuestro destino es Peña Amusgo. Una formación rocosa colosal, visible desde gran parte del valle del Guadalquivir allí donde esta se encuentra remansado por el embalse del Tranco, maltratada por el tiempo y los agentes naturales que han dado su conformación y morfología característica. Su nombre serrano es más bonito: "Peñamujo", más rotundo y sonoro. También la llaman simplemente "La piedra" queriendo con ello significar su singularidad. En definitiva resulta una atalaya impresionante sobre las aguas del Guadalquivir y un magnifico balcón frente a la desolada Sierra de las Villas. Es factible su escalada ampliando la panorámica visible aunque en este caso no la practicamos por encontrase las piedras escurridizas por la lluvia.
También tiene otra perspectiva nuestra excursión, cubrir la dos cuencas fluviales de nuestra provincia, eso tiene la cumbre, pasamos de la cuenca mediterránea en pontones conformada por el río Segura a la atlántica en Peñamujo frente al Guadalquivir. Como nos llovió, en alguna parte del recorrido el agua caída se dividió en dos desparramándose hacia uno y otro destino. 








En el camino, disfrutaremos de otro monumento natural: la Piedra Horadada, junto a Pontón Alto, símbolo con el Segura de esta tierra de puentes.  









LA RUTA


Pontón Bajo se despierta lentamente, sin prisa





Partimos junto al Segura, de la antigua fuente de las lanas hoy convertido en establecimiento de residencia Refugio del Segura. De aquí parte un precioso sendero que camina por la margen del río hasta Pontón Alto




Al inicio, una sorpresa hace detenernos. Un crucificado en una hornacina vigila del Segura. Nos contaron que lo descubrieron en la antigua fabrica al comenzar la rehabilitación.










Ahora seguimos el sendero hacia Pontón Alto


















Y súbitamente nos encontramos frente al símbolo de Pontones: la Piedra Horadada


























Llegados a Pontón Alto, frente al molino, junto a la fuente del soldado cruzaremos el Segura




Cruzamos las callejas de Pontón Alto para alcanzar la zona más elevada donde tomaremos el camino 






















Llegados a la era, nos indica que nos encontramos en la amplia "Maja de la Cañá" que atravesaremos buscando el camino de las "Espumareas"
















Si volvemos la mirada, el Almorchón nos contempla




Llegamos a donde el camino se hace descendente buscando las aldeas de las "Espumareas". Justo allí, donde hay un cartel del Parque y un precioso mirador al valle de las Espumareas podemos contemplar al fondo la mole característica de Las Banderillas.

Aquí abandonaremos el camino, buscando la loma que se abre a nuestra derecha, donde comienzan los pinos donde encontraremos el camio marcado con señales contínuas de color verde.











Al otro lado, el Yelmo








Nos introducimos en el bosque donde nos van guiando las marcas verdes



El cortijo del Artuñedo








Si nos volvemos, tras ganar altura, vemos el monte de Maria Arnal o "Mariasnal"




Nos encaminamos hacia el mirador situado en la base del Tolaillo 





Allí volvemos a extasiarnos en visual "estereo" , hacia uno y otro lados 
















Bordeando el Tolaillo por su cara N retomamos el sendero ahora en descenso (ya estamos en la vertiente atlantica)









Y repentínamente, "LA PIEDRA",...






















Rotunda y desoladora panorámica de Las Lagunillas 







la cresta del caballo del Torraso



en el horizonte del verde pinar se adivina el muro del Tranco



















inconfundible, Peña Corva



y el Blanquillo




Comienzan las primeras gotas y toca retirada,...




Una mirada final a PEÑAMUJO








EL VÍDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE PONTÓN BAJO A PEÑAMUJO
Fecha
01/04/2012.
Itinerario
Pontón Bajo - Pontón Alto - Majá la Cañá - El Tolaillo - Peña Amusgo
Acceso
Pontón Bajo
Inicio
Pontón Bajo (junto a el Refugio del Segura)
Fin
Peña Amusgo
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista/ Sendero/Carril 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
7,85 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
2 horas 30 min  
Cota mínima
1.337 mts
Cota máxima
1.550 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 298 mts.    Bajando: 203 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, última fuente en Pontón Alto. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estío. No abandonar basura. No encender fuego. Interesante llevar prismáticos.
Track
Móvil
Cobertura Movistar muy baja, casi nula
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): DE POYOTELLO A PONTÓN BAJO POR EL CAÑÓN DEL SEGURA

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POYOTELLO, LA CUEVA DEL AGUA Y EL CAÑÓN DEL SEGURA

Poyotello, aldea "hornillera", pequeño asentamiento en el calar de Gila, vigilado por las Buitreraspiedra Dionisia, balcon del Segura, azotea de la preciosa cueva del agua, una de tantas, la del Segura¡claro! Encaramado frente al Masegoso y Cabeza Gorda, su nombre siempre me sonó rotundo, un caprichoso juego de "elles" que le da la originalidad sonora. Poyotello es uno de esos lugares donde el tiempo se paró, un rincón en el que sus habitantes se resisten a echar la llave.

Cueva del agua, covachón espectacular, refugio de pastores y ganado, surgencia y manatial acuifero, impresionante enclave en pleno tajo del cañón del Segura, parada y fonda del caminante en el trasiego por estos lares.

Proximo, junto a la encrucijada de caminos, el Charco del Humo, agradable salto, sorprende ocasionalmente por la neblina (humo) que acompaña a su caída. Aquí el Segura se anda ligero animado por el agua que le da el arroyo de las Patas confluencia oportuna en lo más hondo del cañón bajo la Cabeza del Masegoso.  

Una vez arriba, en el portillo que vuelca a la casa del maestro comienza la cuenca más alta de este "seguro" río, un precioso cañón lleno de huertos, de suelo humanizado, de décadas de esfuerzo, ahora, en muchos casos abandonado.

Hasta Pontón bajo, lugar de destino, urbe de las cumbres escondida entre peñas, recóndita.



LA RUTA


Poyotello inicio de la ruta, junto a la era . Sus casas y habitantes (no humanos)































Junto a la indicación a pie del sendero, comenzamos a descender en un suave rodar zigzagueante que emboca irremisiblemente en el cañón


































Sin posibilidad de pérdida, el sendero nos aboca a la inmensa Cueva del Agua, un abrigo natural extraordinario donde las entrañas el calar se ven "desangradas" por el manso nacimiento de un reguero para el Segura. Explorando, podemos descubrir una tajea excavada, seguramente para encauzar el agua hacia las fértiles huelgas de más abajo.  



















Un breve paseo por entre lo que queda de algunas huelgas ya descueidadas y abandonadas nos descubre una bonita y curiosa cascadilla













Pronto encontramos un empedraillo, ahora cuidado como todo el sendero que ha sido limpiado y acondicionado. No se si la inversión es equiparable al resultado estético, en cualquier caso está lejos de la primera vez que lo pisé, donde perdí el rastro varias ocasiones.









Nos dirigimos hacía el Charco del Humo, para ello en el empedraillo anterior debemos dirigirnos a la izquierda, de lo contrario terminariamos en esa grandiosa noguera que da sombra a casi toda la aldea de Huelga de Utrera.

Visto desde arriba, el charco hoy se muestra tranquilo, sin espolvorear el agua que precipita de escalón en escalón.















Cruzamos el Segura por el puente nuevo que le hicieron




Ahora toca el otro escollo fluvial, el arroyo de las Patas, sin vado, debemos buscar el mejor paso por las piedras y viene crecido,...
 



Comenzamos un empinado ascenso al portillo del Masegoso por un seguro sendero
 








Ascendiendo, volvemos la vista para resollar y animarnos contemplando Poyotello sobre el calar de Gila
 








Y, enfrente, Cabeza Gorda presidiendo nuestra subida




El cañón del arroyo de las Patas que se mete hacia los cortijos del Pinar




Llegando por fin al portillo




Trufa vigila y cuenta que estemos todos arriba




Última mirada a Poyotello y su calar









Ahora cambiamos de vertiente hacia los cortijos del arroyo Masegoso. Siguiendolo llegaremos de nuevo al Segura y a su cañón, habremos rodeado la Cabeza del Masegoso, un rodeo en el cañón para salvar una zona dificilmente practicable del mismo










Desde aquí, tomamos una pista que cómodamente nos llevará a nuestro destino, Pontón Bajo. Pondremos el acento en deleitarnos con esta maravilla de la naturaleza, circulando siempre junto al Segura encajados en dos paredones, cruzando huelgas, tinadas, y arroyos.

Truena, comienza a llovernos, pero nada de eso empaña la agradable sensación de pasear  y pisar charcos. Un "descoque" para los sentidos.
 

















































































EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE POYOTELLO A PONTÓN BAJO POR EL CAÑÓN DEL SEGURA
Fecha
02/04/2012.
Itinerario
Poyotello - Cueva del Agua - Charco del Humo - Collado Masegosos - Pontón Bajo
Acceso
A Poyotello se accede desde la carretera de Pontones a Santiago de la Espada, a mitad de camino hay un devío a la izquierda con la señalización Poyotello. Al ser una pista asfaltada, hay que circular con precaución por la estrechez de la misma y carencia de arcén.
Inicio
Poyotello
Fin
Pontón Bajo
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista/ Sendero/ 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/Verano
Distancia
10,63 kmts
Dificultad
Moderada
Tiempo estimado
3 horas 30 minutos  
Cota mínima
1.165 mts
Cota máxima
1.455 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 279 mts.    Bajando: 454 mts.
Sugerencias
Calzado de montaña, hay que cruzar el arroyo de las patas sin vado.. Llevar agua para el camino.
Track
Movil
Cobertura Movistar Muy Baja. 
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE EL POZO (JAÉN): EL MOLINILLO - TRANCO DEL LOBO (subida por la Marcolla y descenso por la Rajona)

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EL TRANCO DEL LOBO Y EL ÚLTIMO MAQUIS 


Espectacular es un adjetivo precario para contar esta ruta por la sierra del Pozo. Aunque ya anduve por el Tranco del Lobo y me pareció sensacional la subida por Poyo Tribaldo hasta los Torcales del Lobo, el itinerario de hoy con los Amigos de la Sierra del Pozo  parece imposible de los imposibles si se mira desde el Raso. Redobla el esfuerzo, la intensidad y la emoción.








Tras penetrar por primera vez por el barranco del Guadalentín por el extremo donde este río cede sus ricas aguas piscícolas al embalse de la Bolera, comprobé lo próximos que están lugares tan distantes en la comunicación actual como la zona más turística y transitada del parque (Arroyo Frío) con Pozo Alcón. De eso nada sabían los serranos, que por cualquier sitio sabían meter una senda.







La jornada se completaba con otro aliciente, marchar por los lugares donde ocurrieron aquellos acontecimientos en 1952, aún cercados del halo misterioso que, el tiempo y la tragedia, han mantenido en el recuerdo cuando seguramente el olvido fue la pretensión de los protagonistas. Me refiero a los sucesos que llevaron a la muerte del último emboscado del conocido “maquis”. Un desgraciado, guerrillero, huido, rebelde, hombre al fin y al cabo que nada tenía que ver con estas tierras y que fue a encontrar aquí la muerte y, probablemente, el vilipendio por sus acciones guerrilleras. El conocido como Ramiro y su partida tuvo en su huida al exilio a Francia su último asentamiento aquí, en las covachas  de la laberintica cuerda del Tranco del Lobo y en los llanos de los Torcales del mismo nombre. Así, recorriendolos, entretenidos con el embrujo de la naturaleza envolvente, imaginamos su súbita aparición tras alguna grieta, revuelta del camino o tras algún esbelto larício.






Una buena lectura para descubrir y recordar aquellos acontecimientos podémos encontrarlos en el siguiente enlace: El último maquis de la provincia fue enterrado en Quesada 


La ruta de salida se sabía dura, los trancos y el calor duplicaron el dispendio personal que hubo que hacer para completarla y agradecer la “penitencia” final.

Enlace de la ruta en el FORO TURISMO EN CAZORLA



LA RUTA

Como un reloj estábamos en Pozo Alcón donde quedamos con los Amigos de la Sierra del Pozo. Desde allí partimos por la carretera que se dirige a la provincia de Granada para desviarnos a la izquierda justo antes de llegar a la presa de la Bolera por una pista forestal que lleva a zonas recreativas (El Hornico). La recorremos en su extensión hasta donde muere, allí por la conocida como casa de El Molinillo.




En este lugar nace nuestro camino (y otros como la Senda de los pescadores), allí nos sorprende una piara de ibéricos donde convive con toda naturalidad y aparente felicidad, dedicado a lo mismo que sus congéneres un jabalí desorejado.





Caminando, el sendero bordea el embalse que en mejores horas debió verse, no obstante, le entra un buen caudal de agua del Guadalentín, que fluye ligero, animado por las últimas lluvias caídas.















Pasado el puente,  el sendero continua remontando en cuesta hasta donde se encuentran las ruinas del Cortijo del aire, al regreso entendimos perfectamente el sentido del topónimo. Allí se adivina perfectamente demarcada la cañada de la Mesta, en todo momento paralela a nuestro camino el cual se trazó de nuevo. Por aquí se separan la senda de los pescadores, paralela al Guadalentín, y la nuestra que continua remontando suavemente.









El viaje se torna ameno entre el paisaje y los comentarios del amigo “Cabañas” que nos va ilustrando con senderos encontrados, derivaciones y posibilidades al fin para futuras rutas por una sierra tan conocida y cercana para él.






Sin sentir rozamos el Cortijo de los Tontos, el derrumbe se hace patente, sin embargo aún queda en pie el horno que alimentó seguramente miles de bocas.





Al fondo percibimos que algunos ya alcanzaron el Puntal de Ana María, nuestro próximo destino





mientras, en el camino, podemos otear por nuestra izquierda el pico Cabañas con su delatora caseta de fogoneros, y el Calar de Juana, caminamos entre laricios de buen porte combinados con algunos hermosos quejigos.












Entretenidos llegamos al Puntal de Ana María, donde se asienta lo poco que queda de la CF del Raso del Peral, renombrada en otros tiempos.





Nos asomamos al puntal para tener una panorámica del fondo del barranco del Guadalentín donde este mana a la Bolera.





Abajo, tierras que en otro momento se aprovecharon de labor y enfrente, al otro lado del Guadalentín, la casa y “Tiná” de las Acebadillas, a la derecha el renombrado por mis compañeros de ruta El Branchón, debió ser un día memorable por los recuerdos reiterados a aquella jornada.






Por encima de este, el collado Serbal y más allá el barranco se pierde buscando el Vado de las Carretas y más al fondo su nacimiento bajo el Collado Bermejo.

Pero el semblante se torna inconsolable cuando volvemos la mirada y percibimos el impresionante Tranco de la Marcolla, el lugar por donde tenemos que subir, digo subir, más bien trepar,...





comprobamos que algunos ya controlan nuestros pasos desde la cumbre





Nos armamos de valor viendo en la lejanía que otros aún se encuentran a media subida. Rodeamos el arreglado cortijo que preside el Raso y “toparriba”.






Casi es mejor no mirar para atrás pero, la necesidad vital de resollar cada cierto tiempo hace que nos volvamos, y aún con los latidos del corazón martilleando en los oídos y la respiración jadeante nos emocionemos al mirar hacia abajo y comprobar lo que hemos sido capaces de hacer,...










Una vez arriba, no podemos creerlo. La satisfacción se torna gozo por el logro y por la panorámica que disfrutamos.






Tomamos la cuerda de la Marcolla y nos encaminamos a la antigua caseta de la Sabinilla que en otro tiempo sirvió para vigilar estos parajes.























Toca reponer fuerzas y dirigir la mirada al Tranco del Lobo.





Para llegar debemos cruzar unos inhóspitos rasos mezclados con dolinas donde las ovejas viven cuidando el monte sin necesidad de quién las guarde. En las antenas del repetidor, tomamos el camino que parte a la izquierda y no lo dejaremos en unos kilómetros. El pinar hace agradable el camino, comienza a sentirse el calor.









Nos encaminamos hacia la Morrá de las Grajas, antes, en un recodo, contemplamos el Buitre y la Cabrilla, sierra dura.








en nada, tras bajar una leve pendiente nos introduciremos por la izquierda buscando una valla, siguiendola daremos con la increíble Repisa que volvemos y volveríamos a cruzar mil veces, en esta ocasión en camino de ida y vuelta. No deja de sorprender esta cornisa junto al vacío y allí, tras el recodo la preciosa cueva de las ventanas con sus arcos rayando la perfección arquitectónica.

































Regresamos cresteando para encumbrar el Tranco del Lobo, pasmoso mirador al barranco del Guadalentín y a todo lo que le rodea. Atisbamos en el horizonte la caseta de la Mesa





a la derecha, en la hendidura que se abre para volcar al otro lado de la sierra distinguimos la localidad de Villacarrillo en la Loma olivarera.





como siempre en estas sierras sobresale el Banderillas, allá donde miremos





La Nava de San Pedro desde aquí se muestra como un paraje idílico entre lo abrupto del entorno, allí el amigo "Mingo" se encuentra en esta ocasión en ocupaciones familiares y no ha podido acompañarnos, dejando “huérfanos” a sus compañeros de crestas y aristas.




















 






Bajo este portentoso Tranco descubrimos una amplia meseta, un poyo donde descansaremos y almorzaremos con el Tranco del Lobo al frente y por donde cuentan anduvo refugiado el último maquis en la década de los años 50.
























Tras el descanso, que cada uno lo aprovecha como puede amparado en las tenues sombras de los pinos, toca foto de grupo y reanudación de la marcha








Ahora un fulminante descenso en busca del otro escalón del día: el Tranco de la Rajona. Antes, durante el bajada, nos embobamos con la panorámica que se abre al valle del Guadalentín que también lo es de Pozo Alcón. Al fondo, casi indetectable por la cámara debido a la intensa luz del día se aprecia Sierra Nevada.

































Encontrado el lugar por el que volcarnos a esta pared una última mirada desde arriba hace que respiremos profundamente y, ahora, “topabajo”.
























Imposible descenso si no lo vive uno mismo. En el camino, alguien refiere, que le han contado, lo que en su día narraron, que uno subió este camino en "moto" ???????? ...






Llegado ¡por fin! abajo, ya solo nos queda retornar por el camino que en la mañana seguimos, eso sí con otros matices que inundan la retina y otras sensaciones, como los colores del embalse de La Bolera o la “bofetada de aire” recibida a la llegada al cortijo del mismo nombre.























EL VIDEO









DATOS TÉCNICOS
Denominación
DE LA CASA DEL MOLINILLO A LA REPISA Y TRANCO DEL LOBO. SUBIDA POR LA MARCOLLA Y BAJADA POR LA RAJONA.
Fecha
12/05/2012.
Itinerario
Casa del Molinillo - Cortijo del Aire - Cortijo de los Tontos - Raso del peral / Puntal de Ana María - Tranco de la marcolla - Torcales del Lobo - Tranco del Lobo (repisa) - Tranco del Lobo (alto) - Explanada o Poyo del último maquis - Torcales del Lobo - Marcolla (cuerda) - Tranco de la Rajona - Casa de El molinillo
Acceso
Desde Pozo Alcón tomamos la A-326 dirección Castril. A la altura del Kmt 8, tomaremos un desvio a la izquierda para entrar a la pista de acceso a la zona recreativa del Hornico. Continuaremos la pista hasta el final donde se situa la Casa de El Molinillo donde estacionaremos el vehículo
Inicio
Casa de El Molinillo
Fin
Casa de El Molinillo
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero/ Camino y sin el/
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/
Distancia
20,230 kmts
Dificultad
Dificil (No tanto por la ruta en si como por lugares por donde transcurre)
Tiempo estimado
9 horas 
Cota mínima
933 mts
Cota máxima
1.758 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 875 mts.    Bajando: 875 mts.
Sugerencias
Calzado de montaña. Crema solar. Llevar suficiente agua para el camino según necesidades personales. Extremar el cuidado en las cuerdas, poyos y voladeros, así como en la repisa del Tranco del Lobo (solo para expertos), riesgo de precipitación al vacío.
Track
WIKILOC (Cortesía de PacoUbeda)
Movil
Cobertura Movistar Muy Baja. Es posible establecer conexión en la zona del Tranco del Lobo, por la cresta y voladero del mismo.
Mapa
Fuentes de información
Experiencia de Sansón y foreros habituales. Web de Luís Miguel Sánchez Tostado










SIERRA DEL POZO (JAÉN): GRAN CIRCULAR POR LA SIERRA DELPOZO

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LA GRAN SIERRA DEL POZO


La más profunda, agreste y lejana. La sierra no entiende de términos ni de municipios ni de vías de comunicación modernas. La sierra es UNA. La sierra es una montaña rusa que nos asciende y desciende vertiginosamente en un vaivén. Tras una sacudida llega una tregua para, después, atizar otro zarandeo, y otro, y otro.






La sierra del Pozo es grande, y no me refiero como es comprensible a su extensión, que también. Su grandeza la instala los tesoros que esconde en su interior, barrancos imposibles, trancos de vértigo, cerradas singulares, miradores de ensueño, crestas abismales, calares serenos y, sobre todo, por encima de todo, un bosque encantado, un paraíso de laricios. Tengo especial predilección por esta conífera de monte alto, enfrentado y sobreviviente a las adversidades más extremas, adaptado a los lugares donde le toca vivir, longevo donde los haya, con nombre propio, Galapán, Artesilla, Tres Cruces, Entrega, apelativos rotundos, singulares, para la soberbia que expresan.







Hoy nos hemos dado un buen “batute”, “arreón”,... como queramos llamarlo empleando la terminología al uso. Hemos hecho una ruta de donde salen dos bien sobradas. Hemos visto media sierra del Pozo con todos sus contrastes y toda su grandeza. Será difícil olvidar esta ruta por muchos motivos, por su diversidad, por la gente que participó, por su dureza, por los retorcidos troncos de laricios imposibles y por un eco que canturreba en la lejanía: “tanto descanso llevéis, como el que dejáis...” (Pino de la Entrega).

Aunque tal vez fue el viento rebotando en las abigarradas ramas, todos escuchamos “cosas” en las cumbres.








Enlace de la ruta en el FORO TURISMOENCAZORLA



LA RUTA



Arrancamos donde comienza el camino que confluye con la carretera, ese camino que seguido, seguido, sierra adentro se mete en la cañada de Tiscar, ascendente hasta collado Angosto para volcar después hasta donde dicen que el Guadalquivir ve la luz.








Poco después de pasar una puerta dejaremos este camino tomando a la derecha una senda, medio desdibujada pero aún reconocible que asciende paralela a un cauce de torrentera para adentrarnos en pleno barranco de la Presilla.





Anunciando a los extraños





Dejado el curso del arroyo, la senda ya nítida tira para arriba decididamente, sin devaneos, zigzagueando hasta asomarse al collado del cerro de Don Pedro donde emerge en todo su esplendor esta sierra del Pozo.








Hemos acumulado quinientos metros de subida en apenas cuatro kilómetros, esto se merece un descanso para contemplar lo que se nos presenta. Adivinamos en la explanada que pisamos una nítida senda de piedra que viene a morir justo aquí, vine de abajo, del barranco que tenemos delante, me cuentan que luego la tomaremos en el regreso.





Por el W los colosos Agrios, sus picos emblemáticos, Rayal, Picón del Guante y, al fondo, Aguilón del Loco comienzan a asomar, Sierra Mágina permanece oculta por el cielo nebuloso de la mañana.


















El rato da para conversar y cambiar impresiones.












Tomamos dirección N por senda y sin ella recorriendo en su extensión la cuerda de la Calera, auténtico "subeybaja" (más sube que baja).





atrás dejamos el cerro de Don Pedro





el camino poco a poco va estrechando desembocándonos en los Callejones por donde el viento silba y corre ligero











Salimos de aquí y nos encontramos emboscados entre laricios, diversas y retorcidas formas que disponen un auténtico bosque encantado, museo arbóreo, país de las maravillas donde los protagonistas se combinan con lastras rocosas configurando un paisaje desgarrador.














Al fin, en plena Loma de Cagasebo encontramos nuestro protagonista del día, Pino de la Entrega, brazos generosos y acogedores, cercanos al suelo, “entregando” sus secretos al visitante. A diferencia de sus hermanos de porte altivo y tallo esbelto, este pino rechoncho y tarugón, tiene el encanto de su acogedora sala – comedor cubierta de una carpa natural y un aire aclimatado que invita al reposo, a dejarse ir , incluso a la modorra.





Desde alli, con solo asomarse al barranco de Tiscar parece que podemos tocar los Agrios, con ayuda de zoom, claro.











Tras el merecido alivio, buscamos Puerto Llano a través del barranco de arroyo seco. Si que son llanas estas tierras. Encima tenemos el Cabañas casi colgado sobre un impresionante lapiaz que parece colocado a drede para sujetar la casita de fogoneros que culmina la cumbre.








Aunque no estaba en los planes iniciales, la mayoría optamos por subir, como no, a rendir pleitesía a este gigante de la sierra. Cabañas, altivo, orgulloso de sus dos mil metros, controlador del trasiego en Puerto Llano, oteador y dominador de la sierra del Pozo jaenera, vigilante de su vecino amigo altivo y descarado, Aguilón del Loco, balconada de la Bolera y Almiceran y todo lo que se atisba, que es mucho.


























Abandonamos, recargados de emoción, la cima del coloso tomando la cómoda y bonita senda que se dirige a la fuente del artesón pero, cuando esta comienza el descenso, la dejamos a la derecha para buscar el collado de la Saltaneja, entre este y el cerro de los Tres Mojones























Inmediatamente aparecemos cabalgando sobre una cresta imprevista, entramos en el calar de Hinojares desfilando por el borde de este farallón angosto y tortuoso. Pronto tierra llana, Calar de Hinojares, planicie excelsa, trono de las Palomas, aljibe de fuentes y arroyos, vigía de Pozo Alcón, oteador del Jabalcón y Negratín, acantilado imposible sobre el barranco de la Canal o de los Lobos que también lo llaman los mapas.





























Un vertiginoso descenso por lugares casi imposibles nos conducen a una pista cuyo transito durará poco. Abastecimiento en la Fuente de la Ponderosa y de nuevo a descender hasta tocar fondo en este hondo cauce, pero su bajada es fascinante por una senda de piedra bien trabajada, hasta el punto de resistir hoy en día los envites del abandono. Vadeamos el cauce seco del arroyo y ascendemos en fuerte pendiente hasta la CF de la Fuente del Pino, vestigio de un tiempo pasado, cruce de caminos, aún mantiene el porte y el orgullo.





























De los cuatro caminos reconocibles tomamos la senda de piedra que se dirige en dirección W, ascendiendo sin pausa, senda que no pierde la traza ni en lo más enmarañado del camino, ¡que bien hecha!. Se hace lenta la subida, la fuerte pendiente y los kilómetros acumulados ralentizan los movimientos pero la sinergia de oler el final y la contemplación del horizonte impulsan coronar por segunda vez en el día el collado del cerro de Don Pedro. Ya solo resta descender por donde ascendimos en la mañana.











Aunque hubo momentos de incertidumbre climatológica y pensamos que no nos libraríamos del chaparrón, el cielo fue benévolo con nosotros y permitió una ruta impecable, extenuadora pero impecable.






EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
GRAN CIRCULAR POR LA SIERRA DEL POZO
Fecha
19/05/2012.
Itinerario
Barranco de la Presilla - collado de Don Pedro - cuerda de la Calera - los callejones - pino de la Entrega - loma de Cagasebo - Puerto Llano - pico Cabañas - Calar de Hinojares - pico de las Palomas - barranco de los Lobos - CF. de la Fuente del Pino - collado de Don Pedro - barranco de la Presilla
Acceso
Desde Quesada o desde Pozo Alcón buscaremos el puerto de Tiscar. En el primer caso, pasados unos 2 kilómetros buscaremos un carril que sala de la carretera a nuestra izquierda en el que hay un panel conla descripción de otra ruta. En el segundo caso, pasados 2 kilómetros del Santuario de Tiscar buscaremos el mismo carril, en este caso a nuestra derecha.
Inicio
Barranco de la Presilla
Fin
Barranco de la Presilla
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
29,00 kmts
Dificultad
Dificil, aunque montañeros experimentados no deben tener dificultad.
Tiempo estimado
 11 horas  46 minutos  
Cota mínima
988 mts
Cota máxima
2.026 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 1.645 mts.    Bajando: 1.645 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, solo podremos tomar agua casi al final del recorrido enla Fuente de la Ponderosa. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Crema solar. Botas con buena suela.
Track
Movil
Cobertura Movistar en algunos puntos del recorrido: collado de Don Pedro, pino de la Entrega, Cabañas, Calar de Hinijares 
Mapa
Referncias
Ruta diseñada por Sansón y otros compañeros mediante pequeñas rutas de investigación. Es la primera vez que se realiza de manera completa


DESPEÑAPERROS (JAÉN): CIRCULAR A LA MESA DEL REY

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LA MESA DEL REY: PARADA Y FONDA PARA UNA BATALLA


Cuando en Castro Ferral se producen las primeras disensiones entre los aladides que se disponian a dar la Batalla, surge la controversia. Alfonso VIII, el organizador de la cruzada y Ximenez de Rada, Arzobispo de Toledo e instigador de la misma quieren avanzar a toda costa. La compañía, Reyes y Arzobispos varios creen, sensatamente, que es un suicidio dar un paso más, habrá que dar un rodeo, pero Alfonso no dá su brazo a torcer

"...eligiendo antes en la dificultad del paso morir por la fe..."







El paso de la Losa estaba bien custodiado por los musulmanes, las tropas cristianas necesitan solo avanzar tres kilómetros para situarse en ventaja. Desde allí, desde castro Ferral se divisa perfectamente una extensa planicie al SW que reune todas las condiciones.

Y, en esto, aparece providencialmente el conocido como Pastor de las Navas, Martín Alhaja.

Y allá que los lleva por algún lugar que no somos capaces de reconocer,

"...dimos como un rodeo por otra parte, pasando por sitios arduos y abruptos..."

El caso es que el sábado 14, no sin algún "rifirafe"  asientan el Real las tropas cristianas en la que después se conocería como Mesa del Rey.


"...,el monte que tenía la explanada en lo alto,..."


Allí descansaron, se abastecieron, rezaron, invocaron a toda la santidad habida y por haber. Desde allí SI.







Tenían delante los llanos de Miranda y de las Américas, un lugar idóneo para desplagar la estrategia y vengar la humillación de Alarcos. Mientras, enfrente, probablemente desde el cero de los Olivares, Al-Nasir movía la cabeza, la partida de ajedrez comenzaba. 





LA RUTA


Una corta ruta mañanera, con partida cierta, Miranda del rey, y destino incierto. Tenía claro rebuscar una vía que me permitiese atravesar el bosque descuidado recientemente puesto sobre la planicie de la mesa del Rey. Todo ello para logar una mejor aproximación al recorrido de las crónicas hacia los lugares de la batalla. 

Salimos tarde, ya con calor, asi que convenía "arrear" al principio. Sin dilación tomamos el camino del "empedraillo" 






ganando unas preciosas vistas a La Estrella





Nos cruzamos con representantes de la fauna local, algo aletargadaos por lo que parece había sido un festín,...





Tomamos la llamada Vía Romana, o Cordón, el camino del Puerto del Rey al fin y al cabo. Remontando vemos la meseta, nuestro objetivo





Llegamos al cruce del salto del Fraile o de la Graja. Allí viramos a nuestra derecha para tomar un empinado repechón que nos subirá al extremo N de esta alargada meseta. Salvado el repechón, al volvernos tenemos unas buenas vistas del salto, ahora sin agua. Abajo existe un nacimiento de agua.








Alcanzada aproximadamente la cota, vemos al frente el extremo S de la mesa, a donde nos dirigimos





Precioso camino de sombra nos lleva por encima del amplio barranco del arroyo del rey, en el borde NE de la Mesa





De nuevo al volvernos captamos la panorámica de La Estrella arriba y el salto de la Graja debajo





Trufa va penando con la jara pringosa, todo se la pega,...





Identificada la entrada al sendero que recorre la mesa y que ya seguimos en otra ocasión, nos decantamos por investigar lo que tenemos por delante, desconocido hasta ahora. Aunque intuimos los derroteros queremos comprobar "in situ" que podemos cerrar un circular.


Para ello, continuamos el camino - cortafuegos que llevamos que desciende muy decididamente requiriendo extremar el cuidado para que los pies no resbalen por la gravilla. Cuando el camino llanea, encontramos un cruce, tomamos el de la derecha y, subitamente, nos encontramos rozando la casa Rural de la Mesa del Rey. De aquí parte un camino principal que nos sacaría a la carretera de Miranda del Rey a Santa Elena y otro, por detras de la vivienda, que nos conduce al pozo del que se surte de agua. Este es el nuestro.





Mientras lo recorremos ¡sorpresa! atisbamos en el borde S de la Mesa este pendón que ha sido colocado recientemente.





Llegados al pozo, acaba el camino, sin embargo seguimos una senda que ha sido desbrozada recientemente y que nos lleva directamente al pendón que vimos desde la Casa. En el camino, en un colladete se percibe Castro Ferral





Conquistada la mesa del rey, toca foto de rigor. Esta parece ser la ladera por la que descendieron las tropas cristianas en busca del musulmán





La casa ahora nos queda bastante abajo





Por delante, los llanos de Miranda, después llamadas Suertes en época de las Nuevas Poblaciones. El cerro de Miranda y el cerro del Tio Silverio





Salimos al cortafuegos de la Asperilla y descendenmos hacia Miranda








Llegando, encontramos este antíguo pozo y alberca





Por fin en Miranda. Satisfechos por el camino encontrado











EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS



Denominación
CIRCULAR A LA MESA DEL REY
Fecha
27/05/2012.
Itinerario
Miranda del Rey - Cordón o Camino del Puerto del Rey - Mesa del Rey - Casa rural Mesa del Rey - Pendón de la batalla - Camino de la Asperilla - Miranda del Rey
Acceso
A Miranda del Rey de accede desde Santa Elena por una estrecha carretera de 4 klm que parte del Museo de la Batalla de las navas de Tolosa.
Inicio
Miranda del Rey
Fin
Miranda del Rey
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
9,8 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
3 horas 30 minutos  
Cota mínima
671 mts
Cota máxima
880 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 325 mts.    Bajando: 325 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, no hay fuentes potables. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar en puntos del recorrido
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

VILCHES (Jaén): CIRCULAR Y VERTICE DEL CERRO MORTERO

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VILCHES Y SU MORTERO.
ENTRE CERROS, EMBALSES Y OLIVOS




NO PODÍA IMAGINAR
ANTES DE COMENZAR ESTA RUTA,
LA CANTIADAD DE PEQUEÑOS
Y COQUETOS DETALLES QUE GUARDA.


QUIERO DEDICAR ESTA ENTRADA A MI COMPAÑERA ROCÍO, VILCHEÑA DE PRO, GRACIAS A ELLA HE PODIDO REALIZARLA PUÉS, AUNQUE LA PRIMERA INTENCIÓN ERA CORONAR EL CERRO MORTERO, ME PUSO EN LA PISTA DE LOS DETALLES QUE AL FIN Y AL CABO BORDAN LA RUTA.
SI POR MOTIVOS DE TRABAJO TIENE QUE ALEJARSE DE SU QUERIDO ENTORNO, QUE LA VISITA A ESTA PÁGINA LE PERMITA HACER UN RECORRIDO VIRTUAL Y LLEVARSE A SU PUEBLO ALLÍ DONDE ESTÉ.



La tarde del domingo era propicia para una breve escapadilla, cercana, fugaz. Me brotó la idea que traía hacía tiempo de pasear por Vilches.


"En la cima de un monte en forma de collado,
con tres cerros que le ofrecen sus faldas por asiento,
ha crecido Vilches”.

Los cerros del Castillo, el Cerrillo de S. Sebastián y el Cerro de la Serrana, han cobijado el urbanismo vilcheño.





La proximidad lo hacia un destino propicio. Además, tenía una cuestión pendiente allí: el Cerro Mortero.






La primera vez que vi el mar fue en Vilches. Si, si, en esta localidad cualquier cosa es posible. Con apenas 5 años acompañé a mi padre a un trato olivarero en el casino de la villa, cuando me asomé a la balconada y vi tanta agua junta corrí a mi progenitor pasmado diciéndole que el mar estaba fuera. Claro la ocurrencia causó la hilaridad de los presentes que en aquél momento no comprendí. Luego, en el camino de regreso mi padre me explicó que aquello era el embalse de Guadalen y que el mar era bastante más grande. Lamentablemente tendrían que pasar aún siete años más para que entendiera la explicación virtual de mi padre y darle toda la razón.





En mi familia siempre escuché que en el vértice del cerro Mortero había una oliva y esta había pertenecido a mi abuela Eulalia, vilcheña afincada en La Carolina desde su infancia. Por tanto había una razón sentimental en descubrir ahora, al cabo de los años, la famosa oliva que, por cierto, no es una sino tres las que encumbran este curioso cerro.





Hasta el topónimo de este singular cerro tiene su "cosa", se debe al parecido con los montones de cemento y arena que los albañiles mezclan con agua para sacar la pasta o mortero.





Poco tiempo atrás, los amigos foreros Paco y Pepe de Úbeda habían descrito una ruta circular por el otro gran cerro olivarero de Vilches, Jarabancil. Había que completar, por tanto, la del cerro opuesto y, más tarde, intentar unirlas en una gran ruta vilcheña junto con los cerros del Castillo, el de la Serrana, el de San Sebartián y el del Bobo.





Sin pensarlo dos veces me puse en marcha, en el camino tuve que hacer una obligada parada para otear el Piélago, ese monumento natural que tiene Vilches junto a la finca La Marquesa, a pie de carretera, donde un trozo de historia se detuvo en forma de puente romano sobre un acelerado torrente del río Guarrizas.






LA RUTA




Desde lejos es como el cerro del Mortero se muestra más característico. Su soledad geográfica se hace patente. Las olivas ascienden hacía su vértice en ordenadas filas.





Acercándonos a Vilches contemplamos los farallones de los cerros repletos de chumberas. Una simbiosis paisajística característica de Vilches, olivas, chumberas, pitas.





Una vez en el pueblo dejamos el coche donde podemos, lo más cercano a la Iglesia y su recoleta plaza de donde parte nuestra ruta





Desde la plaza tomamos la calle de Linares que se hace ascendente al continuarse con la del Portillejo para descender ya atisbando el campo en la calle larga calle del Zahorí, curioso nombre en un pueblo donde abundan los “videntes” del agua.




















Si volvemos la vista, tenemos la primera grata panoramica





Junto a esta calle, saliendo al camino aún quedan restos de los que fueron características viviendas vilcheñas, las casas-cueva diseminadas por varios lugares de la urbe, circunstancia que da un especial atractivo y es poco conocida. Terminando las últimas casas, ya en el camino de las Fuentezuelas (bonito nombre que alude a la sorpresa que nos depara el camino), nos desviamos a la izquierda hasta una planicie sobre las olivas, la era mancera, amplia era comunal, lugar de escarceo sobre el barranco con unas geniales vistas al valle del Guadalén y al pueblo.















Ya en el camino avanzamos hacia nuestro cerro, siempre encarado, hasta que llegamos a una bifurcación, aquí comenzará la parte circular. Tomaremos el camino de la izquierda, el de la Atalaya pues sobre el terreno parece esta cara del cerro más “amigable” para ascenderla hasta su vértice. A los pocos metros del cruce se abre el monte de la izquierda en forma de un espléndido mirador hacía el embalse de Guadalén, es el antiguo vertedero ahora sellado para esparcimiento y disfrute. Nos asomamos sobre el barranco de “Quiensuena” sobre la Vega ahora inundada en parte por las aguas del Guadalén.


















Este barranco tiene continuidad con el barranco de la Atalaya, una grata sorpresa, un hermoso pilar con un buen chorro de agua a pie de camino precedida de un llamativo molino de viento. Se trata de la Fuente de la Atalaya. Seguro que fue descanso obligado en los trasiegos de la vega al pueblo, donde dar de beber a las bestias y refrescarse tras la subida del barranco.












“En las noches del invierno la fuente de la Atalaya
a la fuente del Algarrobo le suele comentar,
que la fuente vieja tiene mucho frío de verdad,
porque el sol solo la besa en verano y nada más”



Tras refrescarnos en esta bonita y cuidada fuente, regresamos un centenar de metros sobre nuestro pies hasta un vadillo muy bien empedrado para las torrenteras. Es el lugar elegido para comenzar el ascenso al vertice geodésico. Nos serviremos del torrente del arroyo, de piedra arenisca que forma escalones para ganar altura fácilmente.





Sorprende esta zona por los olivos centenarios y los suelos de arquitectura agrícola realizados para que las torrenteras de agua no se lleven la tierra y las desraíce.








A medida que ascendemos, el empinado repecho nos obliga a resollar de vez en cuando lo que aprovechamos para mirar hacía atrás, las vistas que vamos ganando hablan por si mismas.














Algunos olivos hablan de su longevidad por los troncos que muestran








El último repechón se resiste por la tierra suelta. Ascendemos zigzagueando con esfuerzo por la pendiente, mientras nos acordamos de las campañas aceituneras, de subir esta cuesta arrastrando el mantón, el ato, las varas, ... Pronto vemos el fin, el esfuerzo obtiene recompensa.











Una curiosa piedra cuadrada labrada se encuentra en la cima, desconozco su significado,...





Ahora toca lo que toca, MIRAR, para eso hemos subido

Lo primero, nuestro anfitrión: Vilches y su cerro del Castillo con el característico Santuario




Jarabancil, el gran cerro olivarero




Sierra Morena, el collado y el cerro de la Estrella




Embalse de Guadalén, mi primer mar, Arquillos al fondo







Navas de San Juán, el Condado




El Porrosillo




Puente sobre el embalse de Guadalén




Giribaile, la Loma, ...







La presa del embalse de Giribaile y Mágina presente







Baeza en el horizonte del olivar, la mole de Mágina la atosiga





Arquillos y Navas de San Juán de una tacada.




Inconfundible, la Gran Chimenea de La Cruz




embalse de la Fernandina




y, de nuevo, donde comenzamos,...




Con lo agusto que estamos, no hay quién nos mueva




Pero toca zafarrancho, hay que bajar al camino, trochando, trochando, nos metemos junto a unas chumberas










Ya desde abajo, a pie del camino, volvemos la vista para ver de lejos nuestro precioso mirador




Y nos topamos con otra maravilla del camino, la Fuente del Algarrobo










Salimos de la fuente y comenzamos el regreso hacia Vilches por este tramo del camino que rodea al Mortero por el W










Antes de llegar, aún nos queda otra sorpresa, la Fuente Vieja










Completado nuestro circular, nos direccionamos por fin hacía Vilches, agradeciendole al Mortero el buen regusto que nos ha dejado.















EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS


Denominación
VILCHES. CIRCULAR Y VÉRTICE DEL CERRO EL MORTERO
Fecha
22/04/2012.
Itinerario
Vilches - La Atalaya - Mortero (Vertice Geodésico) - Fuente del Algarrobo - Fuente Vieja - Vilches
Acceso
Desde la localidad de Vilches
Inicio
Vilches
Fin
Vilches
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Carril y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
07,37 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
 2 horas  30 minutos  
Cota mínima
639 mts
Cota máxima
463 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 216mts.    Bajando: 234 mts.
Sugerencias
Hay fuentes en el recorrido, generalmente con agua corriente. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Crema solar.
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Referencias
Experiencia propia





SIERRA DE SEGURA (JAÉN): BUSCANDO EL PINO GALAPÁN

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DON DOMINGO Y EL GALAPÁN: FRONTERA COMANCHE

Hace años, cuando la sierra me quedaba aún lejos cayó en mis manos un curioso libro de un tal Olayo Alguacil, la edición era reciente y tenía un sugerente título: En busca del pino Galapán.





Ni que decir tiene que en una tarde lo devoré, en una tarde hice una increible penetración en la sierra y conocí numerosos lugares para mi aún desconocidos, en una tarde rutee virtualmente desde el sillón de mi salón en un 4x4 imaginario por donde este Olayo me condujo. Más tarde tuve la oportunidad de leer otros monográficos de este buen serrano, afincado el la campiña que mediante la pluma mantiene su particular cordón umbilical con la tierra que lo vió nacer.
El colofón de esta gran ruta por lugares representativos de la sierra lo realiza en un lugar emblemático, allí donde el ecosistema ha sobrevivido por más tiempo, en un lugar donde la nada es sinónimo de naturaleza, donde los pocos que se atrevieron a asentarse sobrevivieron como solo ellos sabrán, allí donde el porte de los laricios es de un impresionante orgullo, en un lugar con rotunda denominación: El Pino Galapán. Cerca, Don Domingo, pequeño nucleo de población sobreviviente a los avatares de los tiempos y los elementos representa el fuerte de los federales, de allí en adelante es territorio Comanche.









Esta alegoría nacida medio en broma medio en serio a tenor de las características del terreno, nos sirvió para recorrer el corto trayecto que separa Don Domingo (¡que nombre!) de ese portento natural. El juego era identificar el pino, al inicio fue divertido, los candidatos se multiplicaban pero, finalmente, nos lo destrozaron con un gran cartelón a pie del camino: "PINO GALAPÄN", faltaban las bombillas de colores y el Bienvenido a,.............. ¡Demonios! 















LA RUTA



Placida aldea ganadera la de Don Domingo






La Sagra quiere dejarse ver pero el dia no dá de sí





Nuestro amigo Mastín se sorprendió al ver gente





Un cruce de caminos estilo Western, nosotros al territorio Comanche, camino de Rambla Seca








Comenzamos a atravesar la Rambla de los Cuartos








En el puente hay dos cruces de caminos que ignoraremos, continuando por la pista principal y que comienza ascender en est lugar.














El Almorchón, presente toda la ruta








La aldea de El Patronato a tiro de zoom









Tinada de prado Flores. Desde aquí en descenso hacia el Galapán











Curiosa y original formación rocosa en el collado con significado a las dos caras (cada uno que se lo busque)












Creo que se trata del Castellón de los Miravetes





La Sagra





Comienza el festival laricio
































Esta si es un buen indicador: hemos llegado a su majestad


























animales hay en todos los lugares, en este caso no son cabras precisamente, ..., sino sus "machos"













EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS


Denominación
BUSCANDO EL PINO GALAPÁN
Fecha
03/04/2012.
Itinerario
Don Domingo - Rambla de los Cuartos - Tiná de Prado Flores - Pino Galapán
Acceso
Desde Santiago de la Espada, tomaremos la carretera que se dirige a la provincia de Granada (A-317), pasados 2 kmts, tomaremos un desvio a la derecha que se dirige a la vega de Santiago y sus pueblos y cortijos (JV-7045). Solo hay que seguirla sin desviarnos hasta llegar a Don Domingo, justo aquí acaba el asfalto y comienza la pista.
Inicio
Don Domingo
Fin
Pino Galapán
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
4,23 kmts
Dificultad
Muy Fácil
Tiempo estimado
3 horas 30 minutos  (ida y vuelta)
Cota mínima
1.496 mts
Cota máxima
1.586 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 95 mts.    Bajando: 87 mts.
Sugerencias
Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar en parte del recorrido. 
Mapa
Referencias
Experiencia propia. En busca del Pino Galapán; Olayo Alguacil.

SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): CUENCA DE ARROYO CHILLAR

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ARROYO CHILLAR, UN ARROYO DE VIDA




Esta entrada, una de las que más cariño le pongo, se la dedico a los serranos de entonces, los que trazaron las sendas que hoy podemos recorrer, y a los serranos de hoy, los que las mantienen vivas y permiten transitarlas. Gracias Manuel, entre otros.



En plena Sierra de las Villas, relegado a un segundo plano por la fuerte personalidad de los Aguascebas, nace y sucumbe el arroyo Chillar, en adelante lo llamaré royo Chillar porque fue así como lo llamaron ellos, los que nacieron, vivieron y murieron con él, los que lo mimaron y aprovecharon sus aguas permanentes y constantes para vivir en un lugar peliagudo, arriscado.







Fue por tanto el royo y su flujo el que convirtió esta cuenca, esta gran solana, en un lugar de vida, en uno de los territorios más humanizados de esta difícil sierra. De ello dan fe los numerosos cortijos y tapuelas existentes, algunos de porte señorial para los tiempos que andaban







otros, sencillos y humildes, destinados a dar básicamente cobijo y calor en los momentos necesarios







cortijos empoyetados muchos de ellos, de difícil acceso, pero con amplias y esplendidas vistas desde su modesto porche o su era, aún presentes







hundidos otros junto al cauce del royo, aprovechando pequeños huertos, peazos arañados al monte y estabilizados con paratas delatoras aún  de que ellos estuvieron por aquí.







No he encontrado nadie en mi trasiego, tan solo al pastor del Ojuelo que por temporadas sigue ocupando el cortijo nuevo, el que hay en el collado, porque el viejo lo tienen para encerrar ganado.



CUENCA DEL CHILLAR



El Chillar, un corto afluente del Gran Río, de los primeros en entregarle sus aguas tras el freno que le imponen en el Tranco, aporta en sus apenas ocho kilómetros de cuenca una gran riqueza natural. Desde su comienzo allí por los collados de los morrones de SantaMaría y del Ojuelo y por los Tableros y el Hoyo y la lancha del Cagadero y las Correderas hasta su desembocadura generando una serie de rápidos apreciados por aquellos que se tiran en canoa desde el puente de los Agustines, conforma una cuenca singular, que a efectos prácticos, solo para lo que aquí nos interesa y sin pretensiones científicas, podemos dividirla en alta, media y baja.







1. Cuenca baja



En diferentes ocasiones he recorrido parcialmente la cuenca baja desde el puente Rompecalzas, allá por la venta de Melquíades o del Cardaor, desde el mirador que hicieron y llamaron del Tobón, a pie de la carretera que lleva de Villanueva del Arzobispo al Tranco y permite divisar el amplio valle de Chincolla.






Un cómodo camino nos mete y asciende por el margen izquierdo orográfico hasta el cortijo del Tamborcillo. Allí empieza a complicarse, tiene que venirse para el Guadalquivir porque se topa con la Lancha del Pueblo y el macizo de los Altos del Chillar. A pesar de ello, es posible introducirse un buen tramo en lo más abrupto de su cañón por una sendilla que parte de este Tamborcillo definida por una antigua acequia, ahora goma negra de esas que inundan nuestro olivares, incluso tal vez sea posible llegar hasta el final del barranco allá por donde lo de los Riberas, yo no lo logré al encontrar deslizamientos de la ladera.






También desde el Tamborcillo es posible alcanzar la cumbre de esa agreste Lancha del Pueblo por una senda medio perdida, de gran pendiente y difícil de andar. Finalmente, desde el Tamborcillo podemos descender por un senderillo ya totalmente perdida hasta un vado y cruzar el Chillar a la altura del cortijo, más bien tapuela de la Grilla.






La mujer que lo habitaba, Ramona, según me contaron se dedicaba además de sus propios quehaceres que no eran pocos, de sol a sol, a ayudar esporádicamente en tareas de lavado de sábanas y mantas por los diversos cortijos de la zona a cambio de algo de viandas y pago en especies (preferentemente ajo harina con niscalos o bien andrajos). Cuentan que se había luxado o fracturado ambas rodillas al caer de una burra, resuelta espontáneamente en domicilio como sucedía habitualmente quedándole visibles torterones pero, aparentemente, con poco impedimento funcional.

Un poco más arriba un buen cortijo, el de los Sesteros de abajo aún en pie, conservado y habitado por temporadas. El de arriba ya una pura ruina, semioculto por la frondosa vegetación que crece por esta umbría de los Sesteros (de Aguilar para los mapas) que cae desde el Topaero y la loma de la Be.










Desde este paraje de los Sesteros es posible alcanzar la pista forestal hacia los Vadillos por un camino ascendente que se mete por la margen derecha del cañón del Chillar, alcanzando un olivar y desde este la pista.





Es por aquí donde más se escucha CHILLAR a este royo.  Desde el cortijo de los Riberas en el altozano baja chillando y chillando, encajonado por el abrupto y bonito cañón de verticales paredes y covachones. Tal vez por eso lo llamaron así, aunque tal vez fue por otro motivo.










2. Cuenca media



La cuenca media que hemos andorreado es la de la calma, aunque sus tributarios se derramen y retuerzan por angostos y torcidos barrancos. Consideraré como cuenca media la comprendida desde los vadillos del Chillar hasta la hermosa cerrá y pasá del Cuco. En algún lugar he leído que a este tramo se le conocía como Aguascebas del paso del Cuco. A tenor de esto y pendiente de poder confirmarlo con alguna otra fuente, nos dejaría claro que hablaríamos de royo Chillar propiamente dicho a partir de los Vadillos y hasta su desagüe en el Guadalquivir tras recibir los últimos aportes relevantes, es decir, la porción coincidente con la cuenca baja.


Sus tributarios por la izquierda son los arroyos del camino del Chindo y el de la Peraleja y el de Agua de los perros por la derecha. El primero y el tercero dan nombre al lugar donde se juntan al Chillar: los Vadillos del Chillar. Desde aquí el curso de nuestro protagonista se acelera para desparramarse por el cañón anteriormente descrito a la altura del cortijo de los Riberas. Aquí, en los vadillos construyeron dos bonitos cortijos aún en funcionamiento junto al vadillo que hay del lado del camino del Chindo.





El royo del camino del Chindo nace arriba, por donde los Cotreras tenían huertos, cerca del collado del mismo nombre a pie del camino del Tranco de las Correderas. Recoge agua estacional de la vertienete que le cae de la lancha del Cagadero y de las Correderas, la del tornajo de los Contreras no pués se la llevan con una goma a la otra vertiente del Gran Río. De ahí baja acompañando al camino, primero suavemente y, tras el estrecho, con más alegría. El otro que conforma estos Vadillos viene desde bien arriba, desde la Albarda. El arroyo de Agua de los perros en su breve trecho, apenas 2 kilómetros, se descuelga desde los 1350 mts de la Albarda hasta los apenas 1000 mts de los Vadillos. Recorre ese buen cortijo que hay arriba y la tapuela del Pequeño. Aunque sus orígenes son estaciónales, la fuente que mana constante a pie de carretera y alguna más le aporta un constante flujo; más abajo se despeña por una cerrada que puede ser bonita de descubrir junto a la cueva agua de los perros, llamada del Romeral en algunos mapas. En tiempos esta cerrá era transitable por las gentes que allí vivían, me faltó un pelín para completarla pero las zarzas y la maleza se opusieron. El tercero, royo de la Peraleja, baja del collado del Chindo y de la lancha del Cagadero directamente por la ladera del Chillar, para unirse a este anunciando la proximidad de lo del Cuco. En el centro de todo, el Chillar o Aguacebas del paso del Cuco marcha parsimonioso, como preparándose para lanzarse a lo loco por la montaña rusa de su barranco, desde la cerrá del Cuco hasta los Vadillos una delicia de paseo para cualquier época del año.






3. Cuenca Alta



La cuenca alta tiene dos partes bien diferenciadas. Una, la más conocida por estar junto a la carretera, y otra selvática, abandonada, por redescubrir. La primera comprende los cauces de royo del Hoyo que nace allá por los Tableros y por ese depósito inagotable que es el Caballo del Torraso, se descuelga por el terreno para alcanzar, ya en la cañada, a su compañero, el royo del Ojuelo. Este, más estacional y tacaño en cuanto al aporte hídrico baja casi desde el mismo collado, de allí donde está el tornajo y el cortijo nuevo del pastor que lo ocupa por temporadas y, sin dilación busca el alivio de su colega, no sin antes ofrecerse a los cortijos del Ojuelo antiguo (Sopalmo Alto) y al de Casparra (Sopalmo bajo). Fluyen remansadamente por los peazos que hay debajo de los cortijos del morro para meterse de lleno en la encantadora cerrá del Cuco. Y no estarán solos, allí los espera por la derecha el royo de Carrales que tras brotar, como no, de las entrañas del mismo Caballo por veneros y por el bonito tornajo que da vida a los noguerones de Carralillos, fluye a ese barranco de Carrales donde la casa forestal y los cortijos de Carrales y la Lancha se benefician de su vida.

Ya estamos en el corazón, en el meollo de este espacio que hemos delimitado virtualmente: la maravillosa cerrá del Cuco.







Un lugar soberbio porque aquí trazaron en un palmo un lugar de paso, de necesaria comunicación, de ahí que más que hablar de cerrá (que lo es orográficamente) debemos hablar de pasá, acepción más antropológica y que, sin desmerecer a la primera, me parece más acertada para la ocasión. Si nos situamos debajo, donde la cerrá ya se resuelve, podemos hacernos a la idea y admirar la auténtica dimensión de este coqueto rincón. Me refiero donde se encuentra la cascada y el charcón que origina bajo ese peñón que con su musgo perpetuo a mi siempre me ha recordado a la cara de un índio (la percepción humana es rica y la contemplación del ñusco puede ocasionar diversidad de visiones).





Desde aquí casi podemos intuir como se va dotando este royo. Los arroyos del Hoyo y del Ojuelo vienen ya unidos y por la derecha mediante una pequeña cascada se desploma sobre ellos el de Carrales, ya los tres juntos conforman la cascada mayor (la del indio). Por encima, la bonita pasá que labraron en apenas un metro de ancho y a la que se asciende mediante una tonga.






La segunda parte de esta cuenca, más oculta, abrupta y salvaje es la delimitada por el barranco de royo Cucharas. Desde el collado de los morrones de Santa María se descuelga este royo hasta unos metros más debajo de la cerrá del Cuco para entregarse al Chillar. En su cabecera, debajo del morrón grande justo donde se empina la cuesta Juliana hicieron el cortijo Terrones, un lugar privilegiado donde colocaron dos cortijos y sus cuadras.




Curiosamente creo que en este cortijo de Terrones he encontrado el chopo que el pasado otoño tanto me llamó la atención desde Carrales, bajo el morrón alto de Santa María.




Abajo, junto al royo, las huelgas, una sucesión de huertos donde las nogueras sobrevivientes atesoran un pasado de vida. Curso abajo, medio escondido por los pinos que plantaron cuando ellos se fueron está el otro cortijillo, lo he visto descrito como el de royo cucharas, el de Terrones de abajo y como el cortijo del Tío cucharas. Tres paredes quedan de lo que fue. A partir de aquí el royo comienza a conformar una curva a derechas buscando la pasá del Cuco para precipitarse con más brío sobre el Chillar. Allí cerca se alza uno de los cortijos más bonitos que yo he visto por estas sierras, el del Tío Luciano.





Hermoso, dos plantas, vistoso, se aprecia desde casi todos los puntos de esta cuenca y con una panorámica envidiable en un amplio morrete que dio para huertos regados por una buena fuente a tenor de los chortales que encontré y tuve que atravesar para llegar hasta él. Dentro, aún vestigios de los trojes para el grano en el piso superior y la chimenea con su repisa conservada y la pared de azul, ese azul presente en las casas que se pretendían enlujar un poco.






Sin duda, da para mucho esta cuenca del Chillar. Da para admirar la orografía en una escueta pero completa y diversa cuenca. Da para entusiasmarse y recorrer restos de la arquitectura que ellos nos dejaron, cortijos, pegueras, escaleras, trancos, caleras, paratas, ... y una pasá primorosa. Da para disfrutar con las sendas que abrieron, una completa red de comunicaciones en un palmo de terreno, sendas de largo recorrido como la de los albardanos o la de cucharas, sendas de piedra aún reconocibles y sendicas humildes para trochar de cortijo en cortijo.

Solo espero que quién visite y recorra el lugar y le guste, lo cuente bien alto, para que el humilde legado que nos dejaron perdure.







Nota: Algunos topónimos mencionados, aunque existen, pueden estar localizados de manera inexacta. Los numerosos errores en los mapas manejados me hacen dudar en algunos casos, aunque al día de hoy es como tengo configurada la zona que he recorrido. Progresivamente confirmaré y contreastaré lo aquí expuesto y rectificaré lo erróneo. Abierto queda para los comentarios pertinentes.

SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): CUENCA MEDIA DE ARROYO CHILLAR

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LA RUTA







Por la cuenca Media del Chillar





Cartografía © Instituto Geográfico Nacional de España


Desde la carretera transversal de la Sierra de las Villas, hay varias formas de penetrar en la cuenca del Chillar. Buscando formas rápidas hace un tiempo encontré la Escalera de Amador que desde la lancha de Carrales se deja caer hasta el cortijo primero y después hasta un punto intermedio entre los dos murillos que le construyeron al curso fluvial del Chillar en la pista que sube de los Vadillos a la cerrá del Cuco.





También encontré otra posible vía entre el cortijo del Puntal y los Vadillos, aunque no llegue a recorrerla en toda su extensión.












Tocaba pues investigarla. Junto al cortijo, por donde parece que tenían las cuadras mirando a Carrales, junto a un pino y dos mojones de piedras se aprecia claramente embocar la puerta de la escalera que por aquí baja.











Desde aquí comienzo a descender con la vista permanente de los cortijos que marcan mi primer destino.








La escalera propiamente dicha desciende zigzagueando por debajo mismo del puntal.








Dejando atrás la zona de piedra donde aún se adivinan algunos escalones tallados nos dejamos caer ladera abajo por la amplia senda aún distinguible aunque en zonas el romero ha invadido el paso.























El camino me lleva para royo Agua los perros como si quisiera irse para el cortijo del Pequeño pero al llegar a la ladera del cauce se tira paralelo a este en dirección a los Vadillos aunque puede que otra rama cruce el royo para este cortijillo, se verá.










De momento, me asomo a las tierras de labor de estos apacibles Vadillos y a la pista que viene del Topaero hasta lo del Cuco.









Alcanzo la fachada de los cortijos y por la izquierda vemos salir la pista ascendente, el camino del Chindo.










Si me giro, veo nítidamente de donde procedo





La tomo y me sube con brío hasta el estrecho, lugar donde el camino se encajona entre unos peñones.





Después la subida se suaviza. Unos metros adelante encuentro la confluencia con el camino de la Carrasca de la Seña que me sacaría fácilmente a los olivares del valle de Chincolla. Por la izquierda, en el curso del royo, algunos bancales y tierras llanas me hace pensar que estamos cerca del cortijo.





A lo lejos me sorprenden los armazones de algunos electrodomésticos que abandonaron en la diáspora.





A la derecha, sobre un morrete veo el hermoso cortijo de los Contreras, subo a dar una vuelta y me entretengo mirando algunos restos de cuando aquí vivían. Higueras y nogueras aún hablan de cuando las cuidaban y las regaban. Por allí cerca baja o sube la senda del tranco de las Correderas, otra de tantas que volcaban al otro lado, al del Gran Río.























Me bajo de los cortijos al camino de nuevo y compruebo que por donde están los electrodomésticos continua claramente






lo sigo para descubrir que lleva en un par de curvas a más huertos que tenían aprovechados.





Aquí, en un anchurón acaba el camino y comienza una senda en subida, se ve que está recientemente arreglada, obra seguro de Manuel y su buena cuadrilla, la sigo y me lleva directamente al collado que llaman del Chindo








por allí escuché que había una peguera pero miro y no la encuentro. Me tiro siguiendo esta cómoda senda que tiene su pendiente y me doy cuenta que estoy en el barranco de la Peraleja.








Continuo el descenso hasta que me encuentro unos peazos a la derecha y algunas paratas, por aquí debe ser, miro y compruebo un senderillo que se aparta a la izquierda de la senda principal, un hito que han puesto anuncia que puede ser el que me lleve al cortijo que he visto que queda por encima del royo y la senda.












Lo sigo y efectivamente, en un plis plas estoy en el cortijo, derruido, como tantos, queda lo principal de su estructura, el machón central y como no el hornico que les dio pan y dulces cuando tocara.







Por detrás del cortijo me llama la atención un color diferente en el verde que impone el pinar de repoblación, me acerco por una borrada sendilla y me sorprende un pequeño olivar salvaje, perdido de zarzas, subido de no podarlo, son pocas olivas pero aquí las pusieron pal'aceite. Sigue la sendilla subiendo, tirando para la loma del caballo del jaral pero no la sigo, no es para hoy.





Dejo este medianejo cortijo de la Peraleja y me voy para el royo, lo vadeo y me voy al otro lado, al derecho siguiendo esta senda que se anda de lo más cómoda limpia y desbrozada.











Llego a un recodo donde hay una marca blanca en la piedra y un tronco cortado en el camino y veo que entra por la derecha un tenue senderillo y pienso por las trazas que debe venir de lo del Tío Luciano, lo descubriremos pronto.





Continuo bajando y repentinamente me doy de bruces con el Chillar o Aguascebas del paso del Cuco por aquí con algunos huertos, es la pista, ahora senda, que sube o baja de los Vadillos.





La unión de sendas está marcada en unos hitos que los restauradores de sendas han puesto para que no nos equivoquemos. Continúo a la derecha encaminandome junto al royo, en dirección contraria al sentido de su flujo. Bosque de ribera, helechos, esta umbría anuncia que la cerrá queda cerca. Antes dejaré a la derecha el camino que sube a la cuenca del royo Cucharas y a lo del Tío Luciano, me voy pegado al Chillar, aquí la senda está perdida pero han habilitado un senderillo que hace las veces. De nuevo aparece la senda arreglada y me encuentro al Cucharas que cruzo cómodamente por un par de piedras puestas a posta para vadearlo. Ya si se que estoy en la cerrá. Unos metros más adelante veo la tapuela del Cuco donde vivían cuando venían a moler, cuando tocaba, tenían buena clientela a tenor de lo que nos rodea.







Aquí me paro, me siento y restauro los niveles de glucosa. Entretanto pienso como vivían, que expectativas de vida tenían, me hace valorar más lo que tengo. Busco y encuentro la fuente que el otro día no atiné y me dijo JJ, la del avellano que hay debajo, junto al royo, nace directamente para darle el agua a su principal.





Después de disfrutar de este bosquete, de los claroscuros que define y de algunos duendes coloridos del bosque vuelvo a buscar la senda












remonto hasta otro par de mojones de piedras que la delimitan claramente y me vuelco hacia el royo, ya estoy aquí.








Me voy para el indio, lo miro y remiro y la cascadilla de agua que le cae encima, y otra que cae sobre la última más arriba, una buena pocica ha horadado el agua debajo.




Retrocedo unos pasos y tras cruzar el royo comienzo a subir, esto ya no es la cerrá sino la pasá.





Pronto estamos arriba, junto a la covacha de toba, continuo y parece que me voy a precipitar al vacío pero me espera un recodo donde un hito de montes delimita algo, pero en pleno paso.









Estoy sobre la cascada, delante tengo royo de Carrales que viene de su propia cerrada y de precipita encima de lo que resulta la unión del royo del Hoyo con el del Ojuelo. El lugar se merece detenerse y disfrutarlo.





Continúo y ahora aparece el surco que labraron en la toba a modo de sendero, una maravilla.






Al salir del surco veo que la tendencia de la senda es bajar de nuevo al royo para cruzarlo pero la broza dispersa me da que pensar e intuyo que han limpiado la vieja senda que sube directamente a los cortijos del morro, por donde el año pasado me enmatojé hasta las cejas, decido aventurarme y me voy hacia arriba, a la aventura, pronto comprendo que esta no será tal ya que han marcado y limpiado este caminucho que, no sin cierto riesgo por el volaero del barranco de royo Carrales, recorre la ladera y comunica en pocos metros la pasá con los cortijos del morro (Prado borde y Roble Gordo en los mapas).












Una vez arriba y con la satisfacción de haber andado este tramo inédito para mi me voy para la derecha a recorrer los viejos cortijos del morro, los que están semiderruidos. Poco queda de ellos salvo las vistas hacia la cañá que viene del Ojuelo, un horno derruido y las paredes de donde ellos vivieron.




















Tras la visita, tomo dirección a la hermosa cañá que asciende hasta la CF de Carrales y me encuentro con el otro cortijo del morro, el que está arreglado, bien arreglado(Roble Gordo en los mapas). Unas choperas, una alberquilla, aperos de labranza adornando, en fin un lugar agradable. Hoy no hay nadie pero en otras visitas me han tratado con amabilidad.








Continúo ya por el camino hasta una era de piedra que queda a la izquierda, entre este y el royo y veo al frente, al otro lado, el cortijo de la Lancha, me decido a visitarlo y bajo encontrando un vado en royo Carrales para colar al otro lado, justo por debajo de la era.







Se adivina una sendilla que sube por la ladera y que me alcanza pronto el cortijo, bien conservado, no hay nadie, en la fachada han puesto el nombre como si fuera el de una calle. Tiene delante un buen porche para el parral aunque ahora no hay parra, un horno frente a la puerta. Le doy la vuelta y veo una curiosa reja, por detrás una criba y un banquillo de madera nos invitan a que descansemos un rato antes de rematar la ruta que hoy me ha traído.














Desde donde me encuentro parte un buen carril, es el que tengo que seguir, cómodamente me lleva a la que conocen como laguna de Carrales. Seguramente cuando llueve mucho se formará aquí una lagunilla, de hecho en el borde que se asoma al Chillar sale una torrentera de desagüe que es la que luego pasa cerca de lo de Amador.














Al final de la laguna encuentro la senda bien marcada y creo que es la senda que continua a la de los Albardanos que entra a la sierra por los trancos de la zorra y de los Albardanos y va hasta el collado del Ojuelo, luego baja por la cañada hasta los cortijos del morro, cruza por donde yo lo he hecho, o más arriba por el cortijo de Carrales de abajo y sube a la laguna de Carrales, donde ahora me encuentro, sigue junto a la carretera que después trazaron, baja a Agua de los Perros, pasa junto a su cortijo, asciende al collado del mismo nombre, cruza la carretera dende está el pino seco y hay un hito de MP y sube por la antigua senda conocida como senda a la cuesta de las carretas que pasa justo por la piedra del agujero, el cortijo de la Albarda y, metiéndose en el barranco de royo Martín, asciende salvando la lancha del Tosero, continua a Prao Chortales y sube a Almagreros o a algún collado cercano para volcar por las Lagunillas al valle de Hornos y del Guadalquivir.


Pues por esa senda me voy y en un periquete estoy donde empecé, en el bonito cortijo del Puntal.












EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS


Denominación
CUENCA MEDIA DE ARROYO CHILLAR
Fecha
11/07/2012.
Itinerario
Ctj del Puntal - Los Vadillos del Chillar - Cjo Contreras - Cjo de la Peraleja - Pasá del Cuco - Cjo del Morro - Cjo de la Lancha - Laguna de Carrales - Cjo del Puntal
Acceso
Carretera transversal de la Sierra de las Villas
Inicio
Cortijo del Puntal
Fin
Cortijo del Puntal
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Senda 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/Verano
Distancia
11,5 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
4 horas 30 minutos  
Cota mínima
943 mts
Cota máxima
1.202 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 520 mts.    Bajando: 520 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, en el trayecto en vehiculo hay varias fuentes. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Hay que vadear arroyos.
Track
Movil
Cobertura Movistar ausente en todo el recorrido a pie. Hay cobertura en el collado de Agua de los Perros. 
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia. Anotaciones de Manuel R. y José Gómez

SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): CUENCA ALTA DE ARROYO CHILLAR

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LA RUTA



 (IR A CUENCA MEDIA DE ARROYO CHILLAR)

 

Por la cuenca Alta del Chillar

La que hoy me trae es otra excursión complementaria a la anterior. Sobre el mapa tracé una ruta amplia por toda la cuenca del Chillar y la dividí en dos por varias razones, el temor a quedarme atrancado en algún punto, el calor de la época en que la realizo y la soledad que acompaña poco en una ruta más larga.




Cartografía © Instituto Geográfico Nacional de España





Me introduzco en la carretera transversal de la Sierra por el puente de los Agustines y subo hasta el collado del Ojuelo donde dejo el coche. Me da la bienvenida el mastín que los pastores tienen por allí suelto pero guarda la distancia. Me voy por detrás del cortijo que se ve habitado aunque ahora no haya nadie.






De ahí sale una senda perfectamente reconocible porque está limpia y desbrozada. Asciende hasta la loma de la cruz y enseguida nos enseña nuestro primer objetivo, el cortijo de Terrones. Lo tenemos enfrente, al otro lado del profundo barranco del royo Cucharas.








La vista es encantadora, los dos morrones tan cerca con su coqueto collado, más angosto y pendiente de lo que parece de lejos y en lo alto del morrón grande la casetilla de fogoneros, bien soleada. Por el otro lado un largo barranco, abierto en su base por el que realizaré la incursión de hoy inédita para mi.













Sin pensarlo, continuo por la senda, ahora en decidido descenso en dirección al collado de Santa María para buscar cruzar la cabecera del Cucharas, aquí la senda toma una curva en dirección contraria y comienza a ascender buscando los cortijos de Terrones y su continuación desde estos por la cuesta Juliana, es la antigua senda de los Albardanos.








Con gran facilidad me planto en los cortijos, en estos hermosos cortijos. De nuevo higueras y nogueras aún en pie nos saludan. Un portentoso chopo marca el lugar en la distancia.









Nitidamente, al fondo distingo el cortijo del Puntal, agua de los perros y la piedra del agujero.








bonitos y hermosos cortijos, algunos enseres aún andan desperdigados


















Doy una vuelta pensando como meterme en el Cucharas, por allí debe ir una senda porque por arriba es imposible. Veo unas cuantas nogueras por la cuesta abajo y me dejo caer por allí con la fortuna de encontrar el caminillo que usaban para bajar y subir del arroyo.









Allí ya distingo bancales y algunos peazos que usaron para huertos y me voy para la izquierda por las trazas de lo que se me antoja una senda, está muy cerrado de matorral pero aún se puede andar.







Voy paralelo al royo, me cruzo con retozaderas de jabalíes lo que me induce a hacer ruido y espantar la posibilidad de cruzarme de bruces con alguno. Llego a un lugar donde varias torrenteras se cruzan, todo lleno de juncos y algunas zarzas pero continuo barranco abajo hasta que ¡voalá! comienzo a encontrar pinos y una amplia senda ocupada por ellos, casi no me doy cuenta y me cuelo, el cortijillo del Tío cucharas está a la izquierda pero el bosquete casi no me deja verlo.











Poco, casi nada queda, apenas el murete de atrás.












Me bajo de nuevo al camino y compruebo que se va apartando del cauce del royo, mientras este comienza a girar y continuar su descenso, a mi el camino me lleva más o menos recto y en ascenso hasta el collado cucharas donde si miro para atrás veo todo el barranco que he recorrido para satisfacción personal. Desde este collado en que me encuentro pienso que tengo que tener cerca el cortijo del tío Luciano y la cerrada del Cuco aunque no veo ninguno de ambos. Me voy para abajo continuando el camino que me lleva que comienza a descender y en una curva se me aparece el cortijo que busco





se ve despegado de la senda por lo que me dedico a buscar algún senderillo que me lleve hasta él y debe estar perdido porque no lo encuentro así que me meto por el monte, por el primer sitio que veo despejado y me topo con un amplio chortal, las ranas se tiran de cabeza al agua cuando me adivinan, lo voy cruzando con cuidado y ya en el otro lado lo veo más claro, me descuelgo por una laderilla y ya estoy en los pelaos, el cortijo está delante mía.












Antes de seguir pienso si volveré al camino que dejé y que creo baja directo a la pasá del Cuco o buscaré alguna otra salida. Mientras pienso, voy mirando este cortijo que deja asombrado, es de los cortijos abandonados que mejor se conservan. Se reconocen dos plantas, por la parte de la chimenea aún aguantan las vigas que sostiene un troje que seguramente usaban para guardar el grano. La chimenea con su cabecera trabajada y la pared de azul donde algún pintor ha dejado su impronta.




















En la puerta de este cortijo del tío Luciano me siento a reponer fuerzas y a mirar todo lo bonito que se ve desde aquí. Se asoma este cortijo al barranco del Chillar. Por la derecha distinguimos la cerrá del Cuco y los cortijos del morro. Me veo rodeado de tres barrancos, por la derecha el de royo Cucharas, por la izquierda el de la Peraleja y delante el del Chillar.









Me decido finalmente por cerrar el circular por donde bajé el otro día y así conectar este bonito cortijo con la senda arreglada que recorrí. Busco y encuentro una traza por detrás del cortijo que se marcha en la dirección que me interesa (flecha), hacia el N es muy tenue pero puede seguirse sin problema, pronto me asoma al profundo barranco de la Peraleja, abajo ya distingo la senda que anduve el otro día, desciendo atrevidamente y salgo justo donde me detuve en la otra excursión a pensar donde conduciría el senderillo aquél.













Este ya es camino conocido, en un santiamén estoy en la cerrá del Cuco, realizo mi vía crucis particular por estos rincones tan sabrosos, asciendo a la pasá, que omito porque ya ha sido objeto de detenimiento en esta misma entrada y esta vez me voy para abajo en lugar de buscar el morro. Busco las tierras de labor, una preciosa llanura bordeada por el arroyo que baja del Ojuelo y del Hoyo.





Como busco precisamente el Ojuelo, donde comencé la ruta, tengo que remontar buscando la antigua senda, la encuentro ya a media altura cerca del arroyo se distingue bien y la sigo y me lleva al cortijo de Casparra (Sopalmo bajo en los mapas), poquísimo queda aquí, el hueco del tiro de la chimenea y alguna alhacenucha en la pared aguantan pero me doy la vuelta y ahí está el caballo, majestuoso, alargado, por debajo el profundo y espeso Hoyo y los cortijos del morro.























Vuelvo a coger senda y continuo ascendiendo por esta bonita cañada hasta que encuentro tras un cercado el antiguo cortijo del Ojuelo, cerca se ven unas tinadas y, por encima en la lancha una tapuela pero es medio día, el calor aprieta y la dejo para otra ocasión. Buenas nogueras y encinas quedan por aquí y el inseparable horno.

















Como oigo al mastín es señal de que me ha olido por lo que para evitar un saludo efusivo me voy para la carretera que queda muy cerca, creo que este será su límite y lo respetará. Ahí lo tengo, junto al tornajo de este nuevo cortijo del Ojuelo, ladra pero no se mueve, sabe que voy de paso. Se queda cumpliendo su misión y yo me voy con la sensación de misión cumplida y con el susurro interno de todo lo recorrido y como podré contarlo.





EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
CUENCA ALTA DE ARROYO CHILLAR
Fecha
13/07/2012.
Itinerario
Collado del Ojuelo - Loma de la Cruz - Cjo Terrones - Royo Cucharas - Cjo Cucharas - Collado Cucharas - Cjo Tío Luciano - royo de la Peraleja - Pasá del Cuco - Cjo Casparra - Cjo Ojuelo antíguo - Collado del Ojuelo
Acceso
Carretera transversal de la Sierra de las Villas
Inicio
Collado del Ojuelo
Fin
Collado del Ojuelo
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero y sin él 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano
Distancia
8,34 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
3 horas 30 minutos  
Cota mínima
996 mts
Cota máxima
1.255 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 375 mts.    Bajando: 375 mts.
Sugerencias
Fuentes en el tornajo del Ojuelo (cuidado con el mastín) y en el cortijo del Cuco (dificil de encontrar) por lo que recomiendo llevar agua para el recorrido. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar inexistente en todo el recorrido. Puede intentarse en el collado de Agua los Perros.
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia. Anotaciones de Manuel R y José Gómez

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): DE PONTÓN BAJO A PONTÓN ALTO POR LA ORILLA DEL SEGURA

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LOS MOLINOS DE PONTONES Y LA PIEDRA HORADADA


Sencilla ruta familiar por la ribera del Segura entre los dos Pontones. Tanto en uno como en otro sentido hay un senderillo practicable, agradable de pasear y muy interesante en cuanto a las vistas de la piedra horadada de Pontón Alto. La bajada, más dificultosa por las zarzas existentes, se realiza por una acequia molinera que desciende justo por debajo de la carretera, paralela a esta. En el corto trayecto que recorro podemos visitar tres de los muchos molinos que existieron en la zona.


LA RUTA


Parte la ruta de nuestra residencia en Pontón bajo, la antígua fabrica de lanas, ahora esmerado centro residencial






Junto al mismo Segura parte el sendero en dirección a Pontón alto, por la margen derecho del río. Allí sorprendemos a un "duende" del bosque que convive en la zona. 













Nada más partir encontramos el Cristo que vigila ahora el Segura









Entra el sendero en un agradable bosque de ribera









Sin pérdida, el sendero toma cierta altura permitiendo apreciar el filo rocoso del otro lado










Entretenidos, nos topamos pronto con el simbolo: la piedra horadada










A la altura de esta encontramos el vado del Segura. En este lugar se encontraba uno de los molinos, junto a la conocida como la fuente del soldado. Cruzamos el río y cambiamos de margen sin llegar a Pontón alto














Volvemos en dirección contraria a la que trajimos pasando ahora bajo la piedra













Pronto encontramos el segundo molino, este bien conservado con todos sus elementos exteriores









Continuamos ahora junto a la carretera por una acequia - senda con bastante broza hasta el tercer molino de nuestro periplo, este una pura ruina ahora













Una mirada atrás, ya casi anocheciendo






Nos refrescamos en la fuente del molino, frente al que acabamos de visitar










Y terminamos este cómodo paseo sin abandonar la ribera del Segura llegando al punto donde la iniciamos















EL VIDEO






DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE PONTÓN BAJO A PONTÓN ALTO POR LA ORILLA DEL SEGURA
Fecha
02/04/2012.
Itinerario
Pontón bajo - Pontón Alto - Pontón Bajo
Acceso
Inicio
Pontón Bajo
Fin
Pontón Bajo
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Senda/ Carretera 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/verano , evitando las horas centrales
Distancia
2,67 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
1 hora  
Cota mínima
1.360 mts
Cota máxima
1.323 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 52 mts.    Bajando: 52 mts.
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): CIRCULAR A LOS PONTONES POR FUENTE SEGURA DE ABAJO

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FUENTE SEGURA, LOS PONTONES Y EL RÍO SEGURA


Un circulo mágico, la confluencia del agua y el hombre delimitan un área de terreno fértil en los límites del páramo. La cañá manzano  llenó muchas bocas, al amparo de las primeras aguas del Segura atesoró exquisitos tubérculos, frutales que florecian con la primavera llenaban de mermeladas las tablas de las alhacenas y capachos de higos secos para los animales y también para los humanos ayudaban a pasar, junto a la tradicional matanza, los peores inviernos aquí vividos. ¡Que sabremos los de fuera lo que es el frio!







El gran borbotón por donde los campos de Hernan Pelea escupen el pulcro acuifero que da vida a todo esto, el Segura, sirvió de excusa para que gentes, hornilleros de entonces, buenos serranos de hoy, enraizaran sus diseminados orígenes en un rincón despiadado para la subsistencia pero de una belleza que, al remate, se vuelve a su favor con el tiempo. Fuente Segura y los Pontones, quimera del pasado, tesoro del presente.







LA RUTA


Partimos de cualquier lugar de Pontón bajo. Desde cualquier sitio buscaremos el cruce de la carretera que lleva a Santiago con la pista asfaltada que baja de Fuente Segura. Un poco antes, culminado el repechón, junto a un panel de los que han puesto anunciando rutas, parte una senda que se dirige en dirección al nacimiento de nuestro Segura.





















Pero el sendero se burla de nosotros y nos mete de nuevo en Pontones. Entramos a la rambla que desde Fuente Segura de abajo le roba agua al Segura, recorre la cañá para regar los huertos y la que sobra se la devuelve a la salida de Pontón bajo.






Cruzamos el puente junto a la Iglesia de Nuestra Sra del Rosario













Y salimos definitivamente a la cañá. El sendero sale durante un corto tramo a la pista asfaltada para volver, definitiamente a su trazado original por el margen izquierdo de la rambla. Hermosos huertos ahora descansando.


















Y llegamos a la primera de las Fuente Segura, por la que el rio gira abriendose paso entre el paisaje rocoso














De allí mismo, por la izquierda, parte el sendero que tomaremos para acceder a Pontón alto










Vuelvo la vista y comprendo que tengo que acelrar el paso si quiero llegar seco a mi destino










feo,feo, ¡alivia!






pasamos junto a una tina donde las ovejas ya están a recaudo










por fin, Pontón alto, esto me anima, callejeo y lo atravieso en dirección a la carretera, saldré frente a la piedra horadada















Por allí, junto al antiguo molino, vadeo el rio por la viga dispuesta como puente y me voy a su margen derecha por donde lo acompañaré













pasando como ha sido habitual junto a este singular Cristo que vigila la vega














EL VIDEO






DATOS TÉCNICOS


Denominación
CIRCULAR A LOS PONTONES POR FUENTE SEGURA DE ABAJO
Fecha
03/04/2012.
Itinerario
Pontón bajo - Fuentesegura de abajo - Pontón alto - Pontón bajo
Acceso
Pontón bajo
Inicio
Pontón bajo, cualquier lugar.
Fin
Pontón bajo
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Senda/ Camino/Asfalto (300 mts) 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano evitanto horas centrales
Distancia
7,12 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
2 horas 30 minutos  
Cota mínima
1.327 mts
Cota máxima
1.421 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 129 mts.    Bajando: 129 mts.
Sugerencias
Track
Movil
Cobertura Movistar en Pontón bajo y en algún punto concreto del recorrido 
Mapa

Bibliografía
Experiencia propia

SIERRA DE CAZORLA (JAÉN): SENDA DE LOS ESPÍRITUS O CAMINO DE LOS MUERTOS (Ruta noctrna)

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DE ESPÍRITUS Y SUPERSTICIONES SERRANAS


Creencias contrarias a la razón tiene la raza humana desde que existe. Determinados entornos tienen el abono para que estas broten y se propaguen velozmente. Lo lamentable es que persistan por los tiempos.

La sierra es uno de esos lugares donde es propicio un caldo de cultivo para supersticiones. La ignorancia de las gentes dedicadas a sobrevivir de su trabajo físico día a día, mezclada con el temor a lo desconocido (terrenal o divino) hizo que el  pavor se apoderara frecuentemente de cortijos y localidades serranas. Desde las más elementales como volver una trébedes, rezos cíclicos o sacar las tenazas de la chimenea a la puerta ante la aparición súbita de una tormenta hasta  el espanto ante la muerte, especialmente si esta era trágica.







Por entonces, la gente salía a la sierra a la aventura. Esta era un lugar de subsistencia en momentos en que escaseaba el trabajo. Caza, leña, plantas, ... eran medios alternativos de llevar algo a casa. A veces se partía con un destino definido pero en ocasiones este era incierto. La mayoría de las veces, la sierra daba lo que se buscaba pero en contadas ocasiones, la sierra se cobraba un precio demasiado elevado. 







Cobrar una pieza de caza empoyetada, una feroz y sorpresiva nevisca, accidentes en la tala de árboles, llevaban a un trágico final pues, aunque solo se cayera herido, si la soledad era la única acompañante era como una condena a muerte anunciada.

La tardanza en el regreso era mal presagio. Los días pasaban y no había noticias del aventurero. Entonces se ponía en marcha un mecanismo pensado y previsto para estas eventualidades, los buscadores de cadáveres.

Con la esperanza perdida en el regreso, solo quedaba encontrar el cuerpo para mitigar la superstición, que el alma del desgraciado no deambulara por esos campos. Para ello, solo había que encontrarlo y darle un digno entierro como la fe mandaba.







La comitiva pues se ponía en marcha al atardecer para no levantar revuelo y si había suerte en la búsqueda, el regreso también se hacía a deshoras con el fin de no alterar la paz de la villa.

Pero las gentes conocían el itinerario que los buscadores de cuerpos seguían. El temor de que las ánimas de los encontrados se hubieran quedado en el camino y se presentaran en cualquier recoveco de la senda hacía que el transito por estos senderos se evitara, especialmente al caer el día.

Así parece que cobró fama, mala fama, un camino bellísimo, de perfecta ejecución en el que lo anecdótico supero con creces a lo cotidiano. La fuerza de la superstición.





Fotografía cortesía del CS El Camino



Más información sobre estas leyendas en :






LA RUTA


La ruta, sin casi dificultad a excepción hecha de los desniveles a salvar, se complica por la nocturnidad.


Partimos de La Iruela, de la curva donde se encuentra la piscina, bajo el castillo y frente al Hotel Spá, parte un sendero que toma rápidamente brío para ganar altura y situarnos por encima de los edificios rápidamente. Si nos detenemos y volvemos podremos contemplar el castillos de la Iruela en todo su esplendor, especialmente si está iluminado.


















Desde la atalaya donde hemos inmortalizado este vestigio del pasado la senda comienza a abrirse claramente, se trata de una senda de piedra una auténtica autovía de las de entonces.






Conforme ascendemos y nos introducimos en el bosque, va anocheciendo y perdiéndose progresivamente la capacidad de fotografiar claramente nuestro deambular, los frontales de algunos que los llevan conectados dirigen la marcha.


Pasamos bajo la Mocha sin percibirlo, solo un paredón rocoso nos limita por la derecha. Encontramos un cruce y tiramos por la izquierda, me dicen que posteriormente volveremos por el de la derecha.













Sin cesar en la subida y con las tinieblas ya echadas nos topamos con la caseta de Rechita, lugar donde descansaremos y aprovecharemos para hacer la foto del grupo antes de que se nos sumen nuevos seres.









Tras las fotografías de rigor, volvemos al camino pero no para seguirlo, sino para abandonarlo unos metros más adelante y bajar a la Fuente Rechita. Toca parada y fonda, reponer fuerzas y complementar de agua los botes.

















Los comentarios y el cachondeo hacen su aparición y no se si por efecto de este o por otro mecanismo, comienzan a plasmarse en la cámara fenómenos extraños.










Tras el repostaje, volvemos al camino y lo continuamos  para comenzar una cansina e interminable ascensión hasta Puerto Borondo. Antes dejaremos el sendero que se desvía a la izquierda y se dirige al Puerto de los Arenales.













Hemos ganado bastante altura y las vistas serían generosas si fuera de día. Aparece la luna y algo deja entrever, corre una agradable brisa y podemos contemplar abajo las lucecitas de Arroyo Frío.














En la subida Paco comienza a dudar si ha dejado la cartera en el coche o se la han birlado los espíritus en Fuente Rechita. Barruntando continua, a lo peor nos toca un paseito a Fuente Rechita después.


Giramos hacia la laguna de la Iruela y algunos sugieren ascender al Banderín (1637 mts), se desestima la idea por no soliviantar al buen hombre que desde allí tiene que vigilar el horizonte en prevención de incendios.


Descendemos y casi llaneamos durante un buen rato en dirección al Puerto del Tejo. Estamos a la altura del cortafuegos que sube desde el Parador “El Adelantado”.






En este punto tomamos el desvío a la derecha para iniciar el descenso continuado hasta el final, si continuáramos a la izquierda tomaríamos dirección a la laguna de Cazorla, Gilillo, Los Rasos, ...


El descenso es en algunos lugares vertiginoso, al menos de noche parece más acusado, especialmente en el tramos que nos conduce directamente a Prado Redondo.


Llegamos a este bonito y apacible lugar aunque el cansancio de la madrugada comienza a hacer mella, no obstante, algunos tiene brío para contar historias malévolas.














Seguimos descendiendo y nos topamos de frente con la Mocha, algunos se acercan para contemplar las vistas que a esta hora deja ver la noche y otros comienzan el zigzagueante descenso hasta contactar con el cruce que mencionábamos al inicio.


Desde ahí ya regresamos de nuevo a donde comenzamos la ruta. Una experiencia más. Es muy recomendable hacer esta ruta diurna para admirar las grandes vistas que a estas horas hemos perdido.






Para despedida, los amigos del CS El camino, como están en todos los detalles, nos obsequiaron con pastelitos de Beas, que a esa hora supieron a ánima, pero bendita.


Por cierto, los espíritus fueron benévolos con Paco y la cartera estaba donde debía estar.




EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
SENDERO DE LOS ESPÍRITUS O CAMINO DE LOS MUERTOS
Fecha
07/07/2012.
Itinerario
La Iruela - Fuente Rechita - Laguna de la Iruela - Puerto del Tejo - Prado Redondo - La Iruela
Acceso
La Iruela, sendero que comienza frente al Hotel Spa junto a la piscina.
Inicio
La Iruela
Fin
La Iruela
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Senda 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano evitando las horas centrales
Distancia
13,52 kmts
Dificultad
Moderada
Tiempo estimado
5 horas 30 minutos  
Cota mínima
877 mts
Cota máxima
1562 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 767 mts.    Bajando: 767 mts.
Sugerencias
Agua en Fuente Rechita, a poco de iniciar la ruta. Al final, en Prado Redondo hay un tornajo pero lo vimos seco. Visitar la Mocha si se va con tiempo de sobra, buen mirador. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Bibliografía
Ruta guiada por el Club de senderismo El Camino de Beas de Segura

SIERRAS DE CAZORLA Y SEGURA: COLLADO DE FUENTE BERMEJO - CALARILLA - PICÓN DEL HAZA - LOS CHARCONES - RAMBLA SECA

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POR CUMBRES DELIRANTES


Inolvidable ruta la que nos planteó Sansón por cumbres, barrancos, collados, calares, dolinas y sendas increibles de esta, nuestra gran Sierra.


Tomando dos puntos relativamente cercanos, el control de Rambla Seca, puerta al paramo interminable de los campos de Hernan Pelea y collado Bermejo, lugar excepcional frecuentemente elegido para visitar la laguna de Valdeazores, recorrimos cómodamente una porción única, profunda y encumbrada, a caballo entre las sierras de Cazorla y Segura.


Pinos de formas imposibles, riscales imponentes, oteros de belleza irrebatible, resiegos, tornajos, sendas en lugares inverosímiles y, sobre todo ese barranco, el gran barranco de la Tabarrera abocado al Poyo Cerezo con la fascinante panorámica del Picón del Haza. Siempre me impresionó, pero siempre lo vi desde abajo hacia arriba, ahora a la inversa, emboba la mirada.









LA RUTA



Ruta inédita para mi salvo la zona de Aguas Negras, y no porque no tenga querencia a la zona, sino porque embutirse en esa zona con vehículo normal es tenerle poco aprecio al mismo, por tanto vaya mi agradecimiento a los que me llevaron en todoterreno y me permitieron disfrutar de la jornada. A pesar de ello, como no arreglen el tramo desde donde acaba el asfalto hasta la Nava de San Pedro, se producirá una queja de las compañías de seguros y no por rotura de vehiculos (que también), sino por esguinces y luxaciones cervicales de los atrevidos y osados que se aventuren. En fin una pena, pero parece no interesar a "alguien /es que la gente corriente disfrute tambien de aquella zona (que por cierto, es pública, es decir DE TODOS)



Casi sin “pegar ojo” nos plantamos en Collado Bermejo con las primeras luces tras dejar un coche en el control de Rambla Seca, lugar donde finalizaríamos la ruta.







Tras visitar la Fuente Bermejo, iniciamos el ascenso por una preciosa senda de piedra que va separándose a la vez que toma altura de la pista que baja a la laguna de Valdeazores metiéndose por un estrecho paso a la otra vertiente del caballo de Valdeazores.














































Casi llaneando llegamos a los pies de la Calarilla donde tres del grupo deciden coronar.
Mientras, Sansón y quién suscribe comenzamos a descender hasta un cruce marcado por una valla cinegética donde debemos tomar el camino de la derecha pues el de la izquierda nos lleva a Fuente Umbría. En el camino se abren impresionantes panorámicas de Mágina al fondo, de la cuerda del Gilillo, del valle del Guadalquivir, una preciosidad. Poco a poco nos encajonaremos en la cerrada Entre Lanchas.






























Al salir de la cerrada, se presenta como súbita aparición la mole de las banderillas. La vista se abre y es perfectamente distinguible parte de la sierra de las Villas, los calarejos de los Villares y de los Nevazos con el collado de la zorra interponiendose entre ambos. Pegado a las banderillas, el collado de Roblehondo.















Llegados al inicio del barranco de la Tabarrera, nos reagrupamos, allí unos hermosos ejemplares de robles / quejigos siempre miran el horizonte. Iniciamos el vertiginoso descenso por uno de los barrancos más bonitos por los que he transitado, especialmente al final, cuando enfrentamos el majestuoso Picón del Haza por Poyo Cerezo. Abismos que detienen la respiración cortan en seco el arroyo y lo precipitan hacia el Borosa.
































































Llegados a la zona del embalse de Aguas Negras, divisamos el collado del Haza, nuestra siguiente meta. Tras el duro y cansino ascenso después de atravesar el primer túnel nos reagrupamos de nuevo ya que algunos visitaron el nacimiento (afloramiento) de Aguas Negras.  los mismos, deciden ir más allá y encaramarse a la cumbre del Picón del Haza. (Por supuesto, ni que decir tiene que lo lograron gracias a la intervención de Sansón y el menda que desde la atalaya de enfrente dirigimos la exitosa operación de semiescalada).






























































Mientras subían y bajaban, pasamos un delicioso ratico de descanso en una sombra con la brisilla que corría y con una panorámica envidiable, vamos para quedarse allí a mirar “pasiempre”.

Cuando llegaron y resollaron,  nos dirigimos al collado que da a la cañada y junto a un buen resiego, con la misma brisilla de antes, y el Empanadas contemplándonos a lo lejos, dimos cuenta de los depósitos energéticos.





























Quedaba lo más cansino, la travesía por los Charcones y antesala, que se tornaron bellos por el paisaje de dolinas que cruzamos. Entre la charla, el cachondeo y las sorpresas que nos deparaba el camino la travesía se hizo llevadera.


















































Finalmente, visitamos el remodelado refugio de Rambla Seca y de allí, tras una breve parada donde Sansón nos dio indicaciones para la subida a la Cabrilla, recogimos el coche de Collado Bermejo y visita penitencial, como no, en la Nava de San Pedro donde coincidimos afortunadamente con Juan Pedro y el padre de nuestro amigo Mingo con los que mantuvimos una interesante conversación.

























+ info de la ruta en el foro Turismo en Cazorla


EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
COLLADO DE FUENTE BERMEJO A RAMBLA SECA POR SENDAS Y CUMBRES DELIRANTES
Fecha
15/08/2012.
Itinerario
Collado de Fuente Bermejo - Fuente Bermejo - Lancha de la Huesa - Calarilla - Collado de las Azadillas - Entre Lanchas - Barranco de la Tabarrera - Poyo Cerezo - Embalse de Aguas Negras - Collado del Haza - Cañada de Pinar Negro - Los Charcones - Rambla Seca
Acceso
Pista de la Nava de San Pedro desde el empalme del Valle
Inicio
Collado de Fuente Bermejo
Fin
Control de Rambla Seca
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Senda /Pista/ Trocha 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano si el día no es muy caluroso
Distancia
19,09 kmts
Dificultad
Moderado (Dificil si se asciende la Calarilla y Picón del Haza)
Tiempo estimado
9 horas   
Cota mínima
1234 mts
Cota máxima
1711 mts (1736 mts, si se acomete la cumbre de la Calarilla)
Desnivel acumulado
Subiendo: 787 mts.    Bajando: 752 mts.
Sugerencias
Agua al inicio en Fuente Bermejo, en la fuente de la Umbría (Hay que desviarse), en el nacimiento de Aguas negras. Después solo hay un pozo en la casa de Aguas negras pero en verano está mermado.Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. Crema solar, especialmente tras el Picón del haza. No abandonar basura. No encender fuego. 
Track
Movil
Cobertura Movistar en la zona de la Calarilla y en la planicie donde se inicia el barranco de la Tabarrera. 
Mapa


Referncias
Ruta guiada por el forero Sansón 

DESPEÑAPERROS (JAÉN): DE LA CARA DE DIOS A LAS CORREDERAS. EL CAMINO DE CARLOS LEMAUR

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EL CAMINO DE CARLOS LEMAUR


En plena Ilustración, un hijo de la Francia, Carlos Lemaur, ingeniero militar de éxito, se traslada a España llamado por iniciativa del marqués de la Ensenada, con el fin de contribuir al desarrollo del fomento impulsado por los monarcas Borbones, Fernando VI en un primer momento y Carlos III posteriormente.





Fueron numerosas contribuciones las de este ingeniero, muchas desconocidas, como el utópico proyecto de un gran canal navegable entre Madrid  y Sevilla desde el río Guadarrama (“Proyecto de un gran canal navegable desde el río Guadarrama al Océano, que pasará por Madrid y Sierra Morena”). Esta obra se puso en marcha, pero cuando ya se habían construido unos cuantos kilóme­tros, se produjo la rotura de la presa del Gasco, lo que tuvo como consecuencia la paralización de los trabajos, siendo uno de los grandes fracasos de la época.








En la vorágine utópica de la época, se cruza con la creación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. Complementar el trabajo fundador colonial de una zona despoblada, nudo de comunicaciones y clave para garantizar la ruta de Cádiz a la Corte, llevaba consigo mejorar las ancestrales vías de comunicación.






En ese momento el transito de viajeros se realizaba por el eje Venta Nueva – Venta de Miranda – Puerto del Rey – Venta del Marqués – Venta de Magaña – Viso del Marqués (color verde en el mapa).  Anteriormente había prevalecido el eje Venta Nueva – Venta los Palacios – Puerto del Muradal – Venta de la Hiruela – Venta de Chocolate o Minas de Nazarena (Por el camino del Cuarto de la Venta) - Viso del Marqués (color azul en el mapa). (Itinerarios aproximados).







Aunque no fue el primero en plantear la solución Despeñaperros (anteriormente Joaquín de Iturbide, administrador general del correo de Madrid ya lo había apuntado sin éxito), solucionó uno de los grandes problemas de comunicación entre Andalucía y la meseta. Por tanto, ejecuta un trazado entre Valdepeñas y Andújar aproximadamente, evitando las temidas cuestas de los puertos del Rey y Muradal.


La obra, supuso la construcción entre los años 1778 y 1780 (coincidiendo con los años de fundación las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena) de una carretera para las diligencias de la época, de 34 Km de longitud, 11 metros de anchura y un coste de 2 millones de reales.

Por tanto, desde que Lemaur realizó su obra hasta el desdoblamiento de la A4 en los años 80, su trazado ha perdurado durante doscientos años, y aún ha servido para mantener uno de los sentidos (Madrid – Andalucía).







Recientemente se ha abierto al tráfico el nuevo desdoble de la autovía de Andalucía, liberando de este al antiguo trazado. Lo he recorrido para tener una panorámica diferente a la de todos estos años anteriores en los que una mirada al paisaje, una ligera distracción, podía tener fatales consecuencias, en los que no existía posibilidad de detener el vehículo para contemplar esta belleza natural : el desfiladero de Despeñaperros.






LA RUTA


Comenzamos el paseo en el lugar conocido como "la cara de Dios" por un monolito representativo existente donde está reflejado el Santo Rostro, como anuncio de entrada a la "tierra del ronquio". Allí mismo se encuentra el cartel anunciador de que hemos entrado en Andalucía, por tanto nos encontramos en la frontera y a pocos metros de Venta de Cárdenas, de donde proviene nuestro camino y a donde llega de Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas.













A poco de echar a andar, encontramos el desvio a la CF de Valdeazores. Cuantas indecisiones y apuros hemos pasado en esta salida cuando el tráfico aquí era intenso y la visibilidad casi nula.





Llegamos al único lugar, junto al mirador de Despeñaperros donde se podía detener el vehículo para descansar, el Jardín. Un bello entrono con una clara vista del desfiladero. Cotizado caño de agua perpetuo cae en las fuentes donde vecinos del entorno (Venta de Cárdenas y Santa Elena) se atiborran de garrafas para usarla de agua para la bebida. El lugar, hasta fechas recientes atestado de vehículos, me parece ahora paradisiaco.

 














Enfrente, semioculta entre la arboleda la imagen de María que ha estado allí desde que tengo uso de razón. Cuando la circulación era de otra manera, esta era parada obligada para el viajero.












Por detrás de la imagen de la Virgen, intuyo unas trazas claras de lo que pudo ser un camino (tal vez el original, si es así, puede ser el único tramo que se conserve) con los asientos de pizarra, el material autoctono.








Me afianza la ídea que he forjado el que por encima de las trazas se encuentran las ruinas de lo que pudo ser una venta, probablemente la original que más tarde se bajo al emplazamiento actual en alguna remodelación de la carretera








las vallas de seguridad de la Instrucción del 39 no dejan lugar a dudas de que el trazado antíguo iba más arriba que el actual








De nuevo en la carretera, pasamos junto al barranco de Valdeazores que numerosas ocasiones nos ha servido para entrar en la cumbre. El trazado original se corrigió acortando la entrada en el barranco.








Tomamos una leve altura, desde ahí tenemos una bonita imagen del Jardín





Ahora nos encaminamos sin dilación al paso de Despeñaperros propiamente dicho. Al trazado original, le dieron en algunos tramos espacio por la derecha desmontando parte de la montaña. El trazado por el filo del barranco es aún fácilmente reconocible en algunos lugares.

















Aquí, antíguamente, se encontraba el mejor mirador de los Órganos. Aún queda el ensanche para los vehículos y los poyos donde sentarse. En la actualidad le han quitado las barreras de protección y por tanto se ha recuperado el acceso. (Ahora queda adecentarlo y embellecerlo como se merece).

























Un poco más adelante llegamos al mirador que hiciero más tarde, único lugar junto al Jardín donde detener el vehículo. Desde aquí hay una inmejorable vista de la vía ferrea, con un trazado centenario. Frente al mirador, al otro lado de la calzada, en un hueco en la piedra encuentro una cobacha que siempre había pasado depercibida e ignoro su origen y utilización.


























Llegamos al túnel original que hicieron para quitar una de las curvas con más accidentes. Parece increible transitarlo con la sensación de coyote del correcaminos,... Por allí se accede auna hermosa covacha con unas pinturas rupestres conocidas como las Vacas del Retamoso. También cuentan que por allí anduvo Jose María el Tempranillo, el celebre bandolero, aunque parece ser que fue otro Jose María diferente el que la ocupó y dió lugar a una confusión que ha interesado mantener (incluso en los mapas oficiales del ING figura el topónimo), pero eso será otra historia.
Por cierto, aún permanece allí uno de los fotómetros de tráfico más rentables de la historia.



















Unos metros más alante, encontramos el paso más angosto del desfiladero: el Salto del Fraile, ahora han quitado el letrero indicador que había (o a mi se me pasó). Parece ser que un clerigo se despeñó por aquí huyendo. Las historias, historias son unos lo creen y otros no. Una placa recuerda a alguien que por aquí tuvo la misma fortuna que el fraile y se precipitó. Refuerzos de piedra indican que en el lugar hubo que extremar las precauciones.


























Por fin salimos del atolladero y se abre la panorámica. Uno de los nuevos viaductos y la bonita Santa Elena cortan el horizonte











Aún nos queda uno de los rincones más recoletos y desconocidos del tramo que estamos recorriendo, el barranco de los Arcos, donde el antíguo trazado se introduce en el barranco para hacer una curva más cerrada que la que corrigieron. Cerrando el paso al barranco una construcción con arcos que me da la impresión de ser un acueducto. En este lugar podemos encontrar el firme de hace cincuenta años y, probablemente, el ancho del camino original de Lemaur.


















Finalmente nuestro destino, las Correderas, una aldea frustrada de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena donde aún se conserva en pie, estimo que por poco tiempo si no se corrige, la antígua Venta de viajeros. Un entorno privilegiado que debería recuperarse.




























EL VIDEO





DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE LA CARA DE DIOS A LAS CORREDERAS. CAMINO DE LEMAUR
Fecha
12/08/2012.
Itinerario
Cara de Dios (limite entre Andalucía y Castilla -La Mancha) - El Jardín - mirador de Despeñaperros - arroyo de los Arcos - Las Correderas
Acceso
Antígua A4 dirección Andalucía. Se accede desde Venta de Cárdenas por una rotonda reciente.
Inicio
Cara de Dios (limite Andalucía - Castilla - La Mancha)
Fin
Las Correderas
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Carretera asfaltada 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano (evitando las horas centrales del día)
Distancia
6, 91 kmts (ida)
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
4 horas (ida y vuelta)  
Cota mínima
596 mts
Cota máxima
711 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 88 mts.    Bajando: 149 mts.
Sugerencias
Agua abundante y excelente en el Jardín. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Todo el camino se hace por asfalto.
Track
Movil
Cobertura Movistar en todo el recorrido. 
Mapa

Referencias
- Carlos Lemaur: Ingeniero militar, arquitecto e impulsor del desarrollo económico de Galicia en el siglo XVIII.María Soledad Pita Gonzalez. Norba-Arte, ISSN 0213-2214, vol. XXVIII-XXIX (2008-2009) / 99-112
- Proyecto de recuperación de la carretera histórica de Despeñaperros. Inmaculada Mohíno Sanz y José María Coronado Tordesillas. I Congreso Internacional de Carreteras, Cultura y Territorio.
- Carlos Lemaur y el Camino de Despeñaperros.Guillermo Sena Medina y Juan Enrique Ruiz González. En Carlos III y las Nuevas Poblaciones / coord. por Miguel Avilés Fernández, Guillermo Sena Medina, 1, 1988, 84-7801-033-5, 23-42. 1, 1988, 84-7801-033-5, 23-42.
- Biblioteca Digital Hispánica
- Caminos del Siglo XVIII. Atlas de la biblioteca del territorio de Andalucía.

SIERRA DE CAZORLA Y EL POZO (JAÉN): LA CABRILLA Y EMPANADAS POR TRANCO "TAPAO"

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SIERRA DE LA CABRILLA Y EMPANADAS. UN PASEO POR LA NADA.


Los Poyos de la Carilarga nos desearon buen día, intuian que nos haría falta.






Impávidos, los escarpes rocosos que preservan al Guadalentín de la NADAnos ofrecían la apetecible umbría a sabiendas de lo que nos esperaba.






Aún conmovidos por el madrugón y el infernal viaje por esa pista eternamente desvencijada, asistía boquiabierto a las explicaciones del lugar por el que peregrinaríamos.






Y si que resulto un peregrinar, me mondo de los caminos esos que dicen llevar a la redención espiritual.

Otorgué cierto crédito, no obstante, porque ya había mostrado anteriormente mi escepticismo a subir al repetidor del Tranco del Lobo por Poyo Tribaldo y me las tuve que tragar. “Si dicen que se pasa, se pasará...,” pensé. No pude, sin embargo, detener un fugaz pensamiento relacionado con el tal Murphy a cuentas con el impresionante desprendimiento que se divisa desde la pista de las Navas, “mira que si pasamos nosotros y ...”. En eso estaba cuando la boca se me cerró de manera refleja para tragar la saliva que a punto estaba de desparramarse por las comisuras por el embobamiento del paisaje ante la lapidaria frase de Mingo: “¡buena pandilla para rutear!” Comprendí instantáneamente que estaba más vendido que España a la Merkel.

En fin, allí estaba y había que ser optimista, todos los días no tienes la oportunidad de ascender a uno de los techos de la provincia envuelto por inmejorables personas. El plato estaba servido y había que digerirlo de la mejor manera, pero lo que había detrás de Tranco “Tapao” me inquietaba.



LA RUTA


En un primer momento bajamos cómodamente por pista al Guadalentín y lo cruzamos.









La subida bajo los acantilados transcurrió sin imprevistos, descansados, al fresco de la mañana (hubo hasta quién se quejó de tanto fresco) permitía contemplar detenidamente el paisaje, saborear los estupendos arces a los que les falta vuelta y media para deslumbrar con su colorido otoñal, admirar el barranco del Guadalentín, sus contrastes.











al fondo Collado Bermejo





la CF del Guadalentín









Conforme ganábamos altura tomaban presencia el Tranco del Lobo, Cabañas, Banderillas, incluso Sierra Nevada se dejaba admirar desnuda del manto blanco en la lejanía. Espectaculares los pasos por las pedreras que cruzamos, casi podemos tocar el desprendimiento rocoso que veíamos en la lejanía desde Fuente Acero.









las Banderillas





El Tranco del Lobo y Cabañas en la lejanía





Poyo Tribaldo





Úbeda en el horizonte





ahora más cerca





intentamos acicalar la única fuencilla que encontramos en el camino





algunas cimas de la sierra de las Villas





impresionante predrera











Ya veiamos el recodo de Tranco "tapao"











El sol, junto con algunos buitres nos dio la bienvenida al llegar al paso de Tranco “Tapao”. Al rodearlo, como quién tuerce una esquina estaba la NADA.
















Atroz, radical, inhumana era la brusca perspectiva que tuve. Comprendí que tal vez esa característica sea la que atrae a montañeros a cruzar este espeluznante desierto lapiaz. Sansón, que se tenía estudiado el evento dijo “¡la llevas!” y arreó con viento fresco (es un decir), Manoli y Manolo menos aventureros ese día le siguieron los pasos. La verdad, no me gustaría perderme en ese lugar.








El resto fue una persecución al guía, casi sin poder levantar la cabeza del terreno pues iba la vida en ello.





sumideros, ...





embalse de la Bolera, territorio de Heer Komandant y Sierra nevada al fondo





el Buitre





la NADA











Hay que descubrirse ante este Mingo, conoce como su casa un lugar donde es imposible saber por donde ir porque todo es igual, y sin embargo no dudaba en cada revuelta, paso o trocha. El camino, inexistente, fue muy duro de andar, entiendo el comentario de los más experimentados de que “a la Cabrilla hay que guardarle el respeto”. Estoy completamente de acuerdo.





enfilando la cuerda del Empanadas, al fondo a la derecha








Tuvo Mingo la consideración de dar respiros, reagrupar, eso permitió que pudiéramos recrearnos con la fotografía, con divisar el horizonte, en fin de disfrutar con una jornada que algunos recordaremos durante mucho tiempo.





Emocionante fue cabalgar por la cuerda del Empanadas, por esa linde geográfica que separa Jaén de Granada, contemplar los barrancazos que caen del lado de Castril , Sopalmo, la Malena, Tunez y las llanuras que separan los inaccesibles picachos de esta Cabrilla, Nava Centeno, Nava de los Troncos, Nava del Polvo y la inmensa planicie de Navalasno.

















por fin, en la cima, 2106 mts






Ya en el Empanadas, con la sensación de misión cumplida, faltó tiempo para embriagarse de la panorámica. Se puede disfrutar una y otra vez en el siguiente enlace (cortesía del blog de Luís Cano, Viva Cazorla): PANORÁMICAS 360 º


La Sagra despuntando, al fondo





zoom,...





los campos de Hernan Perea (Pelea)





Impresionante, el Picón del Haza desde arriba





las Banderillas





¡hasta otra!, Empanadas





Tras las fotos de rigor y resuello correspondiente acompañado de algún tentempié Mingo volvió a aseverar: "en 45 minutos estamos en la pista". Y el Señor lo escuchó y nos bajo levitando en un periquete. ¡la Virgen! ¡que bajada! Mejor ni comentamos.





probablemente, el pino más elevado del Parque, muy proximo al VG del Empanadas























un precioso tejo con muchos años





por fin, la pista





collado Cerezino





Allí teníamos a Sansón y acompañantes que acababan de llegar de la ruta alternativa, ya todos juntos, completamos el paseito, ahora gozoso, desde collado Cerezino hasta el de la Zarza





donde se ubica el pino de Rodríguez de la Fuente, lugar en que la mayoría dimos por zanjada esta apasionante y espectacular ruta. Los de siempre, que no tienen bastante, se tiraron para el Guadalentín hasta llegar caminando a Fuente Acero desde donde partimos por la mañana y nos esperaban los otros vehículos.







Como no, final espléndido en la Nava, cuna de nuestro insuperable guía, lugar donde el espíritu puede dejarse llevar después de lo vivido.



Fotografía gentileza de Sansón

Aún tengo la sensación de que la NADA me persigue y el “comepiedras” me dará alcance en breve. Será que he visto muchas veces La Historia Interminable, o tal vez que he estado en la Sierra de la Cabrilla.




EL VIDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
LA CABRILLA Y EMPANADAS DESDE FUENTE ACERO POR TRANCO "TAPAO"
Fecha
15.09.2012
Itinerario
CF Fuente Acero - Guadalentín - Tranco "Tapao"- cuerda de la Cabrilla - cuerda del Empanadas - Empanadas (2.106 mts) - Collado Cerezino (pista) - Collado de la Zarza (Pino Rodriguez de la Fuente)
Acceso
Pista de las Navas
Inicio
CF Fuente Acero
Fin
Collado de la Zarza - Pino Rodriguez de la Fuente
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista (escasamente) / Sin sendero casi todo el camino 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
  16,700 kmts
Dificultad
Dificil
Tiempo estimado
8 horas  30 minutos  
Cota mínima
1.293 mts
Cota máxima
2.111 mts
Desnivel acumulado
Subiendo:  1.170 mts.    Bajando:  1.000 mts.
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, solo hay una escasa fuente cerca de tranco "tapao". Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Buen calzado
Track
Movil
Cobertura Movistar en la cuerda del Empanadas. 
Mapa

Referencias
Ruta trazada y diseñada por Mingo y Lobo Rojo

SIERRA DE SEGURA (JAÉN): ACERAL DEL RÍO MADERA

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RÍO MADERA, RÍO DE OTOÑO







Segura profunda, primeras lluvias otoñales, la paleta de tonalidades está lista. Sendero genuino, arces, muchos arces y quejigos y acebos. El calar de los caracoles pasa desapercibido entre las cumbres y planicies que lo rodean, pero atesora rincones inolvidables, la cascada de la atrapamoscas (su auténtico nombre, pinguicola vallisneriiflora me exaspera al pronunciarlo), el espolón N del calar, el recoleto rincón de la cerrada y cascada del arroyo de las Herrerias y los colores, esos colores que están a punto de estallar como fuegos artificiales.








La ruta podría haber adoptado diversas denominaciones pero en honor a quién así primero la llamó, Juan Carlos García Gallego del que tantos hemos aprendido, conservo el bonito nombre. No es una denominación común, pero es la forma de llamar el género al que pertenecen los abundantes ejemplares de Arces que encontraremos. Tampoco es demasiado frecuente encontrarlos en nuestras sierras pero este rincón de la sierra de Segura atesora unas condiciones idóneas de humedad debido a la gran cantidad de lluvia que recibe (segunda de Andalucía, tras Grazalema) que la lleva a tomar la subdenominación magníficamente concedida de Sierra del Agua.














LA RUTA



Nos situaremos en el campamento juvenil Los Negros, en la carretera que conecta la aldea de Arroyo Canales – Rio Madera con Siles, a unos 4 kmt de la primera. Se trata de un lugar acotado para la acampada.







Desde la puerta principal, donde se encuentra el comedor techado caminaremos paralelos a la valla que circunda el perímetro del campamento hasta llegar al cauce de río Madera el cual cruzaremos.











Allí veremos un senderillo que se parece más a la traza de animales que a un sendero premeditado. Lo seguiremos, continuando cerca de la valla del campamento hasta que esta acaba y entonces la referencia nos la da el río por la derecha. Lo acompañamos hasta que el sendero se topa con un dique artesano de contención, es el momento de comenzar la ascensión.











Una traza se va para el río y otra se dirige al E, ascendiendo, de cara a los escarpes que caen del calar. Ganando altura cruzamos un barranquillo y nos topamos de frente con la cascada donde los atrapamoscas han encontrado un habitat perfecto. El lugar merece un respiro.















Tras visitar la cascada, volvemos al punto por el que subimos para continuar ascendiendo buscando un colladete desde donde tendremos la primera gran vista del portentoso Yelmo de Segura y sus (feos) aditamentos que lo caracterizan.



















Continuamos por la ladera, junto a los escarpes (en ocasiones el sendero circula pegado a los mismos) ganando progresivamente altura hasta que nos deja en un jorro que sube de los cortijos, estamos en este punto a la altura del otro campamento, el de Río Madera.







Aquí nuestro camino cambia bruscamente de dirección, contraria a la que traíamos pero en una cota superior. Nos encontramos en la ladera del Calar de los Caracoles (loma del Mirandante del cerro de las Herrerías en el mapa del IGN). Seguimos la pista sin problema disfrutando de los arces, quejigos y algún acebo hasta que súbitamente finaliza.






























Continuamos por un senderillo que sigue la dirección que llevamos pegado al barranco de río Madera y que no cesa de subir suavemente hasta alcanzar el espolón N del calar. Un poco antes de llegar, dirigiendo la mirada en dirección NW avistaremos como emergente de la nada el castillo de Segura, dominante de las sierras desde su atalaya es capaz de atisbar a la profundidad de la misma. Ya en el espolón, aguja afilada sobre río madera a modo de proel de este poco frecuentado calar, realizaremos ineludiblemente un segundo alto.















La detención es meramente estratégica y para disfrute de los sentidos, todos los sentidos. El oído lo gratificaremos con los sonidos de la berrea procedentes de la profundidad del bosque. El gusto con el rico almuerzo. El olfato con la brisilla que corre y arrastra los olores otoñales de la tierra mojada. La vista dando una vuelta en derredor y contemplando las cumbres de Navalperal, el Puntal de la Ajedrea en la lejanía, el Yelmo, la peña del Engarbo por encima nuestra y esa inconmensurable meseta representada por el calar del Espino, portaviones de la sierra así referido por el buen García Gallego. Finalmente, el tacto, hipersensitivo de la emoción de estar allí, mirando,...
































































Cuando la emoción se atenúa es el momento de emprender la marcha, ahora en constante descenso pues este espolón N era la cota máxima de la excursión. Buscaremos la traza del sendero que traíamos que ahora se dirige hacia una vaguada buscando una pista bien visible desde la altura.















Llegando a la pista, unos 50 mts antes debemos permanecer atentos a una sendilla que sale a la izquierda y colocarse paralela al barranco del arroyo de las Herrerias según el IGN (Nota: Alpina lo define como Cañada de Poyo Torres, otorgando el topónimo de arroyo de las Herrerias a otro cauce próximo).









Nos introducimos en el barranco descendiendo hasta tocar el arroyo que seguiremos paralelo para introducirnos en su coqueta cerrada culminada con una cascadilla junto a la que tendremos que bajar ineludiblemente cruzando a la margen derecha pegados a la pared rocosa, por lo que debemos andar con precaución cuando el torrente de arroyo sea elevado.










































Abajo la belleza del entorno cautiva, un covachón completa el conjunto que hace que aunque vayamos descansados, nos detengamos de nuevo para aspirar y grabar en la retina el lugar.































Seguimos el descenso, ahora cruzando necesariamente el arroyo en varios puntos, de orilla en orilla hasta dar en la margen izquierda con un jorro que nos llevará junto a una chopera que comienza a destacar por sus tonos amarillos.


















En la chopera abandonamos la dirección que traíamos para girar hacía el SW primero paralelos a río Madera que tendremos a la derecha necesitando cruzarlo en un par de ocasiones para llegar al campamento de donde partimos inicialmente.














































EL VIDEO




DATOS TÉCNICOS


Denominación
ACERAL DE RÍO MADERA
Fecha
30.10.2012
Itinerario
Campamento juvenil Los Negros - Espolón N del calar de los caracoles - Barranco de las Herrerias (IGN) - Campamento Juvenil Los Negros 
Acceso
Carretera Siles - Santiago de la Espada, a la altura de Arroyo Canales - Río Madera
Inicio
Campamento juvenil Los Negros
Fin
Campamento juvenil Los Negros
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Pista/ Sendero/Carril 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
 8,33 kmts
Dificultad
Moderada. Paso por la cascada algo complicado según época del año.
Tiempo estimado
3 horas   
Cota mínima
1.176 mts
Cota máxima
1.462 mts
Desnivel acumulado
Subiendo:  276 mts.    Bajando:  276 mts.
Perfil
Sugerencias
Llevar agua para el recorrido, no hay fuentes potables. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Buen calzado de montaña.
Mapa

Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa

FORO
La Ruta en el FORO TURISMO EN CAZORLA
Referencias
Excursiones en Cazorla y Segura. Juan Carlos García Gallego

DESPEÑAPERROS (JAÉN): LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

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LAS NAVAS DE TOLOSA.
PANORAMA SENDERISTA DE UNA BATALLA (1/6)


Inicio, con esta entrada, una serie de seis dedicada a la batalla de las Navas de Tolosa. Ahora que se celebran 800 años de aquella matanza, típica de como resolvían las cosas en la época medieval, alentada - como no - por los rectores de las creencias religiosas de uno y otro bando, es el momento de recordarla. Tal vez sirviera de algo, como opina un conocido y famoso columnista actual, otrora reportero empedernido de primera línea de fuego,



"..., es posible que, gracias a aquello,
mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle, ..."

 




Bien, dejemos aquí esta reflexión porque avanzar sería derrapar en política y esto va de ANDAR.

 



Creo que se ha abusado a mi juicio de parafernalia con poco significado, me refiero a juras de bandera, recreaciones a capa y espada,... Sin embargo, he echado en falta actividades que sirvan no tanto para difundir las diferentes versiones histórico - novelescas de la contienda como para reunir a los historiadores e investigadores en un marco congresual y sentarlos para que se pongan de acuerdo (sí es posible).

 



En fin, en lo que me toca he intentado, tras dos intentos infructuosos anteriores poner camino a la historia (aunque otros ya lo habían hecho antes) y darlo a conocer a quienes conozco y tienen la afición del coyote y el correcaminos (ya sabéis, mic-mic,...). Despeñaperros lo merece, me dio la oportunidad de aficionarme a la montaña cómodamente.

 



Personalmente desearía para Despeñaperros más sendas y menos pistas, senderos homologados, que  algunos senderos fundamentales se recuperan. Seguiré por Despeñaperros aprendiendo y dando a conocer este lujo de espacio natural que tenemos tan accesible y cercano en nuestra provincia. Es lo que me toca.


 


De la batalla, por tanto, inicio con este una serie de seis episodios (amenazo con que alguno más caerá) titulado "Panorama Senderista de una Batalla".  El que nos ocupa, lo compartí y lo dedico al club de Senderismo El Camino, de Beas de Segura, grandes ruteros (mayoritariamente RUTERAS) y mejores personas que me han permitido disfrutar con ellos buenos momentos. 







PROLEGÓMENOS

No buscamos con esta ruta la gesta semialpina, ni penetrar en lugares recónditos e intransitables para la mayoría de los mortales. Circularemos por caminos ancestrales, caminos que sirvieron hasta finales del S. XVIII para comunicar Castilla y Andalucía. Iberos, romanos, árabes,...ilustres viajeros dan cuenta en sus escritos de la existencia del vetusto camino del Muradal (el que atraviesa el muro de Sierra Morena) y del, en exceso ensalzado pero también transitado, camino del puerto Rey.





Hasta que el ingeniero francés Carlos Lemaur cumple el encargo de la corona y logra abrir el actual desfiladero de Despeñaperros, estos fueron los caminos que cruzaban la desolada, desierta y peligrosa Sierra Morena. Ni el significativo hecho de que fuera atravesado por todo un ejercito armado supuso un cambio en la soledad de estos caminos solo salpicados de alguna Venta que, eso sí, han tenido trascendencia pues en el mismísimo Quijote parece que Cervantes atribuye a la famosa Venta Maritornes, donde Sancho es manteado, una correspondencia con la entonces existente Venta de La Hiruela o Venta Liruela.

 



Esto es lo que tendremos, caminos llenos de historia, más de la que conocemos, hoy transformados en ¿cómodas? pistas forestales donde ciclistas y senderistas pueden encontrar un paraíso.




Mucha gente hay ahora en Despeñaperros, cada fin de semana no es difícil encontrar algún grupo de senderistas de aquí para allá. Y es que hace ahora nada menos que 800 años que un ejercito organizado por el rey Alfonso VIII de Castilla incitado por el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximenez de Rada  y acompañado a regañadientes por los reyes de Navarra y Aragón, Sancho VII El Fuerte y Pedro II El Católico se embarco en lo que, al contar con la bendición papal, supuso una cruzada en toda regla. Se buscaron miles excusas y provocaciones para organizar la marcha pero, en el fondo, a Alfonso le quemaba en el interior la humillación sufrida diecisiete años antes en Alarcos.



Alfonso VIII de Castilla

Sancho VII de Navarra
(El Fuerte)

Al-Nasir (Miramamolin)

Rodrigo Jimenez de Rada

Pedro II de Aragón (El Católico)

Ballesteros de la Santa Cruz (Vilches)





LA DENOMINACIÓN




Con la Batalla de las Navas de Tolosa puede aplicarse la expresión popular de que "cuanto más leo, más tonto me queo"... Tanto se ha escrito de este acontecimiento y que poco sabemos en realidad. Para empezar y casi acabar sabemos que hubo una batalla, quienes participaron y donde se celebró. Poco más. Desde el nombre con la que se le conoce, los itinerarios, número de contendientes y acontecimientos que sucedieron en los días previos y posteriores son motivo de polémica y discusión entre los investigadores.

 




Bien, empecemos por el principio: la denominación. Todos aprendimos pronto en la escuela la asociación de Navas de Tolosa con una acontecimiento histórico de relevancia. No obstante, si transitamos por la Autovía de Andalucía en cualquier sentido, cerca de La Carolina conocemos una pequeña población con este mismo nombre y, sin embargo, la batalla se celebró bastante más al N, junto a Santa Elena. Esta localidad, Navas de Tolosa, pedanía cercana de La Carolina, fue una de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena que la Ilustración diseñó y desarrolló para ocupar una gran extensión de terreno desierto por donde el transito entre la Corte y las grandes ciudades de Andalucía era muy peligroso. Se comenzó a construir esta colonia alrededor de una antigua venta existente en un importante cruce de caminos, la conocida como Venta de Linares (hasta 1772), justo aquí se separaban los caminos de Cádiz (hacia La Carolina) y de Granada (por Vilches). Pasó, probablemente, que los nuevos colonos escucharon que por la zona se celebró una gran batalla, unido a la existencia de un torreón árabe (mal denominado Torreón del Águila o conocido por los locales sencillamente como castillo de los moros) les llevó ante la ausencia de documentación o simplemente de tradición oral o al deseo de conmemorar el acontecimiento, a atribuir a estos llanos la toponímia del acontecimiento que aún hoy en día algún que otro conocido mantiene.






El caso es que en los escritos sobre la batalla al menos se recogen las siguientes denominaciones:




1) Fuentes árabes: “batalla del castigo”, “batalla de las cuestas”, “batalla del Águila”, “batalla del desastre”. Parece que en el caso árabe el problema está en traducir la palabra al-‘Iqab o al-‘Uqab. Quienes han estudiado a fondo la traducción se decantan por la “batalla de las Cuestas




2) Fuentes Cristianas: “batalla de las Navas de Tolosa”, “batalla de Úbeda”, “batalla del Muradal”, “batalla de las Navas de la Losa”, ... Sería largo contar aquí las rocambolescas razones que parece llevaron a Arnaldo Amalarico, Arzobispo de Narbona y contendiente en la batalla a tergiversar “Navas de la Losa” por “Navas de Tolosa”, esto hace que sea más creíble el cambio de denominación en épocas muy cercanas a la cruzada. 






LOS CAMINOS




Caminantes somos, no lo olvidemos. El movimiento, el avance tiene una motivación, el senderismo es un deporte no competitivo que goza de otros incentivos. El primero conocer a donde conduce el camino, otro no menos importante conocer la historia del camino, por fin, el camino en sí y sus vicisitudes. Cuatro son los caminos que recorren Despeñaperros de N a S o viceversa.





- El camino de Despeñaperros, el actual, por el que todos alguna vez hemos pasado. El que discurre por esa gran grieta o garganta abierta en Sierra Morena. Trazado en época de la Ilustración por Carlos Lemaur y del cual ya van algunas modificaciones en los últimos años.




- El camino de Olavide, un poco anterior pero contemporáneo a este. Transcurre hacia el E de Despeñaperros desde las Virtudes a Mojón Blanco a través de Aldeaquemada, abriendose para facilitar el tránsito a las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena




- El camino del Puerto del Rey, al que se le ha atribuido tradicionalmente contener en su trazado tramos la antigua Vía Romana, tal vez por la existencia del popular “Empedraillo” al que las últimas investigaciones datan del S. XVII – XVIII, época en que estuvo más operativo. La mayoría de las fuentes situan por este camino la bajada de las tropas cristianas camino a su último asentamiento previo a la Batalla, la Mesa del Rey.




- El camino del Muradal, el que parece ser la más antigua vía de comunicación entre la meseta y Andalucía, el Camino Real. Casi todos sitúan la entrada de las tropas cristianas por este camino, que queda al pie de Castro Ferral.




Circularemos por parte de los últimos dos trazados, aunque pasáramos muy cerca, casi rozando el primero. Ellos son los auténticos protagonistas de nuestra ruta.




Por otro lado, tres (posiblemente cuatro) son los caminos que cruzan o conectan estos dos caminos transversalmente:





- El camino más al Sur (azul). Conecta los caminos del Muradal y del Rey desde la proximidad a Castro Ferral hasta el pequeño embalse o pantano del Rey, junto al “Empedraillo”. Aunque el camino que conocemos es una pista abierta probablemente para la repoblación, algunos autores mantienen que podría estar realizado sobre una antigua senda.




- El camino de la cuerda (verde). Recorre toda la loma de Despeñaperros, 5 kmts lineales pasando por la cota de la peña de Malabrigo. Se extiende desde el puerto del Muradal hasta el puerto del Rey.




- El camino de la umbría de Magaña (rojo). Se trata del camino del Norte. Parte del puerto del Muradal y toca el camino del Rey más arriba de la Venta Bazana o del Marqués.




La mayoría de los autores que han estudiado los itinerarios de la batalla coinciden en que las tropas cristianas ascienden Sierra Morena por el camino del Muradal, la vanguardia descansa en el puerto del mismo nombre donde se producen los primeros escarceos, continúan hasta tomar Castro Ferral (sin lucha, por huida de los agarenos). Aquí, mientras se debate si continuar o regresar ante lo imposible del avance por el control musulmán de las cotas del camino del Muradal se produce el hecho más insólito de la batalla: la aparición del pastor de las Navas que les plantea llevarlos por otro camino que el enemigo no domina.




Las fuentes documentales consultadas para desentrañar el misterio difieren en las rutas marcadas por el Pastor. Los más relevantes, en mi opinión, son el de Vara Thorbeck (El Lunes de las Navas), Rosado Llamas y Lopez – Payer (La batalla de las Navas de Tolosa, historia y Mito) y Sánchez Sánchez (Caminería Hispánica) aportan cada uno sus argumentos neoestratégicos, pero claro todo puro empirismo. Si les sumamos al clásico Huici de Miranda que en el 700 aniversario de la batalla habló de otro camino, el desaparecido de Navavaca, tenemos en definitiva muchos kilómetros por delante si queremos asegurarnos pisar, además de la naturaleza, la historia. Como todo no puede hacerse de una vez, nos decidiremos por tomar el camino de la cuerda, tal vez el más espectacular desde una perspectiva paisajística, por las vistas manchegas que nos ofrece y por contar con el vértice geodésico de la peña de Malabrigo. De esta forma llegaremos al puerto del Rey donde, de nuevo, vuelven a ponerse de acuerdo en situar aquí al ejercito de Alfonso descendiendo por estos parajes buscando la Mesa del Rey durante la jornada del sábado 14 de julio. Tal vez, ESTA SEA LA CLAVE DE LA VICTORIA, situar a todo un ejercito sobre el terreno en las mismas condiciones que su adversario cuando veinticuatro horas antes se encaminaban a una matanza.

 


Allí, en la mesa del Rey acamparán y permanecerán descansando durante el domingo.

 




El lunes si, será el de las Navas.







SOBRE EL CONTROVERTIDO PASO DE LA LOSA


 
“!!!Donde unos pocos pararon a miles¡¡¡”




El paso de la Losa ha sido, como casi todo lo relacionado con esta batalla, un tema muy controvertido. El camino del Muradal era un camino de transito para aquella época, pasar un ejercito era otra cosa.

 


Siguiendo la literalidad de los cronistas de la época de la contienda, los primeros investigadores del fenómeno de las Navas de Tolosa identificaron el paso de la Losa con un lugar bastante inviable para ser salvado por todo un ejército, lo es lo incluso para quién ha recorrido a pie, circular con caballería es arduo y dificultoso por no decir casi imposible. La teoría de situar el paso cercano a castro Ferral, donde se localiza la llamada cerrada del castillo, juega a su favor la existencia de una gran LOSA identificable con el renombrado paso.





Recientemente, con la publicación de El lunes de las Navas, Carlos Vara propuso otro lugar para el paso de la Losa, el lugar cercano a Santa Elena, en una hendidura del terreno junto a la que todos hemos circulado alguna vez por la autovía sin reparar en ello. Allí hay otra Losa característica, más pequeña





pero tal vez Carlos Vara erró por unas centenas de metros ya que no contó con la descripción de Carlos Sánchez-Batalla en su obra sobre las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena de la documentación existente en un libro encontrado en Vilches sobre un amojonamiento para el deslinde de términos entre esta ciudad y la de Baños de la Encina y que sitúan varios mojones en el que denomina, ya sin lugar a dudas, el PASO DE LA LOSA.




Este queda situado en la confluencia de los arroyos del Tomizo y los Charcones junto al ancestral puente de la hiedra compartido por la antigua Vía prerromana y el camino del Muradal, a escasos veinte metros ha circulado la autovía de Andalucía, hoy lo hace en el mismo lugar pero bastante más arriba gracias al viaducto del Manantial.





El único "pero" es que no hay LOSA, al menos de grandes dimensiones como la imaginaríamos para dar lugar al topónimo. Tal vez, las consecutivas obras en la zona han llegado a destruirla o tal vez nunca hubo losa y si unas grandes pizarras que daban nombre por algún motivo al paso.





El caso es que no hizo falta "meterse en la guarida del lobo" gracias a la intervención "divina" del pastor de las Navas que les indicó un camino alternativo a este y que no se hallaba controlado por las tropas marroquíes.

 




Existe un trabajo extenso, ameno y documentado sobre todos los echos históricos anteriormente mencionados en las siguientes entradas del bloguero JAVIERDEJAÉN

 








LA RUTA

Por fin. Los ultramontanos de Beas destrozaron la maldición del Miramamolin. A la tercera,... fue la vencida. Tras dos aplazamientos por las condiciones climáticas adversas, pudimos completar en un magnifico día la ruta que teníamos diseñada desde meses antes. El trazado nos permite discurrir por tramos que probablemente recorrieron las tropas cristianas en su deambular en busca del enemigo para plantarle batalla.




Partimos de Santa Elena, bonito mirador de Despeñaperros, en el parque de los Concejales, donde la estátua de Alfonso VIII parece azuzarnos para iniciar el camino.











Avanzamos unos metros en dirección a Miranda del Rey, pedanía donde terminaremos el periplo, para tomar un desvío a la derecha justo al pasar las dependencias del control de tráfico de los túneles de Despeñaperros. Descenderemos hacía una explanada, antigua hormigonera para la construcción de la autovía, con cuidado de no salir del camino pues lo han sembrado recientemente de pimpollos. Subimos un repecho y ya junto a una valla metálica comenzamos a descender por el valle de los Charcones.















Nos encontramos en la antigua Vía Prerromana según marcan los mapas. De ésta importante vía poco queda, tal vez en el subsuelo. Ahora se encuentra convertida en pista utilizada probablemente para el acceso de vehículos en la construcción de la nueva autovía.







Llegados a la altura de una curva pronunciada a izquierdas, comenzamos a rozar por la derecha el cerro de las Baterías, llamado así por las defensas antiaéreas colocadas en su cima durante la Guerra Civil. También en su cima algunos autores sitúan inicialmente el Palenque de Al Nasir, cuando este esperaba la llegada de sus contendientes de frente, por el camino del Muradal.






Pasaremos por las ruinas de unos cortijos que toman el nombre del lugar, los Charcones, elaborados con materia prima del terreno, la pizarra.







y el viaducto del Manantial, una colosal obra de ingeniería que salva a esta altura el barranco.






Enseguida estaremos casi debajo, en el lugar podemos apreciar una mesetilla de pizarra, tal vez sean los restos de una mayor que conformó la LOSA de la que tomó el nombre el paso o desfiladero que se abre delante nuestro. Las continuas obras que ha padecido el lugar puede haber cambiado sustancialmente su fisonomía, sin embargo, si hacemos un ejercicio de abstracción podemos intuir el desfiladero que, en su día, aquí existió.















El lugar merece detenerse y recrearse. A pesar de su deterioro existe un pequeño puente de pizarra realizado para salvar el cauce del arroyo del Tomizo, el que salva igualmente el gran viaducto por encima, conocido como el Puente de Hiedra.









Podría decirse que, en este lugar, al menos DOS MILENIOS NOS CONTEMPLAN. Efectivamente, si nos situamos encima del coqueto puente seguramente estamos pisando la antigüedad representada por la vía prerromana y por el vetusto camino del Muradal que tantas peripecias y personajes han visto pasar. Si miramos un poco por encima de nosotros observaremos el antiguo trazado de la autovía de Andalucía, la del 92, concretamente el ramal sentido hacia la Meseta. Su asfalto esconde el trazado del moderno camino de Carlos Lemaur que, abriendo el paso de Despeñaperros, permitió una comunicación más fluida y menos peligrosa. Finalmente, arriba del todo, la reciente autovía. Es decir, CINCO CAMINOS fundamentales en el mismo palmo de terreno.




Dado que si continuamos el sentido del camino, llegaríamos al asfalto indefectiblemente, nos decidiremos por cruzar el cauce donde los arroyos del Tamizo y Charcones se unen. No obstante podemos avanzar unos cien metros para contemplar las trazas del camino antiguo antes de que sea engullido por el asfalto.





Ya en la otra orilla caminaremos por una senda recientemente desbrozada que atraviesa el desfiladero o paso de la controvertida LOSA. Cuando estamos dentro es cuando podemos apreciar la dimensión del peligro de meter por aquí un ejercito.







Cruzamos pronto el estrecho camino acompañando al arroyo de los Charcones y salimos súbitamente a una gran explanada resultado de la gran obra aquí soportada. Bajo esta, soterrado en parte, discurre un tramo del arroyo del Rey que se une al que hemos acompañado para desaguar (cuando tienen materia prima) en el río Despeñaperros.





Es aquí donde, girando a la izquierda, tomaremos el cauce del arroyo del Rey, el cual volveremos a saludar por su cabecera más tarde, pero lo haremos solo durante unos doscientos metros hasta toparnos con una suave vaguada que desemboca en este.






Tras estudiar el terreno, coincido con otros en proponer esta vaguada como parte del camino del Muradal. Es, con toda seguridad, el lugar por donde con mayor suavidad se puede conectar con el tramo ya conocido de esta ancestral vía de comunicación. Por ella ascenderemos fácilmente, ganando altura casi sin percibirlo para conectar con un camino probablemente abierto para actividades cinegéticas.












Siguiendo el camino por la izquierda llegaremos pronto a conectar con la pista forestal que asciende junto al arroyo de la Gitana (otra posible vía por la que podría descender el camino del Muradal).





En adelante, dejaremos dos pistas forestales a la derecha hasta llegar a un cruce donde seguiremos de frente por lo que representa el inicio de un cortafuegos. Aquí nos encontraremos con la primera "tachuela" del terreno representada por un fuerte repecho de unos trescientos metros que nos dejará para el resuello y disfrute de la vista en la cima E del cerro de las Calaveras, así denominado en un antiguo mapa sacado a la luz por Carlos Vara en el transcurso de su investigación propiedad de los titulares de la finca cercana de la Mesa del Rey.










Tal vez fuera así llamado por restos óseos encontrados fruto de las escaramuzas aquí habidas entre las vanguardias de ambos bandos. En este precioso lugar tendremos una de las mejores panorámicas de nuestra ruta. Oteando el horizonte atisbaremos todo el Parque, Mágina en la lejanía, Santa Elena, el cerro de la Barbuda, el de la Estrella, la Mesa del Rey por donde discurriremos más tarde, la cuerda que recorreremos,...bonita perspectiva.Reemprendemos la marcha, ahora en dirección a Castro Ferral.





Antes, rodeado el cerro W de las Calaveras, podemos asomarnos al barranco de Navalquejigo para contemplar al frente la otra LOSA de la discordia, la que aún mantienen algunos investigadores que se trata de la que hablan los relatos de la época, grandiosa losa que si se corresponde con un accidente geográfico relevante, visible y capaz de toponimizar un lugar próximo.






Volvemos al camino y tras un corto llaneo comienza a picar ligeramente hacía arriba. Trochamos por lo que es el trazado del camino, abandonando brevemente la pista que da un rodeo para que los vehículos a motor no tengan problema y, cuando volvemos a contactar con la pista de nuevo, estaremos muy cerca del lugar que el mapa anteriormente referido señala como collado de las Matanzas y cuyo significado ya resulta obvio explicar.







Si no existieran las evidencias documentales mencionadas anteriormente, por las descripciones de la batalla AQUÍ PODRÍA ENCONTRARSE EL PASO DE LA LOSA.




Desde este lugar podemos acceder facilmente a visitar la Gran Losa pues tan solo 500 metros nos separan de ella. Para conseguirlo debemos introducirnos por la izquierda, según el sentido de la marcha que llevamos, aprovechando un jorro visible. Una vez ganada altura, a media loma del cerro de las Matanzas, mantendremos la cota hasta dar con una semi-senda desbrozada para usos cinegéticos que, siguiéndola nos lleva a la primera formación rocosa que anuncia la gran pizarra. Podríamos bajar por la derecha al cauce del arroyo de Navalquejigo, sin embargo es más espectacular la panorámica de la Losa y el barranco desde arriba. Desde el peñón anterior tomarenos una traza por la izquierda que va bordeando la formación rocosa hasta que casi sin darnos cuenta nos encontraremos encima de la colosal lápida. Podemos recorrerla hasta donde creamos que nos reporta seguridad personal y regresar más tarde por donde vinimos.







Una vez en la pista de nuevo, nos encontraremos con el segundo repecho fuerte de la jornada, la cuesta del Castillo. Razón no les faltaba a los árabes al denominar la batalla como Al-'Îqab (las Cuestas o el Castigo).







En Castro Ferral disfrutaremos de nuevo de amplias panorámicas al tiempo que recuperamos el aliento.











Cuando decidamos continuar lo haremos por el amplio cortafuegos que se abre como autopista serrana hacía el N, lugar que buscamos para alcanzar el puerto del Muladar.










Antes pasaremos por un cruce donde se desprenden un camino a la derecha que nos llevaría, de seguirlo, a Las Correderas, y otro a la izquierda coincidente con el tercer camino del Pastor, propuesto por Jesús Sánchez en el Nuevo Miliario, a pesar de que la pista, como tal la conocemos, data de los años sesenta en que se realizó la repoblación forestal. Seguiremos al frente pues, encontrando un nuevo cruce de caminos con indicación de donde nos conduce. El primero, por la derecha nos llevaría a contemplar una de las vistas más soberbias del parque, el cerro del Castillo y los Órganos. El segundo, a la derecha igualmente, nos conducirá a la CF de Valdeazores. Estamos en el conocido collado de los Tubos. Aquí abandonamos a dos compañeros de ruta que bajaran por el camino de Valdeazores al vehículo. Nosotros seguiremos, como no, de frente, al N.











En un plis plás, ganando altura suavemente, llegamos a una meseta desde donde vemos perfilarse las llanuras manchegas, estamos en el Puerto del Muradal, el puerto que da nombre al camino y que dio nombre originalmente a la población manchega de El Viso...del Muradal (antes que del Marqués), por aquello de que desde allí ya se divisaba el "muro" que había que atravesar para llegar a tierras de Al-Andalus. De nuevo otro cruce de caminos que describiremos brevemente.







A la derecha parte en acusado descenso desde el principio el camino del Muradal, lugar por donde ascendió el ejercito cruzado, dirigiéndose a la Venta de la Hiruela o Liruela, asociada como antes mencioné por algunos con la celebérrima Venta Maritornes donde en la imaginación de Cervantes, Sancho es manteado por impago. Recuerdo la curiosa y detallada descripción por Cervantes de la tal Maritornes, sirvienta de la Venta que toma su nombre

..., una moza asturiana, ancha de cara, l
lana de cogote, de nariz roma,
del un ojo tuerta, y del otro no muy sana:
verdad es que la gallardía del cuerpo
suplía las demás faltas;
no tenía siete palmos de los pies a la cabeza,
y las espaldas, que algún tanto le cargaban,
la hacían mirar al suelo
más de lo que ella quisiera, ...

Volviendo a lo nuestro, según miramos al N, delante tenemos el camino de umbría de Magaña, El segundo camino del Pastor, trazado que bordeando la cara norte de la cuerda de Despeñaperros, conecta con el camino del Puerto del Rey, ofreciendo una solución al desplazamiento de las tropas. Finalmente, a la izquierda, el nuestro, el que hoy seguiremos, el espectacular camino de la cuerda propuesto como vía de conexión intrapuertos por Vara Thorbeck.

Son cinco kilómetros los que nos separan del Puerto del Rey. Cinco kilómetros de amplia panorámica hacia la llanura manchega en los que además veremos un bosquete de robles melojos, nos subiremos a Malabrigo, explícito topónimo que indica de lo que sirve este refugio pedregoso cuando el biruje manchego ataca. Rozaremos la máxima altura de la excursión en la caseta de vigilancia de incendios para comenzar el largo descenso hasta nuestro destino. Por tanto al inicio, desde el puerto aún nos quedan algunos toboganes que recorrer, todo por camino despejado, ahora hecho cortafuegos, cómodo de andar.







La primera elevación que encontramos está identificada por unas antenas de telefonía.








Más alante divisaremos el VG de la peña de Malabrigo, cerca se encuentra un comedero de buitres donde es frecuente verlos alimentándose y levantar el vuelo espectacularmente cuando nos divisen.










Desde Malabrigo veremos, además de la gran extensión manchega que se pierde en el infinito, salpicada de poblaciones, debajo de nosotros un paraje grato de andar, se trata de los huertos de Malaventura y los caminos de las Ventas. En un espacio limitado por el cerro del Rey y el de Magaña y nuestra situación podemos divisar los lugares que ocuparon dos ventas importantes en el tránsito de Castilla a Andalucía. La mencionada de La Hiruela a pie del camino del Muradal y la Venta Bazana o del Marqués, a pie del camino del puerto del Rey. Entre ambas una extensión más o menos llana donde asentaron varios cortijos y sus correspondientes huertos. Al frente, escorado a la izquierda podemos divisar un "pelado" en el terreno, es donde se sitúa la antigua aldea de Magaña, pequeña población de las Nuevas de Sierra Morena que pronto se arruinó. Todo esto (salvo la Venta de la Hiruela por metros) se encuentra en una lengua de terreno geográfico manchego perteneciente a la provincia de Jaén, remanente del Fuero de las Nuevas Poblaciones.

























Desde el VG divisamos la caseta de fogoneros que se yergue altiva en el horizonte en una cota ligeramente superior a la que tenemos. Hacía ella nos dirigiremos a través del cortafuegos interminable que atraviesa esta cuerda de puerto a puerto.




















No nos detendremos demasiado ya que las vistas que disfrutaremos serán similares a las anteriores, de echo, si nos volvemos, atisbaremos el cilindro del VG que dejamos atrás. Continuaremos ya que en poco tiempo alcanzaremos un cruce de caminos señalizado. Entenderemos que nos encontramos en el PUERTO DEL REY.


















Según el sentido de la marcha que llevamos dirección NW, si continuáramos al frente nos dirigiríamos al cerro de la Estrella, máxima elevación de Sierra Morena andaluza. A la derecha descenderíamos a Venta Bazana y a la aldea de Magaña. Finalmente, a la izquierda el camino que seguiremos en esta ocasión.








Antes una reflexión. Hace un par de horas nos encontrábamos en Castro Ferral, donde se decidió por la intercesión del Pastor tomar otro camino, es posible que el que hemos seguido, pues bien, todo un ejercito se desplazó desde Castro Ferral hasta esta posición en menos de veinticuatro horas, desde una posición fuertemente vigilada por el enemigo a otra sin defensa alguna, el puerto donde nos encontramos. Este fue el MOVIMIENTO ESTRATÉGICO FUNDAMENTAL que hizo plantar batalla en condiciones de igualdad. Probablemente, la intervención del llamado Martín Alhaja se vislumbra como fundamental para el éxito final. Tal vez por ello, siglos más tarde, hasta se llegó a asimilar el personaje con San Isidro Labrador, como aparición divina que guió los pasos de un ejercito confuso y abocado a la debacle.

Tomaremos por tanto el camino de la izquierda que comienza a descender decididamente por entre un tupido bosque de pinares de reforestación relativamente reciente hasta confluir con el arroyo del Rey en su cabecera cuyo cauce seco tendremos que cruzar para organizar un descanso unos metros más adelante junto a una pequeña pantaneta construida para servir de reserva hídrica para la fauna en un lugar donde la pluviometría no es demasiado generosa. Dependiendo la época del año, el lugar cobra más o menos encanto. Si continuáramos cauce abajo (practicable con prudencia) llegaríamos al conocido Salto de la Graja o del Fraile donde justo debajo hay un buen nacimiento de agua permanente.







Dejamos la pantaneta y volvemos al camino, enseguida encontramos unos grandes peñones en el mismo para impedir el paso de vehículos que cuentan con un desvío por la izquierda. Estamos en el inicio del renombrado EMPEDRAILLO, también llamado Calzada Romana aunque existen serias dudas de que lo sea y más bien se trate de un adoquinado del siglo XVI - XVII realizado para poner en valor el camino del puerto del Rey y el eje de Ventas Bazana - Miranda en contraposición del predominante hasta entonces camino del Muradal con su eje de Ventas La Hiruela-Los Palacios. Por tanto, probablemente resultado de la especulación y de intereses económicos de la época. Lo cierto es que impresiona recorrer este corto tramo de perfecto adoquinado en plena sierra.













Abandonado el Empedraillo, de nuevo en la pista, continuaremos siempre de frente, ignorando el sentido que toma esta en una curva hacia la derecha siguiendo el sentido que nos indica un cartel hacia el Salto del Fraile. Llegaremos a otro cruce en el que para orientarnos debemos tomar en cuenta que, hacia la izquierda bajaremos al nacimiento de agua anteriormente referido, a la derecha tomaremos la llamada vía romana o cordón y, al frente, por donde seguiremos, encontraremos el último y más corto repecho de la jornada que nos subirá directamente a la MESA DEL REY.

Nada más asomar, tal vez jadeando, nos impresionará una preciosa panorámica del barranco del Rey, por donde transcurre el arroyo del mismo nombre abriéndose paso hasta el lugar por donde lo cruzamos en la mañana. Si nos giramos hacia atrás veremos el Salto de la Graja, donde solo "saltará" agua cuando rebose la pantaneta donde paramos a descansar. También tendremos una hermosa vista vespertina del acantilado que hay bajo el collado de la Estrella, donde se yergue una vieja caseta de caza y que identifica claramente el lugar, más a la izquierda el cerro redondeado de la Estrella.















Retomado el aliento continuaremos por el carril que cada vez se va haciendo más encantador. Rodeados de alcornoques, pisando sus quebradizas hojas secas que tapizan el camino avanzaremos en la semisombra de la tarde por el borde NE de la Mesa del Rey.











Esta meseta la recuerdo hace algunos años sin vegetación en su planicie, donde probablemente se asentaba un comedero de reses. Actualmente se encuentra reforestada en su totalidad y descuidada en su interior por lo que es tarea ímproba atravesarla caminando. De uno y otro intento, conseguí encontrar una tenue senda que conecta los alcornoques de su interior seguida por los extractores de corcho y que sirve para nuestras pretensiones. Por tanto, llegados a una cota en la que el camino pronto comienza a descender en picado, lo abandonaremos (hito) en una clareo del bosque, intuitivamente debemos buscar el primer alcornoque y desde ahí continuar por el borde W de esta dificultosa meseta hasta salir a un cortafuegos que asciende desde las Asperillas.







Solo nos queda seguirlo unos quinientos metros para asomarnos al borde S, donde se nos abre una nuevo y amplio panorama: EL CAMPO DE LA BATALLA. Para observarlo con detenimiento bajaremos cincuenta metros por el pendiente cortafuegos hasta percibir a la izquierda una sendilla que lleva hasta el ondeante pendón de Castilla puesto como otros para homenajear el centenario.







Desde este tranquilo lugar otearemos abajo las suertes o Quiñónes de Miranda, más a la izquierda la casa rural Mesa del rey y, al frente en el horizonte, de izquierda a derecha avistaremos Santa Elena donde estuvo el Acampamento sarraceno según Huici de Miranda, una de las cimas de las Viñas distinguible por el torreón del museo, más a la derecha una cota mayor representada por el cerro de los Olivares, donde parece que el Miramamolin trasladó el palenque después de ser sorprendido por las tropas cristianas. A continuación los llanos de las Américas, el campo de batalla en si que se cierra por la derecha por los cerros de Miranda y otra cota mayor o cerro del Tío Silverio donde seguro también se produjeron refriegas. En estos llanos que tenemos frente a nosotros, hace ocho siglos se dirimió probablemente una contienda que, a posteriori, y siempre bajo la controversia, pudo cambiar la historia tal y como la conocemos.






















Solo nos queda volver al camino y descender cuidadosamente por el pendiente resbaladizo cortafuegos hasta alcanzar el llano, lo que anunciará que estamos cercanos a Miranda.











Antes de llegar una última sorpresa, en unos huertos abandonados a la derecha del camino podemos asomarnos a visitar un pozo y alberca de pizarra probablemente de la época colonial.







Un último empuje y estaremos en la carretera que conecta Santa Elena con Miranda. Una curva y entraremos en esta apacible pedanía residencial por donde podemos dar un agradable paseo para rematar la ruta.









EL VIDEO





DATOS TÉCNICOS


Denominación
BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA
Fecha
06/10/2012.
Itinerario
Santa Elena - Paso de la Losa - Cerrada del Castillo - Castro Ferral - Puerto del Muradal - Peña de Malabrigo - Puerto del Rey - Empedraillo - Mesa del Rey -  Miranda del Rey 
Acceso
Desde la A4 en dirección a la meseta, tomaremos la segunda entrada a Santa Elena que nos dejará directamente en el parque de los concejales  de esta localidad, desde donde partiremos.
Inicio
Santa Elena
Fin
Miranda del Rey
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Pista/ Sendero y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
21,1 kmts
Dificultad
Moderada
Tiempo estimado
 7 horas  30 minutos  
Cota mínima
589 mts
Cota máxima
1.195 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 822 mts.    Bajando: 760 mts.



Sugerencias
Llevar agua para el recorrido. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Crema solar.


Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa


Bibliografía
Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa. Huici de Miranda, A. Valencia 1916. Edición de Roldán Jimeno .2011
El lunes de las Navas. Carlos Vara Thorbeck. Universidad de Jaén. 1998
La Batalla de las navas de Tolosa. Historia y Mito. María Dolores Rosado Llamas y Manuel G. López Payer. Caja Rural de Jaén. 2001.
El puerto del Muradal, entre el mundo prerromano y la Ilustración. Jesús Sánchez Sánchez. Anexos del Miliario Extravagante 1. Septiembre del 2001.
Los caminos de la batalla de las Navas de Tolosa 1212. Jesús Sánchez Sánchez. Actas del IIº Congreso Internacional de Caminería de 2002. En Cuadernos de Caminería Hispánica Tomo II. 2004.
La Carolina en el entorno de sus colonias gemelas y antíguas poblaciones de Sierra Morena. Vol III. Carlos Sánchez-Batalla Martínez. Caja Rural de Jaén.2000
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